Escrito por: ALEJANDRO MARCOS

Hace poco, he descubierto y comenzado a utilizar el método bullet journal para organizar mi actividad diaria. Hasta ahora, había funcionado con agendas corrientes y molientes de las que podemos encontrar en cualquier papelería y no me organizaba mal.

El cambio de método se debe, principalmente, a que con el bullet journal puedo llevar un seguimiento y un registro de las actividades de manera más global en el tiempo y, además, en todos los ámbitos de mi vida.

Si no conocéis el método, os recomiendo que lo busquéis en internet y le echéis algún vistazo. Sobre todo, a los vídeos de iniciación. Eso sí, tened cuidado porque al principio puede dar un poco de impresión el ver cuánto trabajo le dedican algunas personas a realizar sus bullets. Recordad que es un método, no una regla ni una obligación. De hecho, su creador lo puso en marcha para limpiar su cabeza de ideas y de «ruido»; si dedicamos demasiado tiempo a decorarlo o nos exigimos ciertos estándares cuando lo iniciamos, puede ser contraproducente.

Como decía al comienzo, yo he usado el bullet para aunar mis actividades laborales con mis actividades artísticas y con mi ocio y tiempo libre. El resultado está siendo muy satisfactorio, aunque solo llevo un trimestre empleando esta técnica. Después de todo, cualquier cosa que nos ayude en la organización y visión de nuestra escritura, va a venirnos bien.

Hago un pequeño aviso antes de continuar: Si no conoces el método bullet journal, puede que el resto de este artículo te suene a japonés antiguo. No es que vaya a sumergirme en lo más oscuro del método, pero yo aviso por si acaso.

Bien, vamos a ello. ¿En qué me ha ayudado el uso del bullet journal en mi escritura?, ¿en qué puede ayudarte a ti? En esto:

• Colección: Puedes crear varias colecciones que te ayudarán en el seguimiento y la visión global de tus proyectos. Yo tengo una colección por cada proyecto literario que tengo en marcha. En esas colecciones anoto todas las ideas que se me van ocurriendo, consejos, libros que me pueden venir bien, libros que ya he consultado, cosas que quiero tener en cuenta en la revisión, etc. Cuando la colección se fue llenando demasiado, subrayé cada elemento de un color determinado para poder encontrar de un solo vistazo, por ejemplo, los libros a los que puedo acudir en caso de consulta durante la documentación. También anoto los elementos que me resultan difíciles o aquellos con los que tengo dudas. Ponerlos por escrito ayuda a verlos con perspectiva y, sobre todo, a sacarlos de la cabeza.
• Registro futuro: En el registro futuro anoto cuándo comienzo a trabajar en cada una de las fases de cada proyecto y cuándo tengo previsto terminar. Para ayudarme, marco ciertos escalones en el calendario. Por ejemplo: Si he empezado la revisión de un borrador el 1 de octubre, debería tener terminada la revisión para el 1 de diciembre. Esta forma de ver simplemente las fechas me ayuda a organizarme a un nivel previo, más amplio y global. De esta forma, la planificación más concreta será más exacta y me provocará menos frustraciones.
• Registro mensual: Esta parte se parece un poco al registro futuro, pero aquí, en lugar de anotar las metas globales o los deadlines globales, anoto qué espero conseguir a lo largo del mes de una forma general. Por ejemplo: en el mes de noviembre debo terminar dos relatos, uno debe estar terminado antes del día 15 y otro antes de que acabe el mes. Cuando comienza el mes, me voy al registro futuro y veo cómo me encuentro de cerca del objetivo global y, con eso, planifico lo que espero hacer durante ese mes. Ver las cosas de manera fragmentada facilita su realización porque nos parece más sencillas.
• Seguimiento: En este apartado, también de carácter mensual, lo que hago es llevar un seguimiento, como su propio nombre indica, de los días que he escrito y el tiempo que he conseguido dedicarle a la escritura. Junto al tiempo que dedico a la escritura, hago seguimiento sobre el deporte que hago y el tiempo de ocio. Mi intención es mantener un equilibrio y, sobre todo, no dejarme llevar por la pereza y estar demasiados días sin escribir. Cuando el mes haya terminado, podré usar este seguimiento para comprobar cuántos días efectivos he escrito. Muchas veces, la impresión que tengamos de lo que hemos escrito no tiene por qué corresponderse con la realidad. El seguimiento puede ayudarnos también a saber por dónde se escapa nuestro tiempo y si es cierto que no tenemos tiempo para escribir o que no nos hemos sabido organizar. En mi caso concreto, me ha servido para darme cuenta de que escribo muchos más días y durante más tiempo del que pensaba, puesto que siempre tengo la impresión de escribir poco y dejando pasar muchos días entre sesión y sesión. Para que veáis que no es solo un control para regañarnos u obligarnos a escribir, sino también para felicitarnos y darnos ánimos.
• Registro diario: Por último, en el registro diario, anoto los días en los que voy a poder escribir (y las horas, si las tengo más o menos claras) a lo largo de la semana. De este modo, llegamos al último escalón: hemos planificado las metas globales y después lo que debo hacer cada mes para alcanzarlas; ahora, toca ver qué es lo que hay que hacer durante cada sesión para llegar a todas esas metas. Mordisco a mordisco, se come la vaca. Es difícil plantearse subir una montaña de un tirón, pero si sabemos los pasos que tenemos que dar cada día, será más fácil que lo logremos, aunque tardemos mucho tiempo.

Es importante que usemos estar herramientas de una forma positiva, siempre como estímulo o como aliciente para escribir. No debe convertirse en un yugo o un látigo con el que flagelarnos cuando no escribamos. Te doy un martillo, no lo uses para darte en la rodilla.

Espero que os haya inspirado, ayudado o al menos despertado la curiosidad acerca de este método. Recordad, eso sí, que se trata de un método y como tal, debéis adaptarlo a vuestro proceso creativo y modificarlo todo lo que sea necesario.