Escrito por: ALEJANDRO MARCOS
Hace diez años que publiqué mi primer libro. Me gusta tener una fecha concreta que celebrar porque no recuerdo cuándo empecé a escribir. Podría poner muchas fechas orientativas, quizás cuando me apunté a mi primer curso de escritura, quizás cuando empecé el borrador de aquella saga interminable con dieciséis años o, si me pongo excesivo, cuando escribía obras de teatro que luego representaba con mis muñecos en la habitación. Quizás no haya una fecha exacta en la que uno se convierte en escritor.
Y por eso me gusta tener una concreta que celebrar, la fecha en la que publiqué mi primera novela. Han pasado muchas cosas en mi vida y en mi carrera y lo cierto es que en ningún momento imaginé que me fuera tan bien como me ha ido. Muchas gente pensará que lo que he conseguido no es para tanto (y tendrán razón), pero es más de lo que yo esperaba para mí mismo.
Si echo la vista atrás, hay unas cuantas cosas que me gustaría decirle a mi yo recién publicado que, creo, hubieran hecho su carrera literaria hasta este punto más sencilla o al menos menos solitaria.
Lo primero que le diría es que publicar un libro no significa nada.
Permítete soñar en la ducha con el pelotazo, con ese lector adecuado que descubre tu libro por casualidad y que lo hace llegar a otros lectores con los que encaja. Sueña con eso, pero no pongas todos tus huevos en esa cesta.
Disfruta de cada venta, de cada lectura, de cada lector nuevo que consigues. Celebra las pequeñas victorias porque son tuyas y el hecho de que haya otros escritores que estén más lejos no te las quita.
Ponte metas realistas, no te pongas palos en las ruedas, disfruta del viaje y escribe aquello que de verdad te apasiona. Nunca pienses en la gente que va a leer tus libros, sino en lo mucho que disfrutarías tú como lector con tus historias. Lo bueno de no depender del mercado ni ser un superventas es que puedes escribir aquello que te interesa. Así que disfrútalo.
Sé humilde y aprende de la experiencia de otros. Acepta que a veces la suerte es un factor determinante en la vida de un libro o en la carrera de un escritor y acepta también que no puedes hacer nada contra eso. Si la suerte tiene que venir, que te pille con el trabajo hecho. Trabaja para dar lo mejor de ti mismo, pero no te compares con los demás ni tengas envidia. Generalmente, el éxito de otros, aunque dependa en cierta medida de la suerte, también envuelve una gran cantidad de trabajo. No te lo mereces más que nadie.
No estás solo. Busca otras personas como tú con las que compartir inquietudes. Vas a llegar más lejos de lo que piensas simplemente haciendo tu trabajo. En diez años habrás publicado cuatro novelas, habrás coordinado un manual de escritura, participado en varias antologías y terminado varios proyectos más que no han visto la luz aún y que quizás nunca lo harán. Sé que ahora te ves incapaz de hacer algo así, pero todo surgirá de manera natural porque siempre estarás preparado para trabajar con humildad.
Ten la mente abierta para escuchar a aquellos que saben más que tú y, a la vez, aprende a confiar en tu instinto. Encontrar equilibrios entre contradicciones se convertirá en el mayor de los retos a la hora de sobrellevar tu carrera como escritor. Escucha también a tus alumnos, recuerda siempre que estuviste en su lugar, que estabas perdido y trata de ser un apoyo para ellos. Recupera de ellos la ilusión y la inocencia para enamorarte cada vez que te sientes frente a la hoja en blanco.
Hazte responsable de tus fallos, pero también de tus aciertos. Toma decisiones y después hazte cargo de ellas. Sé tu propio respaldo, confía en ti. Verás cómo los aciertos son mayores que los fallos y que esos fallos casi siempre se convierten en aprendizajes.
Intenta siempre mejorar, pero permítete sentarte o incluso escribir mal o no escribir cuando lo necesites. No le debes nada a la literatura, estás haciendo esto porque te gusta y porque lo disfrutas. Está bien descansar, está bien escribir libros que no sean mejores que los anteriores, está bien reconocer que estás bloqueado, que no te apetece escribir o que no te gusta nada de lo que se te ocurre. Todo pasará, pero, si no lo hiciera, también estará bien porque, como he dicho antes, no le debes nada a la literatura.
Habrá gente a la que no le gusten tus libros o que no entienda lo que quieres escribir. Recibirás muchos noes, tendrás que cambiar cosas que te harán enfadar y habrá momentos en los que dudes si de verdad vales para escribir. Eso forma parte también del proceso de escritura. Tendrás que pelear día a día con el síndrome del impostor y llegarás a la conclusión de que es mejor eso que tener el complejo del emperador desnudo.
Abraza lo que haces y celebra cada paso. Cada uno de ellos, hasta los tropiezos, te llevan siempre un poquito más cerca de donde quieres estar. Hasta los pasos que das hacia atrás. Aunque no sean para coger carrerilla. No tengas prisa, volveremos a hablar dentro de otros diez años.
Una vez cerrado el pasado, es el momento de celebrar el presente y, sobre todo, de mirar hacia el futuro. ¿Qué espero de mi literatura en los próximos veinte años?, ¿qué quiero conseguir? Sigo con las expectativas bajas. No en el sentido de no esperar conseguir nada, sino en el sentido de aceptar todo lo que venga como un aprendizaje. Para mí es suficiente si dentro de veinte años sigo publicando libros, eso significará que no se me han agotado las ideas y que sigo intentándolo. Dónde o cómo lo haga espero que sea secundario para mí, que siga sin importarme.
Deseo seguir siendo humilde y tratando de aprender y de ser cada día un poco mejor en la escritura. Si logro algo así (que no es poco), creo que podré darme por satisfecho. Quién sabe, quizás nos veamos en otro artículo dentro de diez años y os lo pueda contar.
Coordina el Itinerario Centauros más allá de Orión de literatura fantástica, ciencia ficción y terror, en el que imparte clases desde hace casi diez años. Ha publicado las novelas fantásticas El final del duelo, Vendrán del este (ambas con Orciny Press) y Cástor y Pólux (con Ediciones el Transbordador). En enero de 2024 la novela de terror La hora de las moscas con Plaza & Janés. Además ha participado en varios manuales de escritura de Páginas de Espuma y en varias antologías de relato fantástico.
Más informaciónEs Licenciado en Filología Hispánica y diplomado en Guion por la ECAM. En los últimos años ha desarrollado su actividad como escritor en redes sociales, donde acumula decenas de miles de seguidores. Cada viernes, los relatos que publica en su perfil personal se convierten en historias virales en Twitter. Entre 2012 y 2022 ha sido profesor de español y Escritura Creativa en la ciudad de Berlín.
Más informaciónLara es la coordinadora del Departamento de Atención al Alumno. Forma parte del equipo de Escuela de Escritores desde 2017, donde se ha formado en cursos de Escritura Creativa, Relato Breve y Proyectos Narrativos. Desde 2021 imparte clases de Escritura Creativa para jóvenes y adultos. Estudió Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid.
Más informaciónLicenciada en Física y Máster en Cultura Científica e Innovación. Forma parte del equipo de Escuela de Escritores en el área de Informática. Imparte un Laboratorio de metáforas y fue alumna de la IX Promoción del Máster de Narrativa de Escuela de Escritores. En 2019 participó en el curso europeo de formación de profesorado de la EACWP. En 2021 publicó su primer poemario, Muro con buganvilla, con la editorial Amargord, reeditado en 2024 por Buenos Aires Poetry.
Más informaciónCoordina el departamento de Literatura Infantil y Juvenil de la Escuela de Escritores. Ha publicado más de una docena de libros para infancia y adolescencia, entre los que destacan El cofre de Nadie, premio Gran Angular 2021, Recuérdame por qué he muerto, premio Torre del Agua 2023 o Un hada con el ala rota. También ha publicado, con la editorial Páginas de Espuma y Escuela de Escritores el manual Escribir Infantil y Juvenil.
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