Escrito por: ALEJANDRO MARCOS

En esto de la literatura os vais a encontrar tantos métodos y consejos como escritores haya. Por eso, siempre que encuentro alguno nuevo que me parece interesante, os lo traigo aquí. Viendo distintas herramientas y distintos modos de trabajar, podréis llegar a encontrar el vuestro propio y personal; que al final, como ya sabéis si me seguís a menudo, es la meta a la que debéis aspirar y lo mejor que os puede pasar como escritores.

La técnica que os voy a presentar esta semana es la misma que empleamos en nuestro curso de avanzado del Itinerario de Literatura Fantástica, Ciencia Ficción y Terror, Centauros más allá de Orión (itinerario que, como veis, da nombre a este blog) en Escuela de Escritores. Durante este segundo año, nuestros alumnos, que ya han practicado con muchas de las principales técnicas narrativas durante los ocho meses que dura el nivel de Iniciación, se enfrentan a la escritura de cuatro relatos largos a lo largo del curso, uno por cada uno de los géneros principales del itinerario. La escritura de dichos relatos se realiza mediante las entregas semanales. Y es aquí donde entra este método de planificación.

Los alumnos disponen de una extensión recomendada (unas 5.000 palabras) y un tiempo concreto (seis semanas) para la planificación y escritura del relato por lo que esa primera parte, la de la planificación, será bastante importante para que se pueda llevar a buen puerto cada proyecto.

Durante esa primera semana de planificación, nosotros les hacemos reflexionar sobre el relato que van a escribir mediante una serie de preguntas que deben responder. Lo hacemos así para obligar al alumno a reflexionar sobre aquello que va a escribir y ver si encaja exactamente con aquello que quiere escribir. De ese modo, no solo conseguimos que como escritores los alumnos aprendan a reflexionar de forma objetiva su proyecto, sino que les hará tener una base, una red de seguridad, que pueda ayudarles en la escritura del relato. El hecho de tener que entregar una tarea cada semana hará que tengan que evitar bloquearse lo máximo posible.

Este método de trabajo es bueno no solo para los alumnos, sino que muchas veces yo mismo lo utilizo en mis planificaciones. Aunque, lo reconozco, suelo planificar mucho menos los relatos que las novelas. Pero lo hago solo porque si un relato no sale bien, no me da tanta rabia tirarlo y comenzar con otro. Si una novela no sale bien habré aprendido mucho, sí, pero preferiría que tantas horas y tanto esfuerzo llevaran al menos a un proyecto decente y bien defendido.

Es evidente que no será necesario responder a todas las preguntas con la misma profundidad ya que habrá relatos que estén más centrados en el personaje, por ejemplo, que en la trama (y viceversa). También es recomendable adaptar el formulario al tipo de relato que estamos escribiendo. Ya sea por género, narrador, personajes, etc. No es obligatorio, como podéis imaginar, responder a las mismas preguntas en todos los relatos. Como siempre os digo, lo más importante es que tengáis la capacidad de conoceros y ser capaces de adaptar cada herramienta narrativa a vosotros y vuestro proyecto.

A continuación, os voy a enumerar algunos ejemplos de preguntas que podéis utilizar para planificar vuestros propios relatos. Sentíos libres de añadir, modificar o eliminar cualquier pregunta. Nosotros creamos este listado usando la intuición y aquello que a nosotros mejor nos ha funcionado.

• ¿Quién es el protagonista?, ¿cómo se llama?, ¿qué edad tiene?, ¿a qué se dedica? (Este apartado se puede ampliar todo lo que necesitéis para conocer a vuestro protagonista, por ejemplo preguntas sobre su aspecto físico, ya que será algo muy importante para la historia).
• ¿Qué es lo que quiere conseguir, cuál es su deseo?
• ¿Qué impide que consiga su deseo?, ¿es otro personaje?, ¿es el propio protagonista?, ¿es el ambiente o son las circunstancias?
• ¿Qué hace el protagonista para conseguir ese deseo?
• ¿Lo consigue?
• ¿Qué cambia en el protagonista cuando consiga o no alcanzar ese deseo? En los relatos tradicionales, es importante que el protagonista sufra una transformación a lo largo de la historia. Antiguamente esa transformación se reflejaba más hacia lo externo y actualmente hacia lo interno. Puede ser algo sutil, pero os recomiendo tenerlo planificado antes de poneros a escribir.
• ¿Cuál será la peripecia?, ¿qué acciones ocurrirán durante el relato?
• ¿Habrá más personajes principales?, ¿quiénes son y cuáles son sus características principales?, ¿son necesarios?, ¿qué papel jugarán en la trama?
• ¿Dónde y cuándo se ambienta la historia?, ¿cuánto va a durar la peripecia? Si hablamos de mundos o ambientaciones que no existen en nuestra realidad, en este apartado deberemos detenernos más ya que habrá que ver cómo es esa ambientación, cómo va a influir en la historia y, sobre todo, cómo la vamos a presentar.
• ¿Cuánta extensión planeas que tenga?
• ¿Cuál es la primera acción, el desencadenante, aquello que hace que el personaje se ponga en marcha?
• ¿En qué género se encuadra la historia? Esta pregunta será especialmente importante para las obras que incluyan un elemento imposible ya que deberán, también, preguntarse por cómo van a introducir dicho elemento imposible sin romper la verosimilitud.
• ¿Cuál es el primer punto de giro y el segundo?
• ¿Qué narrador va a contar la historia?, ¿qué características tendrá?, ¿va a emplear algún rasgo distintivo o alguna técnica concreta?

Estas son solo las principales, pero hay muchísimas más. Todas las que queráis. Es importante encontrar el equilibrio entre que las preguntas sean demasiado vagas y, por lo tanto, el relato quede sin planificar, y realizar tantas preguntas que el escritor se pierda y al final no tenga claro qué es lo que quiere contar. Es mejor contestar cinco preguntas bien dirigidas a cincuenta sin ton ni son.

Por último, os recomiendo echar un vistazo a los cuadernos Fetiche que está editando Páginas de Espuma junto a la autora Bárbara Gil, en este caso concreto el cuaderno del Reto Bradbury que os presentamos aquí, porque es otra manera muy eficaz y atractiva de planificar y escribir vuestros relatos. Si no conocéis en qué consiste el reto Bradbury, os recomiendo echarle un vistazo a la web.