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Escrito por: ALEJANDRO MARCOS
El tema es uno de los conceptos principales en las historias narrativas y, sorprendentemente, es uno de los últimos en los que pensamos y, además, uno de los más desconocidos entre los escritores que comienzan. Mi intención con este artículo es poner mi granito de arena para que esas dos cuestionen comiencen a cambiar un poco, o al menos para que comiencen a cambiar un poco en ti.
En el blog hemos tratado el tema, pero de forma tangencial, solo hablando de las obsesiones temáticas de los escritores en este artículo inspirado por mi buen amigo Stephen King. Hoy quiero intentar sentar las bases del concepto principal en lugar de reflexionar sobre él como hice en el pasado.
Comencemos por lo básico. ¿Qué es el tema?, ¿se come? Lamentándolo mucho, no, no se come. Podríamos decir que el tema es la idea abstracta que subyace bajo una narración. Es decir, la respuesta a: ¿de qué habla el texto? Si necesitamos más de una frase para explicar el tema de nuestra historia, es que no lo tenemos claro o que ni siquiera sabemos de lo que estamos hablando.
Decimos que es un concepto abstracto porque es la síntesis máxima de nuestra historia, el resumen en su máxima esencia. Podríamos decir que las obras narrativas son ejemplos prácticos que nos explican esos conceptos abstractos. Como si para explicar el concepto del amor prohibido narrásemos Romeo y Julieta.
Según Faulkner solo hay tres grandes temas: el amor, la muerte y el odio. Y podríamos decir que en esencia sí, aunque de esos tres nacen muchos otros que se repiten a lo largo de la Literatura Universal. Y de aquí viene el tópico de que ya está todo dicho, de que no podemos ser originales en literatura. La mayoría de los temas (venganza, amor prohibido, vuelta al hogar, redención, autoconocimiento, etc.) ya han sido tratados en la literatura con anterioridad. Con tanta anterioridad que podríamos decir que la mayoría de ellos tienen origen en la antigua Grecia.
El más actual podría ser el tema generado por Kafka y que tiene relación con el sujeto como integrante de una sociedad en la que no encaja. Ese desarraigo social, que en realidad formaría parte del tema de la identidad, es, por el momento, el último generado por los escritores. Esto quiere decir que siempre hay espacio para encontrar nuevos temas, por supuesto, pero también que no debes centrar tus esfuerzos como escritor en encontrarlo. Es alto probable que Franz Kafka no estuviera buscando un nuevo tema a la hora de crear sus historias. Como ya hemos dicho otras veces, la originalidad y la individualidad del autor debe venir de su propia visión del mundo, de saber aportar sus vivencias y su bagaje único a aquello que cuenta. Aunque sea a través de un tema del que ya han hablado millones y millones de escritores antes que él.
Todo esto es muy bonito, es precioso, de hecho; pero nosotros no somos (en principio) teóricos. Nosotros somos escritores. ¿Cómo puedo usar el tema para construir mis historias?, ¿en qué me va a beneficiar conocer el tema de lo que estoy escribiendo? Mi tiempo es preciado, tengo que trabajar, sacar al perro, hacer la comida y cuidar a los niños, ¿me compensa dedicar algo de mi tiempo de escritura a reflexionar sobre el tema, querido bloguero? Sí, absolutamente.
Según mi experiencia, hay dos maneras de trabajar con el tema narrativo. La primera de ellas se da en la fase de planificación. En esta parte, antes de habernos puesto a escribir, conviene sentarnos a reflexionar sobre lo que queremos escribir. Si tenemos la historia, el argumento, de lo que queremos contar, siempre es recomendable sentarse un tiempo y reflexionar qué es lo que subyace por debajo. De qué es de lo que queremos hablar con esa historia. Esto puede ayudarnos a recolocar algunos elementos de la historia y a acabar de ajustar el argumento. Es decir, que puede ser una pequeña brújula para montar la planificación. Si vemos que el tema y el argumento no encajan, tendremos que reflexionar para cambiar alguna de las dos cosas. Ninguna estará mal por sí misma, pero probablemente no funcionen juntas.
Hay autores, principalmente aquellos más experimentados, que en lugar de partir de una historia y preguntarse de qué va, lo que hacen es buscar un tema y después crear a su alrededor una historia. Yo esta opción la recomiendo solo si conocemos algún tema que nos obsesione o si queremos explorar alguno en concreto para experimentar o ver hasta dónde podéis llegar.
Si no sois de mucha planificación, os recomiendo pensar en el tema en dos momentos de la historia. El primero de ellos, cuando lleguéis, más o menos, a la mitad de la escritura. En ese punto ya os podréis preguntar qué es lo que queréis contar con la historia sin que eso os constriña a la hora de seguir escribiendo. Hacer esta reflexión os ayudará a guiar (de nuevo como una brújula), el resto del argumento y hará que la historia tenga una coherencia interna que el lector va a saber notar de manera inconsciente.
El segundo momento en el que debéis pensar en el tema si no sois planificadores se produce al terminar el primer borrador. En ese momento es muy importante (más aún si no lo habéis hecho antes) que reflexionéis sobre el tema de la historia. Recordad que a menor planificación, mayor trabajo de revisión, por lo que debéis estar abiertos y receptivos a cualquier cambio que os sugiera el no encontrar el tema adecuado o el ver que se ha producido una incoherencia entre el argumento y lo que queremos contar.
Cuesta un tiempo conseguir detectar el tema de las historias a la primera, por lo que yo os recomiendo practicar todo lo que podáis. Un ejercicio que yo hago y que me ayuda mucho es intentar extraer el tema de todo lo que estoy leyendo. Este ejercicio hace que mi mente esté acostumbrada a buscar esa abstracción que subyace dentro de cualquier texto y, así, que me sea relativamente sencillo encontrar los temas de mis propias historias cuando las estoy planificando o escribiendo.
Coordina el Itinerario Centauros más allá de Orión de literatura fantástica, ciencia ficción y terror, en el que imparte clases desde hace casi diez años. Ha publicado las novelas fantásticas El final del duelo, Vendrán del este (ambas con Orciny Press) y Cástor y Pólux (con Ediciones el Transbordador). En enero de 2024 la novela de terror La hora de las moscas con Plaza & Janés. Además ha participado en varios manuales de escritura de Páginas de Espuma y en varias antologías de relato fantástico.
Más informaciónCoordina el departamento de Literatura Infantil y Juvenil de la Escuela de Escritores. Ha publicado más de una docena de libros para infancia y adolescencia, entre los que destacan El cofre de Nadie, premio Gran Angular 2021, Recuérdame por qué he muerto, premio Torre del Agua 2023 o Un hada con el ala rota. También ha publicado, con la editorial Páginas de Espuma y Escuela de Escritores el manual Escribir Infantil y Juvenil.
Más informaciónEs Licenciado en Filología Hispánica y diplomado en Guion por la ECAM. En los últimos años ha desarrollado su actividad como escritor en redes sociales, donde acumula decenas de miles de seguidores. Cada viernes, los relatos que publica en su perfil personal se convierten en historias virales en Twitter. Entre 2012 y 2022 ha sido profesor de español y Escritura Creativa en la ciudad de Berlín.
Más informaciónLara es la coordinadora del Departamento de Atención al Alumno. Forma parte del equipo de Escuela de Escritores desde 2017, donde se ha formado en cursos de Escritura Creativa, Relato Breve y Proyectos Narrativos. Desde 2021 imparte clases de Escritura Creativa para jóvenes y adultos. Estudió Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid.
Más informaciónNació en Brasil en 1981, y reside en Madrid. Es diplomada en Guion por la ECAM y forma parte de Escuela de Escritores, donde imparte clases desde 2004. Su libro de relatos, El cuerpo secreto, fue publicado en Páginas de Espuma en 2015. Como escritora forma parte del proyecto CELA (2017-2019) y de la lista Bogotá 39 seleccionada por el Hay Festival (Bogotá39-2017).
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