¿Se puede mezclar lo fantástico y el humor?

Escrito por: ALEJANDRO MARCOS

Para responder a la pregunta que titula este artículo voy a emplear la reflexión que utiliza David Roas en su libro Tras los límites de lo real, publicado en Páginas de Espuma, y que os recomiendo enormemente si tenéis un mínimo interés en escribir literatura fantástica.

Antes de responder a la pregunta, quizás antes incluso de formularla, es necesario que contextualicemos a qué nos referimos con literatura fantástica. La literatura fantástica sería aquella en la que una entidad de ficción imposible en nuestra realidad irrumpe en la realidad recreada en la obra, provocando así que se tambaleen los cimientos de la concepción del mundo de los personajes y de los lectores.

Es decir, que el centro de la narración será siempre el conflicto que provoca algo considerado imposible al irrumpir en la realidad. De lo que se deduce que la literatura fantástica debe tener siempre una ambientación realista. Cuanto más cercana sea la ambientación a la realidad del lector, más fácil será provocarle inquietud metafísica cuando dicha realidad se rompa. 

Para Tzvetan Todorov, unos de los principales teóricos del género, solo pertenecerían a la literatura fantástica aquellas obras en las que no quedara claro si el elemento de ruptura es imposible o tiene alguna explicación racional. Nosotros, y la mayoría de los críticos actuales, vamos a considerar fantásticas todas aquellas obras en las que efectivamente se produce un evento que rompe las leyes naturales.

Es importante no confundirla con la fantasía o con la épica fantástica, con las que solo tiene que ver que existe una entidad de ficción imposible y que esta no tiene ninguna explicación racional.

A este género pertenecerán muchas obras de autores como Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Mariana Enriquez o Cristina Fernández Cubas

Ahora que ya hemos definido el género podemos extraer sus principales características: 

-Su ambientación es realista.

-En ella aparece un elemento que rompe con las leyes naturales que personajes y lectores conocen y que no tiene explicación.

-Esa aparición provoca miedo metafísico o inquietud ante el desconocimiento del mundo.

Dicho esto: ¿Cabría en este tipo de historias introducir algún recurso humorístico? Y no es una pregunta aleatoria. Es una pregunta que se deriva de la observación de algunas obras principales del género como pueden ser las del mismo Jorge Luis Borges y que no solo se hace David Roas en su ensayo, sino que también se hace Rosalba Campra en el libro titulado: Territorios de la ficción. Lo fantástico. Libro, dicho sea de paso, que también os recomiendo.

La cosa es que ambos autores detectan el uso de algunos recursos como la ironía y el absurdo en obras de literatura fantástica y se preguntan si su uso hace que la obra deje de ser fantástica o si dichos recursos consiguen paliar o eliminar esa sensación de miedo intelectual que se busca.

La respuesta sencilla sería que pueden usar dichos recursos siempre que cumplan dos condiciones: la primera es que sean recursos aislados y la segunda que la sensación final del lector sea la de la inquietud aunque haya algo que le haya hecho sonreír. 

Roas lo ejemplifica con un ejemplo de Ajuar funerario, el libro de microrrelatos de Fernando Iwasaki. En el ejemplo, un narrador habla de una mujer de blanco, haciendo creer al lector gracias al uso de los tópicos del género, que dicha mujer es una aparición. Al final del microrrelato, descubrimos que, de hecho, es el narrador el que es un ser sobrenatural que acaba atacando a la mujer. Ese giro sorprendente es divertido, el autor ha jugado con los tópicos del género y el lector se da cuenta de que se ha dejado llevar por el cliché. Sin embargo, ese juego y esa sorpresa divertida no quitan el punto inquietante del relato, donde seguimos encontrando la aparición que irrumpe en la realidad. 

También es común emplear la ironía y el absurdo en textos fantásticos cuando los usa el personaje como escudo para no creer lo que está sucediendo. Es habitual en este género que al menos uno de los personajes dude de la veracidad de lo que está sucediendo. Recordemos que una de las principales características del género es que la aparición del elemento de ruptura genere un conflicto por lo que si el personaje asume con normalidad lo que sucede, corremos el riesgo de que la obra se nos vaya a otro género. Por tanto, no es extraño encontrarnos personajes o narradores que ironizan sobre la aparición del elemento de ruptura. 

Aunque dicha ironía se use de manera efectiva en la narración, no suele ser un recurso que nos provoque carcajada porque como lectores nosotros sabemos que dicho elemento imposible está sucediendo de manera efectiva por lo que aunque nos provoque una sonrisa, nunca opacará la inquietud que como lectores nos provoca la entidad de ficción imposible. Es más, puede que incluso la aumente, porque somos conscientes de algo que el personaje aún ignora, lo cual suele aumentar la intriga y la tensión dramática, recursos ambos muy buenos para jugar con la inquietud y el miedo metafísico. 

En cuanto al absurdo, se suele dar cuando las situaciones generadas por la aparición del elemento imposible son algo patéticas. Del mismo modo que ocurre con la ironía, en ningún caso debemos forzar el absurdo hasta el punto en el que nos provoque una carcajada o nos estaremos jugando la fuerza de la inquietud. Puede que la situación sea absurda e incluso puede que nos provoque una sonrisa, pero el regusto final que le debe quedar al lector debe ser preferiblemente amargo.

Como resumen: Si queremos introducir algunos recursos humorísticos en nuestros textos de literatura fantástica siempre tendremos que tener en cuenta que no deben ser acumulativos ni principales y que hay que tener mucho cuidado con no estropear la sensación inquietante que todo relato fantástico busca. 

Dicho esto, como siempre, os animo a explorar y a jugar con los géneros y los textos tanto como queráis. Lo importante no es que os acomodeis al género, sino que este os sirva para potenciar aquello que queréis contar.

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Acerca de los autores

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Alejandro Marcos

Coordina el Itinerario Centauros más allá de Orión de literatura fantástica, ciencia ficción y terror, en el que imparte clases desde hace casi diez años. Ha publicado las novelas fantásticas El final del duelo, Vendrán del este (ambas con Orciny Press) y Cástor y Pólux (con Ediciones el Transbordador). En enero de 2024 la novela de terror La hora de las moscas con Plaza & Janés. Además ha participado en varios manuales de escritura de Páginas de Espuma y en varias antologías de relato fantástico.

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Jorge Corrales

Es Licenciado en Filología Hispánica y diplomado en Guion por la ECAM. En los últimos años ha desarrollado su actividad como escritor en redes sociales, donde acumula decenas de miles de seguidores. Cada viernes, los relatos que publica en su perfil personal se convierten en historias virales en Twitter. Entre 2012 y 2022 ha sido profesor de español y Escritura Creativa en la ciudad de Berlín.

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Lara Coto

Lara es la coordinadora del Departamento de Atención al Alumno. Forma parte del equipo de Escuela de Escritores desde 2017, donde se ha formado en cursos de Escritura Creativa, Relato Breve y Proyectos Narrativos. Desde 2021 imparte clases de Escritura Creativa para jóvenes y adultos. Estudió Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid.

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Lucía Emmanuel

Licenciada en Física y Máster en Cultura Científica e Innovación. Forma parte del equipo de Escuela de Escritores en el área de Informática. Imparte un Laboratorio de metáforas y fue alumna de la IX Promoción del Máster de Narrativa de Escuela de Escritores. En 2019 participó en el curso europeo de formación de profesorado de la EACWP. En 2021 publicó su primer poemario, Muro con buganvilla, con la editorial Amargord, reeditado en 2024 por Buenos Aires Poetry.

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Chiki Fabregat

Coordina el departamento de Literatura Infantil y Juvenil de la Escuela de Escritores. Ha publicado más de una docena de libros para infancia y adolescencia, entre los que destacan El cofre de Nadie, premio Gran Angular 2021, Recuérdame por qué he muerto, premio Torre del Agua 2023 o Un hada con el ala rota. También ha publicado, con la editorial Páginas de Espuma y Escuela de Escritores el manual Escribir Infantil y Juvenil.

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