Todas las entradas de: Blog de escritura

Escrito por: ALEJANDRO MARCOS

Escribir es difícil. Punto. Aquí podría acabar el artículo de esta semana perfectamente. Escribir es complicado, muchas veces insatisfactorio y, la mayoría de las veces, bastante ingrato.

Blog de escritura de Escuela de Escritores, con Lara Coto, Alejandro Marcos, Chiki Fabregat, Jorge Corrales y Mariana Torres

A lo largo de mi carrera como profesor me he encontrado con alumnos que me respondían eso mismo cuando yo les hacía alguna enmienda a sus textos. «Pero, es que, eso que me dices, es muy complicado». Ay, amigo. Nadie dijo que esto fuera fácil.

Muchos escritores principiantes tienen la (absolutamente equivocada) idea de que si uno tiene imaginación y disfruta leyendo, será un buen escritor. Que podrá ponerse en un rato y transmitir eso que tan claramente ve en su cabeza. Nada más lejos de la cruel realidad.

Lo he dicho muchas veces, sobre todo en mis clases, trabajamos con palabras, ese es nuestro material, nuestra materia prima. Y todo el mundo usa las palabras en su día a día. Mucha gente, además, las usa de manera escrita para trabajar. Siendo un material tan común y tan utilizado, da la impresión de que no puede ser difícil. Uno no se plantea ser escultor, pintor o músico pensando en la facilidad de la ejecución. La escritura, y esta es la impresión que he me ha generado mi trabajo a lo largo de los años, es la salida fácil para los artistas vagos. Y eso es un problema. Sobre todo para ellos.

¿Por qué? Porque no estoy hablando aquí del intrusismo o de la gente que se lanza a publicar sin saber cómo trabajar correctamente un texto y que degrade el arte de la literatura (los dioses de felpa me libren de pensar alguna vez en la degradación de la literatura). No. A lo que me refiero es a la frustración que va a producir esa salida fácil para ese aspirante a escritor. Es verdad que ese artista probablemente iba a salir igual de frustrado se enfrentara al arte que se enfrentara, puesto que cualquier creación artística requiere de mucho esfuerzo y sacrificio. Casi nadie vive de su arte y sacar tiempo libre para ponerse a trabajar muchas veces es algo que no estamos dispuestos a hacer. Preferimos la satisfacción fácil, inmediata. Si me pongo a escribir y no me sale a la primera, lo abandono. Si no soy un bestseller con la primera novela que escriba, es que no valgo y, muy probablemente, que el sistema falla.

Escribir es difícil. Veo la sorpresa en la cara de muchos de mis alumnos cuando les explico que en una de sus frases el narrador ha dejado de ser equisciente y se ha convertido en omnisciente. Cuando les digo que esa frase tan bonita es explicativa o abstracta, que un párrafo se sale de la historia, que un personaje actúa de manera incoherente o que su arco no tiene sentido ni depende de sus acciones. Hay que prestar atención a demasiadas cosas, me suelen decir después. Es imposible que los escritores sepan todo esto cuando escriben.

Y ahí también viene parte de esa frustración. Antes de enfrentarse a la literatura, uno tiene la impresión de que la escritura es, sobre todo, creación. Que uno se sienta con un folio en blanco delante y simplemente va rellenándolo de palabras y, si acaso, hace alguna revisión posterior para que todo encaje. Error. Escribir es difícil. Y escribir es, en un ochenta por ciento, revisar. Es escribir con los codos, quemarse las pestañas, dejarse los cuernos. Escribir es cabezonería y trabajo de artesano, mover comas y leer un mismo párrafo hasta que las palabras pierden sentido. Hacer una revisión argumental, otra de ritmo, otra de repeticiones, otra en voz alta…

También he visto eso en mis alumnos. Ese pánico a la revisión. Es lo menos romántico que tiene la escritura, pero es lo que hace que al final el texto sea literario, sea verdad. Lo demás solo sirve para los genios. Y los genios trabajan mucho. Quizás les cueste menos el trabajo que a los demás seres mortales (no lo sé, nunca he conocido ninguno), pero nadie ha alcanzado la excelencia sin dedicarle muchas horas a lo que hace. Sean botijos de barro, novelas o cuadros renacentistas. El problema está en no asumir eso, en pensar en la varita mágica, en pensar que mágicamente vamos a producir la mejor obra escrita. Pensar eso, desear escribir la mejor novela que se haya escrito nunca, es un atajo directo al fracaso y a la frustración sin siquiera pasar por la casilla de salida y, por supuesto, sin cobrar.

Hay que estar preparado para ello. Quizás es la primera lección que debería aprender cualquier artista. Y me maravilla cuando los alumnos se dan cuenta de esa dificultad y de pronto comprenden; comprenden por qué los textos que tanto les han gustado funcionan y los suyos aún (AÚN) no lo hacen. Y agachan la cabeza, asienten, marcan en rojo y vuelven a lanzarse al ring para el siguiente round.

Por supuesto, hay otro tipo de alumnos o de escritores que no aspiran a eso. No aspiran a extraer su máximo potencial con la escritura y a ir subiendo peldaños poco a poco en su aprendizaje. Hay otros escritores que simplemente aspiran a poner por escrito sus ideas y a compartirlas con otros. Estupendo. Escritores de blogs, de tertulias, de cenas familiares. Y es tan lícito como cualquier otro escritor. Para ellos la escritura sí es sencilla, es fácil y, además, muy probablemente sea agradecida y aplaudida por su círculo cercano. Habría que ver, evidentemente, si eso que producen es literatura o no. Pero yo no soy quién para realizar esa clasificación ni, mucho menos, para sentirme mejor o peor que ellos. Probablemente esas personas sean mucho más felices de lo que lo son la mayoría de los otros escritores.

En conclusión, escribir cuesta y es muy difícil, sí. Valga este artículo como advertencia para aquellos que no estén dispuestos a trabajar y a esforzarse. No os hagáis escritores entonces. Realizad otra tarea que requiera menos esfuerzo y os proporcione más satisfacciones, como ver la tele o escuchar música. Escribir es difícil, pero no es imposible. Al fin y al cabo, las mejores cosas en la vida siempre requieren un poco de esfuerzo, como, por ejemplo, las tortillas de patatas o unos buenos canelones.

Acerca de los autores

Alejandro Marcos, fotografía de Isabel Wagemann- IMG2-675

Alejandro Marcos

Coordina el Itinerario Centauros más allá de Orión de literatura fantástica, ciencia ficción y terror, en el que imparte clases desde hace casi diez años. Ha publicado las novelas fantásticas El final del duelo, Vendrán del este (ambas con Orciny Press) y Cástor y Pólux (con Ediciones el Transbordador). En enero de 2024 la novela de terror La hora de las moscas con Plaza & Janés. Además ha participado en varios manuales de escritura de Páginas de Espuma y en varias antologías de relato fantástico.

Más información
Chiki Fabregat, fotografía de Isabel Wagemann- IMG2-675

Chiki Fabregat

Coordina el departamento de Literatura Infantil y Juvenil de la Escuela de Escritores. Ha publicado más de una docena de libros para infancia y adolescencia, entre los que destacan El cofre de Nadie, premio Gran Angular 2021, Recuérdame por qué he muerto, premio Torre del Agua 2023 o Un hada con el ala rota. También ha publicado, con la editorial Páginas de Espuma y Escuela de Escritores el manual Escribir Infantil y Juvenil.

Más información
Jorge Corrales - IMG300

Jorge Corrales

Redactor de nuestro canal de Twitter. Es Licenciado en Filología Hispánica y diplomado en Guion por la ECAM. En los últimos años ha desarrollado su actividad como escritor en redes sociales, donde acumula decenas de miles de seguidores. Cada viernes, los relatos que publica en su perfil personal se convierten en historias virales en Twitter. Entre 2012 y 2022 ha sido profesor de español y Escritura Creativa en la ciudad de Berlín.

Más información
Lara Coto, profesora de Escritura Creativa para Adolescentes en Escuela de Escritores - IMG570 - fotografía de Ático26

Lara Coto

Lara es la coordinadora del Departamento de Atención al Alumno. Forma parte del equipo de Escuela de Escritores desde 2017, donde se ha formado en cursos de Escritura Creativa, Relato Breve y Proyectos Narrativos. Desde 2021 imparte clases de Escritura Creativa para jóvenes y adultos. Estudió Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid.

Más información
Mariana Torres, profesora del Máster de Narrativa en Escuela de Escritores - IMG570 - fotografía de Gaby Jongenelen

Mariana Torres

Nació en Brasil en 1981, y reside en Madrid. Es diplomada en Guion por la ECAM y forma parte de Escuela de Escritores, donde imparte clases desde 2004. Su libro de relatos, El cuerpo secreto, fue publicado en Páginas de Espuma en 2015. Como escritora forma parte del proyecto CELA (2017-2019) y de la lista Bogotá 39 seleccionada por el Hay Festival (Bogotá39-2017).

Más información

Más información

Error: Formulario de contacto no encontrado.

Más información curso

    Compartir en