Escrito por: ALEJANDRO MARCOS

Aprovechando que ahora el revuelo levantado por la adaptación cinematográfica de Dune, la novela de Herbert, se ha calmado un poco, me gustaría emplear la historia de Arrakis y de Paul Atreides para explicar un concepto que aparece en la historia y que, hoy en día, deberíamos evitar en nuestros escritos: El white saviour.

Antes de explicar qué es el concepto para aquellos que no lo conozcan, me gustaría aclarar que con este artículo no pretendo devaluar la novela ni la película de Denis Villeneuve. De hecho, ambos productos son muy disfrutables y en ellos se nota el cariño que ambos artistas han tenido con la historia. Voy a usar solo un elemento un tanto racista que se encuentra en el libro y, en menor medida (aunque está igualmente), en la película.

También hay que tener en cuenta, evidentemente, que nosotros no somos personas racializadas y que quizás podamos malinterpretar este tipo de contenido, aunque sea inintencionadamente. Pido disculpas de antemano si es así.

Para comparaciones entre los dos productos, os recomiendo leer el siguiente artículo, publicado en Thalassa.

Normalmente intento observar las novelas como esta con la perspectiva del tiempo en el que fue escrita, es decir, hace ochenta años, y utilizo ese prisma no para atacar la historia, sino para darme cuenta de cuánto hemos cambiado para bien. Desde luego, todo el mundo es libre de no acercarse a ninguno de los dos productos si no quiere encontrarse con este tipo de problemas. He leído gente en Internet que acusaba a la gente que no quería ver historias con cierta carga machista o racista de no saber apreciar una obra maestra. Yo me encuentro en un punto intermedio. Reconozco esos problemas que tiene la obra y que son evidentes y, a pesar de ello, consigo abstraerme y disfrutar de lo bueno y positivo que tiene la historia.

Pero dejémonos de preámbulos y vayamos al concepto que quiero explicar hoy. El salvador blanco es un concepto que se emplea desde hace muchos años para evidenciar cierto racismo que puede encontrarse en obras de ficción. Consiste en introducir un personaje que no pertenece a la raza a la que pertenecen la mayoría de los personajes de la novela y resolver o solucionar su conflicto.

En este párrafo puedes encontrar spoilers de Dune si solo has visto la película. En Dune, por ejemplo, encontramos un planeta, Arrakis, en el que viven los Fremen, unos aborígenes que recuerdan a los pueblos árabes o islámicos. Son personas que habitan en el desierto y que han aprendido a convivir con las arenas y los temibles gusanos de su planeta. El planeta pertenece a una federación feudal que envía gobernantes de entre las casas nobles para extraer la especia del desierto. En este contexto llega el protagonista, Paul Atreides, que poco a poco es aceptado entre los Fremen como un mesías, gracias a las manipulaciones que han hecho en su religión las Bene Geserit. Evidentemente, Paul acaba recuperando el planeta y «liberando» a los Fremen.

En el libro, todo este concepto se trata de solventar con algunos elementos. Por ejemplo: al comienzo, son los Fremen los que salvan a Paul y, además, todo está cubierto con un halo ecologista que trata de preservar la vida vegetal en Arrakis y formar un oasis en el planeta desértico. He de reconocer que esto queda muy velado en la película y me pareció un desacierto porque este tema es bastante más actual que el del mesías. De todos modos, estos pequeños atenuantes no eliminan que haya un salvador blanco de manual. Desde el comienzo, además, Paul entra dentro de las tribus Fremen y comienza a cambiar sus costumbres, siendo un extraño de otra raza con más privilegios el que indica lo que está bien y lo que está mal de las costumbres de ese pueblo. Una conducta bastante colonial que podría ser una crítica al colonialismo de nuestra realidad, pero que no llega a mostrarse como tal en ningún momento, puesto que Paul se convierte en su líder y cambia totalmente toda la civilización Fremen.

¿Por qué es un concepto negativo? Este concepto atenta directamente contra cualquier noción mínima de construcción de personaje, puesto que no deja que sean los propios personajes racializados los que desarrollen sus tramas. De nuevo, la historia se desarrolla en torno a un personaje que ostenta y hace uso de más privilegios que los demás. Un personaje debe tomar decisiones y actuar para no ser un personaje plano. El salvador blanco elimina esa posibilidad, convirtiéndose de manera indirecta en un eje principal de la historia. Además, hace que dé la impresión de que las personas racializadas no son capaces de resolver sus problemas por sí mismas, que siempre necesitan de un agente externo para ello, reafirmando, una vez más, su posición de poder.

Este concepto también puede emplearse asociado a otras minorías. Puede ser, por ejemplo, un hombre el que resuelva los conflictos de una mujer (princesa que necesita ser salvada) o un personaje heteronormativo resolviendo los problemas de algún personaje perteneciente al colectivo lgtbiq+. Los mismos efectos negativos que tiene sobre un personaje racializado, lo tendrá sobre cualquier otro personaje perteneciente a una minoría.

Si queremos representar de un modo realista y lo más cercano a la realidad posible a nuestros personajes inclusivos, tendremos que evitar a toda costa este tipo de problemas. Por supuesto, hay otros que son más graves, pero una mala representación de este tipo de personajes puede ser más negativa que una no representación de los personajes. Siempre es mejor tener eso en cuenta cuando vayamos a introducir algún personaje sobre el que no tengamos demasiada información.

Con esto no estoy diciendo que no introduzcáis personajes racializados si no pertenecéis a dicha raza, ni mucho menos, solo que hay que prestar atención para que estén construidos de la mejor forma posible. Exactamente igual que hacemos, o que deberíamos hacer, con el resto de personajes.

¿Qué os ha parecido el concepto?, ¿lo conocíais?