Escrito por: ALEJANDRO MARCOS

El visitante es una de las últimas obras del prolífico escritor Stephen King y ha dado lugar a una reciente super producción de la mano de HBO. Estos antecedentes podrían ser motivo más que suficiente para acercarse a su lectura, pero, antes de hacerlo, una pregunta: ¿Os gusta el estilo del rey del terror?

Sí la respuesta es no, olvidaos del libro. Si, por el contrario, sois aficionados del estadounidense, estáis de enhorabuena porque en este volumen encontraréis todo aquello que comparten el 80% sus novelas, y esto es:

• Narrador omnisciente: Ya sabéis, el narrador que todo lo sabe y todo lo ve, pero con la particularidad de que se introduce únicamente en la cabeza los personajes que convienen a las necesidades de la trama. Esta es una de las principales marcas de la casa y que, salvo en contadas excepciones (maravillosa Misery), el autor utiliza a rajatabla. ¿Qué por qué no se mete en la cabeza del malo? Bueno, pues porque entonces no habría libro. ¿Qué hace trampa? Puede, pero lo hace con honestidad. Así es el juego. Sí os apetece, fantástico. Si no, mejor dedicarse a otra cosa.
• Gran extensión: el libro tiene una extensión de seiscientas páginas. A estas alturas, me cuesta bastante leerme tochos semejantes, pero los seguidores del autor saben de sobra que le gusta escribir en largo. Así que, animo.
• Un planteamiento genial: todo funciona a las mil maravillas hasta la mitad del libro. El planteamiento del misterio es inquietante y está narrado a base de testimonios y pruebas forenses del suceso terrorífico. Muy disfrutable. En esta parte la narración fluye sin trabas de ningún tipo.
• Misterio: el enigma planteado es tan atractivo como tentador. El autor juega con el eterno mito del dopplegänger, de hecho, se remonta uno de los primeros relatos canónicos sobre el mito (el celebre William Wilson de Edgar Allan Poe) para explicar el movimiento argumental de la novela. No obstante, la novela no acaba de abrazar el concepto de el otro hasta sus últimas consecuencias, lo cual, en parte, es de agradecer. Intenta innovarlo a su manera, obteniendo un resultado un tanto irregular.
• Problemas con el desenlace: Sí, vuelve a suceder. La resolución del conflicto es bastante floja. En general, no suele importarme que las conclusiones de novelas de misterio no alcancen el nivel de lo establecido durante el planteamiento o desarrollo de la trama, pero en este caso resultó un poco más doloroso de lo habitual. La emoción a partir del nudo de la historia es prácticamente inexistente. Además, a partir del segundo tercio de la novela, se produce un cambio de protagonismo entre los personajes que, a mi entender, no ayuda en absoluto al conjunto narrativo.

En resumen, El visitante es una novela más que correcta, muy disfrutable para los amantes de la literatura de terror y misterio (y mucho más para los fans de Stephen King). Para aquellos a los que os guste escribir, en concreto para aquellos que os mováis entre géneros fantásticos, me gustaría subrayar un último apunte, y es la gran cantidad de confianza que un escritor debe tener en sí mismo para escribir un libro como este. El gran logro de esta obra es que el autor ha tenido que creerse la historia para narrarla. En mi caso, si me planteara escribir una novela semejante, esta se derrumbaría a mitad de camino bajo el peso de sus propias licencias. Pensaría que los personajes no son lo bastante profundos, que la trama es simplona, que la resolución hace aguas, que hay cientos de puntos muertos y que, por tanto, no merece la pena escribirla. Y es en esta vertiente donde Stephen King es un maestro. Cree en lo imposible, por sencillo, tonto, o estúpido que a cualquier otro pueda parecerle, y convierte esta imposibilidad en realidad literaria.