Actor, director, guionista, traductor y generador del proyectos.
Merecedor de la Beca Fulbright para las Artes, dos años consecutivos, se ha formado en las más prestigiosas escuelas de España y Norteamérica entre las que destacan el Teatro de la Abadía, la RESAD, el Estudio Bululú y el Estudio Corazza en Madrid, y la New York Film Academy, Actor’s Center, HB Studio y el Susan Batson Studio en Nueva York.
También posee una Licenciatura en Economía por la Universidad Carlos III de Madrid.
Entre sus trabajos más destacados en teatro, como traductor, adaptador y actor, se pueden citar El Proyecto Laramie, Los Iluminados y Cuando deje de llover en el Teatro Español, Las Cosas que sé que son Verdad para los Teatros del Canal y Tribus para el CDN. Ha sido tres veces nominado a los premios de la Unión de Actores, y premiado como Mejor actor Secundario de Teatro en 2015.
En cine ha sido tres veces nominado al Goya en la categoría de mejor cortometraje de ficción por los cortometrajes, escritos y dirigidos por él, Zumo de Limón (2011), El Niño que quería Volar (2018), y Lo Efímero (2020). Medio en el que también ha dirigido y escrito el cortometraje El Jardín de las Delicias (2014), premiado en el prestigioso Festival de Cine Lebu, Chile.
Durante 9 años se ha dedicado también la docencia siendo profesor de interpretación y de dramaturgia en la Escuela TAI y en el Estudio Bululú 2120. Ha recibido, entre otros premios y becas, además de los ya mencionados, las Ayudas de Creacción Matadero, en 2009 y 2011, el Premio COGAM de la Cultura (2011), y el Premio MAX a mejor obra del año, en 2015, por su producción de Cuando deje de llover, de Andrew Bovell, junto al Teatro Español de Madrid.
Entrevista al profesor
Todos nacemos artistas y con la posibilidad de crear, pero es a través de la formación en la que
adquirimos la técnica y el conocimiento para llevarlo a la maestría y la realización plena.
La pedagogía es para mi una herramienta de aprendizaje personal y bi direccional. Empecé hace
más de catorce años y lo hice tras volver de EEUU tras mi beca Fulbright.
Creo que es muy importante la empatía con el alumnado. No pensar que el profesor está por encima del alumno. Dar confianza al creador. Tratar como te gustaría que te trataran.
Pido compromiso, honestidad y trabajo. Creo que lo más importante es aprender a respetarse a uno
mismo. Es importante la comunicación durante todo el proceso. Escucha y humildad por ambas
partes.
Cuando terminamos pido que se sigan atreviendo a ser verdaderos consigo mismos y a seguir escribiendo sus historias. Todas son necesarias e importantes.
Exijo tanto como doy, que es mucho. Pero siempre desde el respeto y la libertad.
Un clima de buen rollo, respeto y confianza. Es la mejor forma de sentirse libre para expresarse y
crear. Es importante sentirte seguro en un grupo.
A ser mejor escritor. Y muchas veces, mejor persona.
Respecto por la diferencia del otro. Conocimiento de la materia. Experiencia en el medio.
En lo que nos hace únicos a cada uno. En el universo personal de cada creador.
Limitando, si puedo, mi labor de docente. Exige mucho. Pero en su justa medida, una enriquece a
la otra así que me encanta compaginarlas.
Virginia Woolf. Por su mundo emocional y complejo. Por su valentía y técnica. Por atreverse a ser ella misma y buscarse en su escritura.
«La película que no se ve» de Jean-Claude Carrière.
