Escrito por: ALEJANDRO MARCOS

Uno de los mayores miedos de los escritores es, sin duda, el bloqueo creativo, la maldita página en blanco. Hay muchos métodos para luchar contra él (os hablamos de algunos aquí) y hay quien asegura, incluso, que el bloqueo no existe, que solo es pereza. Yo, que no estoy de acuerdo con eso (en parte), considero que es vital para todo escritor que esté comenzando en el mundillo, y que no se encuentre con un proyecto grande en manos, conocer ciertos trucos y recursos que puedan ayudarle si llega el caso. De eso es de lo que os voy a hablar en este artículo, de un modo de sortear el bloqueo usando las imágenes como disparadores creativos.

Antes de comenzar, vamos a describir someramente lo que es un disparador creativo. Un disparador creativo será cualquier elemento que entre en contacto con una persona creativa y que provoque en ella deseos de desarrollar alguna actividad artística concreta. En este caso, afinando más hacia la escritura, un disparador creativo sería cualquier cosa con la que nos crucemos y que haga que salte una chispa en nuestro cerebro y que se nos ocurra una historia. Puede ser cualquier cosa: una canción, una conversación escuchada en el metro, una palabra extraña, una noticia, el olor asociado a algún recuerdo o un aroma desconocido, la forma de un edificio, una mancha en la pared, un ruido del vecino, el sabor de un plato desconocido, etc. Al ser animales visuales, muchos de los disparadores creativos que más poderosos van a ser son las imágenes.

Nada hay más evocador que una imagen porque como bien afirma el dicho: Una imagen vale más que mil palabras. Y eso es cierto por mucho que nos pese a los escritores. Pero eso no debe entristecernos porque como personas creativas que somos, podemos emplear esas imágenes a nuestro favor para crear y contar historias. A continuación, os voy a hablar un poco de las principales formas que tengo yo de trabajar con las imágenes para potenciar la creatividad y, sobre todo, para generar historias en mi cabeza:

El principal método que empleo para buscar disparadores es Pinterest. Se trata, para aquellos que no la conozcan, de una red social en la que se comparten imágenes relacionadas con temas concretos. Puedes crearte tablones de aquellos temas sobre los que más suelas escribir y descubrir millones de imágenes relacionadas con ellos. Yo tuve que borrármela del teléfono porque me absorbía demasiado tiempo, pero sigo entrando de vez en cuando a cotillear y a chequear los tablones sobre Pokémon o sobre pandas rojos (sí, lo sé, no hace falta que me digáis nada). Hay gente con muchísimo talento y podéis encontrar desde fotografías hasta ilustraciones. Seguir a determinados ilustradores o fotógrafos en Instagram también puede servir, sobre todo si lo mezcláis con vuestro timeline común porque esas imágenes os saltarán aleatoriamente, mezcladas con otras que no tienen que ver, y eso puede conectar algunas ideas en vuestra cabeza. En Pinterest encontré una imagen que acabó de cerrar y unificar la creación de mundo de Vendrán del este.

Otro modo que tengo de potenciar el efecto creativo de las imágenes es observar y ojear libros de ilustraciones, novelas gráficas o cómics. Estos dos últimos casos siempre intentando que la atención no se despiste hacia la letra. Si puede ser, elijo historias cuyo peso se centre sobre todo en la imagen. Esto me ocurrió, por ejemplo, con el cómic Barrera/Barrier (que si no conocéis os recomiendo). Si en alguna librería veo algún libro cuyas ilustraciones me emboben, no dudéis de que me lo llevaré a casa para tenerlo a mano en momentos de crisis.

También puede ayudaros mucho salir a pasear y buscar detalles interesantes para fotografiar. Tratando de ver algo diferente en la ciudad por la que de forma cotidiana transitas a diario. Cambiar ese punto de vista y después observar las imágenes obtenidas puede ser un disparador creativo excelente. Alguna vez me he encontrado con la solución a algún bloqueo observando las fotos que hago en mis viajes. Más que las que hago en mis paseos. Y eso se debe a que cuando viajamos estamos con los ojos más abiertos. Todo nos llama la atención, no como cuando estamos acostumbrados a ver la misma calle una y otra vez.

Al hilo de esos paseos, nunca olvidéis llevar una libreta cuando visitéis un museo pictórico. Yo, personalmente, soy más de El Prado, pero el arte abstracto de, por ejemplo, el Reina Sofía puede ser muy inspirador cuando se intentan escribir historias de fantasía o de ciencia ficción. La forma distinta (a veces deconstruida) de acercarse a la realidad de esos pintores puede ayudaros mucho a observar cualquier historia desde otro ángulo y así encontrar la salida a una sequía creativa. Solo El jardín de las delicias da para millones de historias.

Sin salir de casa podéis encontrar muchos retos creativos en Twitter que parten de una fotografía. A mí me gustan mucho los que plantean Alberto Chimal y Juan Jacinto Muñoz Rengel. Aquí tenéis la ventaja no solo de poder compartir vuestras creaciones, sino que además alguien ha seleccionado ya la imagen por vosotros y eso va a poner a prueba vuestra creatividad de un modo más agudo que si seleccionáis vosotros mismos la imagen. A veces, si uno no tiene a alguien que le impulse a hacer las cosas, es incapaz de salir del estado de bloqueo.

Para terminar, podéis incluso entrar en las páginas de generadores de personajes o de mapas aleatorios que emplean muchos másteres en las campañas de rol. Ver un mapa y pensar qué tipo de historia podría desarrollarse en él es, sin duda, una forma excelente de comenzar historias de épica fantástica. Eso sí, hay que tener siempre en cuenta que ese mapa debe ser solo un disparador creativo, no el eje sobre el que gire la historia. Aunque si eso nos saca del bloqueo, bienvenido sea.

Como veis, hay muchas maneras en las que las imágenes pueden ayudarnos a salir de un bloqueo creativo. Estas que os he traído esta semana son las que más me sirven a mí y las que más he usado. Estaré encantado de recibir propuestas nuevas o ampliar esta lista con las sugerencias que me dejéis en los comentarios.