Escrito por: LARA COTO
Es un buen momento para amar la lectura. La industria ha crecido, la ficción escrita se produce en cantidades inmensas, hay lanzamientos constantemente y los títulos a la venta son numerosísimos. Surgen nuevos autores, nuevos estilos, nuevos géneros. No solo eso, sino que entre las redes sociales se promueve y se comenta la lectura sin parar. Hace ya muchos años que aparecieron los primeros booktubers creando tendencia al hablar de libros en YouTube, y hoy en día, casi todas las redes sociales cuentan con un espacio propio para recomendar libros, hacer reseñas e intercambiar opiniones.
Así que sí, es una época ideal para aficionarse a la lectura: las opciones son infinitas y las oportunidades para compartir esa afición, también. Además, en esos mismos espacios lectores dentro de las redes sociales están naciendo toda clase de costumbres y tendencias relacionadas con la lectura: el haul de libros para enseñar las últimas adquisiciones, el unboxing con el último pedido a la librería, el wrap up para repasar las lecturas del mes (sí, estas modas nacieron en países de habla inglesa).
De entre todas las tendencias lectoras, hay una que es tremendamente popular. No solo la siguen los creadores de contenido de libros, sino una enorme cantidad de lectores de todo tipo: el reto de lectura de Goodreads.
El concepto es bien sencillo: Goodreads, una red social centrada en la catalogación de lecturas, te propone que al principio de cada año te pongas un reto de número de libros por leer: veinte libros, cincuenta libros, cien libros. Lo que tú quieras. Después solamente tienes que apuntar en la aplicación cada libro que vas leyendo y el programa se encarga de contar.
Reconozco que el sistema es de lo más estimulante. Ver cómo se va llenando la barrita a medida que te acercas a tu objetivo es muy satisfactorio. Yo, como devoradora de libros que soy, siempre empiezo el año fijando mi propósito de lectura, y después apunto religiosamente cada título que termino para que la aplicación no se pierda ni un solo avance en mi proceso.
Sin embargo, este año será diferente.
En 2025, por primera vez en mucho tiempo, no habrá reto de lectura para mí. Ni en Goodreads, ni en ninguna parte.
Para explicar las razones de esta decisión, debo revivir una de las últimas sesiones de grabación que tuvimos Alejandro Marcos y yo para el podcast de Escuela de Escritores. Como es un episodio que todavía no ha salido, no voy a destripar quién fue la persona invitada ni qué palabra eligió. Solo contaré que, en un momento dado, estábamos charlando de este crecimiento descomunal de la industria literaria, de lo difícil que resulta seguir el ritmo de los lanzamientos y estar más o menos al día de las novedades y de cómo eso ha afectado a la forma en que leemos. Entonces, Alejandro confesó que, desde hace tiempo, en ocasiones, le sucede algo curioso con la lectura: cuando empieza un libro, ya está pensando en terminarlo para leer el siguiente que tiene en su lista de pendientes. Recuerdo que al oírlo pensé “Claro, a mí también me pasa. Es normal, con la de títulos que hay por leer”. Pero entonces Alejandro dijo otra cosa. Fue algo así como: “El ocio de la pausa se ha convertido en consumo”. Y esa frase puso en marcha un montón de mecanismos en mi mente.
Pensé que es verdad. Que, antes, la lectura era un espacio de calma, un refugio para el ritmo frenético del exterior, un acto en el que recrearse. Pensé que, de niña, yo solía sufrir cuando iba a terminar un libro, porque si lo estaba disfrutando mucho, no quería salir de ahí. Pensé que ya ni me acordaba de cuándo fue la última vez que había sentido eso, porque de un tiempo a esta parte, terminar un libro y sacar otro de la lista de pendientes es un alivio. Pensé que hubo una época en la que, efectivamente, leía por leer. No por haber leído.
Y eché de menos esa época de una forma brutal.
Mientras continuaba con la charla para el podcast, una parte de mi cerebro seguía tirando de ese hilo, destapando en el proceso un montón de verdades incómodas. Que cada vez que empiezo un libro, calculo mentalmente cuánto tardaré en leerlo. Que tengo un montón de libros largos (maravillosamente largos, tochos acaparadores del tiempo y del alma) que estoy deseando catar, pero no lo hago porque sé que en esas semanas podría leer cuatro o cinco libros cortos (y ver llenarse la barrita de Goodreads más rápido). Y que si abandonara todas esas costumbres, si pudiera simplemente parar, leer, leer de verdad, deleitándome, olvidando por completo la lista de pendientes y los retos de lectura, me sentiría feliz. Volvería a ser como esa niña que no quería salir de una historia.
No sé cuántos lectores serán como Alejandro y como yo. Quizá estás leyendo esto y te está pareciendo una locura que alguien pueda llegar a vivir la lectura de esa forma. O quizá, por el contrario, te identificas con estas realidades. Si este es tu caso, te animo a que rompas con los retos, las cantidades y las expectativas. Entrégate a la lectura por placer, acampa en una historia si te apetece, reconquista el ocio de la pausa y recupera la calma cálida de un libro.
Una amiga me dijo una vez (creo que lo leyó en algún sitio) que una estantería llena de libros por leer no debería ser una lista de tareas pendientes. Debería ser, más bien, como una bodega llena de buenas botellas de vino. El dueño de la bodega no se estresa pensando en todos los vinos que le quedan por beber, ni se mete prisa a sí mismo para beber más rápido y así probar más vinos. En lugar de eso, ve cada botella como una oportunidad, y espera pacientemente el momento de abrirla y disfrutarla. Y mientras tanto, observa y cuida con orgullo su enorme colección de futuras experiencias.
Es probable que en 2025 lea pocos libros, pero los leeré bien. Leeré aquellos que me apetecen, sea cual sea su extensión, y pasaré entre sus páginas todo el tiempo que necesite. Y si, mientras tanto, la lista de pendientes sigue creciendo, pues genial. Más grande será mi bodega.
Lara es la coordinadora del Departamento de Atención al Alumno. Forma parte del equipo de Escuela de Escritores desde 2017, donde se ha formado en cursos de Escritura Creativa, Relato Breve y Proyectos Narrativos. Desde 2021 imparte clases de Escritura Creativa para jóvenes y adultos. Estudió Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid.
Más informaciónCoordina el Itinerario Centauros más allá de Orión de literatura fantástica, ciencia ficción y terror, en el que imparte clases desde hace casi diez años. Ha publicado las novelas fantásticas El final del duelo, Vendrán del este (ambas con Orciny Press) y Cástor y Pólux (con Ediciones el Transbordador). En enero de 2024 la novela de terror La hora de las moscas con Plaza & Janés. Además ha participado en varios manuales de escritura de Páginas de Espuma y en varias antologías de relato fantástico.
Más informaciónLicenciada en Física y Máster en Cultura Científica e Innovación. Forma parte del equipo de Escuela de Escritores en el área de Informática. Imparte un Laboratorio de metáforas y fue alumna de la IX Promoción del Máster de Narrativa de Escuela de Escritores. En 2019 participó en el curso europeo de formación de profesorado de la EACWP. En 2021 publicó su primer poemario, Muro con buganvilla, con la editorial Amargord, reeditado en 2024 por Buenos Aires Poetry.
Más informaciónCoordina el departamento de Literatura Infantil y Juvenil de la Escuela de Escritores. Ha publicado más de una docena de libros para infancia y adolescencia, entre los que destacan El cofre de Nadie, premio Gran Angular 2021, Recuérdame por qué he muerto, premio Torre del Agua 2023 o Un hada con el ala rota. También ha publicado, con la editorial Páginas de Espuma y Escuela de Escritores el manual Escribir Infantil y Juvenil.
Más informaciónEs Licenciado en Filología Hispánica y diplomado en Guion por la ECAM. En los últimos años ha desarrollado su actividad como escritor en redes sociales, donde acumula decenas de miles de seguidores. Cada viernes, los relatos que publica en su perfil personal se convierten en historias virales en Twitter. Entre 2012 y 2022 ha sido profesor de español y Escritura Creativa en la ciudad de Berlín.
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