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Escrito por: ALEJANDRO MARCOS
Algunos años me había propuesto repasar mis novelas o revisar algunos relatos durante el verano, pero me he encontrado con que mi concentración y mi capacidad de trabajo disminuyen en los meses estivales, por lo que tomé la decisión de no escribir durante este periodo y aprovechar el tiempo para recuperar neuronas.
Aprovechamos este post veraniego para despedirnos de vosotros hasta septiembre. El curso escolar está a punto de terminar y queremos descansar durante estos dos meses para pensar en nuevo contenido y artículos interesantes que os puedan ayudar en vuestra carrera como escritores.
Además, no nos olvidamos de nuestros alumnos del Itinerario de Literatura fantástica, ciencia ficción y terror, porque dedicaremos también estos meses (parte, no todo, que el sofá y la playita nos llaman) a preparar el curso del año que viene y volver con más fuerzas e ilusión que nunca.
Hechas las formalidades, vamos con el artículo de esta semana:
A lo largo de mi carrera he conocido muchos tipos de escritores. Algunos de ellos aprovechan el verano para escribir de manera intensiva y aprovechar el tiempo de descanso en el trabajo para ser productivos como escritores. Este artículo no va dirigido a estos escritores, puesto que es evidente que ellos van a tener que aprovechar estas semanas de descanso de una manera más eficaz que el resto de escritores.
Personalmente no me encuentro entre esos escritores de verano. Mi trabajo diario, el que me da de comer, es un trabajo intelectual que hace que al llegar julio me encuentre totalmente agotado mentalmente. La mente necesita descansar. Algunos años me había propuesto repasar mis novelas o revisar algunos relatos durante el verano, pero me he encontrado con que mi concentración y mi capacidad de trabajo disminuyen en los meses estivales, por lo que tomé la decisión de no escribir durante este periodo y aprovechar el tiempo para recuperar neuronas (o perderlas, en función de lo cargado que esté el mojito).
Eso no quiere decir que abandone del todo la escritura o que no realice ninguna actividad relacionada con ella. Ese precisamente es el motivo del artículo. Si eres como yo, voy a presentarte algunas cosas que puedes realizar durante las vacaciones que no son escribir directamente, pero que te hacen seguir siendo escritor. Vamos con ellas:
Leer:
Esta parece un poco de Perogrullo, quizás lo sea, pero a veces conviene recordarlo. El verano es la época ideal para ponerse al día con esa pila de libros pendientes que no deja de crecer. La mía ha engordado varios kilos después de la Feria del Libro de Madrid. Según yo lo veo, hay tres maneras de afrontar la lectura durante este verano.
La primera es una lectura despreocupada, picando de la pila de pendientes aquello que más llame nuestra atención o más nos apetezca.
La segunda es una lectura relajante, en la que seleccionaremos solo libros que nos hagan sentir bien y que tampoco nos hagan pensar mucho. Es el momento ideal para pillar algún bestseller o ese guilty pleasure que no te atreverías a confesar a tus compañeros de trabajo, pero que no te importa que te vean leer los alemanes en la playa. Ideal para dejar las neuronas relajaditas, como salidas de un spa.
La tercera es la lectura de escritor. Es menos relajada que las anteriores, pero hará que sientas que no estás perdiendo el tiempo. Lo ideal es hacerse un plan de lectura justo antes de comenzar el verano y seleccionar aquellas que más nos vayan a ayudar de cara a encarar el próximo año de escritura. Yo este verano, por ejemplo, tengo seleccionadas cuatro novelas experimentales de las que quiero absorber su estructura para la novela que quiero comenzar el octubre.
Lo ideal es poder leer algo de forma relajada al menos un par de semanas, para dejar el cerebro listo y preparado para comenzar el nuevo curso. Yo alterno las lecturas de escritor con las lecturas despreocupadas. No soy muy amigo de los libros vacíos del todo, pues sí que me hacen tener la sensación de que pierdo el tiempo. Pero, oye, es tu verano, disfrútalo cómo quieras.
Bañador y cuaderno
Que no estés escribiendo no significa que no tengas ideas. El verano, los viajes y el cambiar de aires (y el tener el cerebro desconectado) son detonadores increíbles para nuestra creatividad. No olvides meter en el capazo de la playa una libreta y un bolígrafo. Nunca sabes dónde vas a encontrar una historia. Cuánto más relajado está el cerebro, más sencillo es que conecte con alguna idea estupenda que poder realizar después cuando llegue el frío y no nos apetezca salir de casa. Si los bañistas supieran la de veces que han salido en mis novelas…
Explora otras artes
Los cines y los museos tienen aire acondicionado, no lo olvides. Darte un paseo por un museo, pasar la tarde en el cine o ver una serie en el autobús de camino al pueblo son opciones más que recomendables para mantener la parte creativa del cerebro atenta a la vez que relajada. Siempre hablo de la importancia que tiene para la creatividad el alimentarse de diferentes disciplinas artísticas y en este caso, de una forma tranquila y más disfrutable aún, os lo recomiendo encarecidamente. A veces ver una buena escultura o un cuadro es más estimulante que leer seis libros. Puede haber una idea incluso en el Gran Prix del verano.
Viaja
Conocer lugares y culturas nuevas es enriquecedor no solo a nivel personal, sino que además puede ser muy eficaz para la creatividad. Todas esas imágenes que retenemos cuando viajamos y las experiencias que vivimos van a formar un poso que después será de mucha utilidad cuando estemos encerrados en una habitación fría durante el invierno.
Igualmente, conocer gente nueva, sobre todo si es de otro lugar, también va a ampliar el abanico de nuestra creación de personajes. Olvida al escritor en su cueva, estás de vacaciones, ¿recuerdas?
Descansa
Por último, descansa. Es importante. Mucho más que aprovechar las lecturas o tomar notas. La actividad del escritor es agotadora mentalmente y requiere de mucho esfuerzo si se quiere compaginar con otro trabajo. Eso no hay que olvidarlo. No hay que ser productivo siempre, hay que disfrutar y relajarse. Para eso está el verano, para eso te lo has ganado. La revisión de la novela… será problema del Alejandro deprimido de septiembre.
Coordina el Itinerario Centauros más allá de Orión de literatura fantástica, ciencia ficción y terror, en el que imparte clases desde hace casi diez años. Ha publicado las novelas fantásticas El final del duelo, Vendrán del este (ambas con Orciny Press) y Cástor y Pólux (con Ediciones el Transbordador). En enero de 2024 la novela de terror La hora de las moscas con Plaza & Janés. Además ha participado en varios manuales de escritura de Páginas de Espuma y en varias antologías de relato fantástico.
Más informaciónCoordina el departamento de Literatura Infantil y Juvenil de la Escuela de Escritores. Ha publicado más de una docena de libros para infancia y adolescencia, entre los que destacan El cofre de Nadie, premio Gran Angular 2021, Recuérdame por qué he muerto, premio Torre del Agua 2023 o Un hada con el ala rota. También ha publicado, con la editorial Páginas de Espuma y Escuela de Escritores el manual Escribir Infantil y Juvenil.
Más informaciónRedactor de nuestro canal de Twitter. Es Licenciado en Filología Hispánica y diplomado en Guion por la ECAM. En los últimos años ha desarrollado su actividad como escritor en redes sociales, donde acumula decenas de miles de seguidores. Cada viernes, los relatos que publica en su perfil personal se convierten en historias virales en Twitter. Entre 2012 y 2022 ha sido profesor de español y Escritura Creativa en la ciudad de Berlín.
Más informaciónLara es la coordinadora del Departamento de Atención al Alumno. Forma parte del equipo de Escuela de Escritores desde 2017, donde se ha formado en cursos de Escritura Creativa, Relato Breve y Proyectos Narrativos. Desde 2021 imparte clases de Escritura Creativa para jóvenes y adultos. Estudió Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid.
Más informaciónNació en Brasil en 1981, y reside en Madrid. Es diplomada en Guion por la ECAM y forma parte de Escuela de Escritores, donde imparte clases desde 2004. Su libro de relatos, El cuerpo secreto, fue publicado en Páginas de Espuma en 2015. Como escritora forma parte del proyecto CELA (2017-2019) y de la lista Bogotá 39 seleccionada por el Hay Festival (Bogotá39-2017).
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