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Escrito por: ALEJANDRO MARCOS

Ya hemos hablado en este blog de la importancia que tiene para la formación de un escritor el leer. No voy a ahondar más en esa afirmación, puesto que sería repetirme, pero no quería dejar pasar la oportunidad de recordárselo a mis lectores. Una persona que no lee no puede aspirar a convertirse en un escritor. Lo contrario sería la más absurda y egoísta de las afirmaciones.

Blog de escritura de Escuela de Escritores, con Lara Coto, Alejandro Marcos, Chiki Fabregat, Jorge Corrales y Mariana Torres

Para ese gran porcentaje de escritores que sí leen, existe un fenómeno que se conoce como la lectura como escritor. Es un fenómeno que se produce cuando ya hemos interiorizado muchas de las técnicas narrativas del oficio y comenzamos a identificarlas en otras obras al leer. También se conoce como lectura crítica. A veces surge de un modo espontáneo si nunca hemos acudido a ningún taller de escritura, pero lo normal es que se vaya produciendo gracias a la guía de algún profesor.

Antes de que se produzca esa lectura como escritor, cualquier persona que se acerque a un libro lo hará de una manera inocente, guiado solo por el disfrute de la obra sin más pretensiones. Podremos decir si un libro nos ha gustado o no, si nos caen bien los personajes, si el argumento es entretenido, pero no podremos decir mucho más. No podremos, probablemente, ni siquiera explicar por qué nos gusta o nos disgusta. Es una percepción totalmente subjetiva.

Recuerdo esta etapa con mucha nostalgia porque me permitía disfrutar de la lectura como un pasatiempo, congeniando y empatizando con los personajes, preocupándome por sus historias. Una vez comienzas el aprendizaje en la escritura y comienzas a identificar los diferentes recursos que el autor ha empleado en la historia, eso se acabó.

Bueno, no es que se acabe tampoco, no seamos dramáticos, digamos que cambia bastante, eso sí. ¿Por qué? Pues porque tu posicionamiento ante el libro ha cambiado. Ya no es un acercamiento pasivo de disfrute, sino que es activo, de científico diseccionando una rana. Ya no solo disfrutas viéndola saltar, sino que miras sus músculos para entender cómo lo hace y estudias su hábitat y su evolución para entender por qué.

Es algo parecido a ver un espectáculo de magia sabiendo todos los trucos. Es más complicado dejarse llevar por la emoción, pero se disfruta mucho viendo lo hábil que ha sido el mago ante la audiencia inocente. Suelo decir a mis alumnos, en broma, que el aprender a escribir ha arruinado mis lecturas. Lo digo principalmente porque antes la lectura era solo una actividad de evasión, mientras que ahora es algo más, es un aprender constante. Puede que a veces disfrute un poco menos o que sea muy exigente con las lecturas que selecciono, pero cuando un libro es bueno aprendes una barbaridad de él. Te paras ante los momentos más complicados, los más especiales y empiezas a analizar. Y entonces ves el funcionamiento del músculo y dices: «Yo quiero hacer eso». Y te apuntas ese truco, esa idea y tratas de imitarla hasta que la interiorizas. Un ejemplo es más eficaz para aprender que muchos libros de teoría. Sobre todo si has tenido que ser tú mismo el que has investigado y llegado a la conclusión de cómo funciona algo. Cuando ves un libro que funciona, aparte de la envidia y la admiración, el disfrute y la conexión que quizás experimentarías como lector inocente se multiplica.

Del mismo modo, si encontramos algún texto tramposo o que no emplea correctamente las técnicas narrativas (y no usarlas correctamente significa usarlas de forma ineficaz o de manera llamativa sin un sustento narrativo), la sensación de decepción también se multiplica. Quizás, como espectador, no te importe que al mago se le caigan las anillas al suelo la primera vez, pero como mago, tú sabes que eso es una chapuza y que pone en peligro el truco entero.

Por eso muchas veces evito regresar a libros que me gustaron mucho en su momento, antes de entrar como alumno en la Escuela de Escritores. Prefiero mantener el recuerdo de cómo me hicieron sentir a revisitarlos con todo lo que ahora sé y darme cuenta de que me colaron un deux ex machina, por ejemplo, o que había demasiada construcción de mundo, o que uno de los personajes no era coherente con su deseo, o…

Porque, además de todos los conocimientos nuevos que podría aportar a la lectura en cuanto a técnicas narrativas, siempre es peligroso acercarse de nuevo a un libro que nos ha gustado mucho cuando ha pasado el tiempo. Nuestras experiencias vitales, y sé que con esto me alejo del tema del artículo, influyen mucho en nuestra percepción de la lectura y estoy totalmente de acuerdo con la afirmación que dice que hay un libro para cada momento de la vida. Seguro que todos recordáis libros que devorasteis, pero que no han soportado una segunda lectura y, al contrario, otros que abandonasteis y que no pudisteis soltar años después.

Pero volvamos al tema del artículo: Entonces, ¿qué es mejor?, ¿ser inocente y disfrutar sin pretensiones o acercarse a la lectura de una manera crítica, no tragando con cualquier cosa? Como siempre, aquí solo puedo dar mi impresión personal ya que la lectura es la percepción de un arte y, como tal, siempre será algo más o menos subjetivo. Es cierto que yo disfrutaba mucho más de la lectura antes, que ahora no puedo ponerme a leer si no tengo mucha concentración porque le pongo los cinco sentidos. Ahora la literatura es muy complicado que logre evadirme. Sin embargo, también es cierto que me produce mucho más placer cuando encuentro una lectura que me satisface. Y eso no es difícil porque hay muchísimos libros. Yo me suelo dejar aconsejar por gente que tenga unos gustos parecidos a los míos o que sepa de lo que habla. Y pocas veces me equivoco. Aunque, recordad, también es bueno leer libros malos de vez en cuando.

Si pudiera elegir, probablemente elegiría tener la capacidad de poder desconectar al lector crítico de vez en cuando. De sentarme en verano en la piscina y poder leer sin más, enganchándome a una historia. Pero no me desharía de la capacidad de analizar y ver cómo se ha construido una historia tampoco. Supongo que, como en casi todo, en el equilibrio está el gusto.

¿Os ha pasado a vosotros este efecto?, ¿habéis notado el cambio en vuestras lecturas una vez habéis comenzado con vuestra formación como escritores? Os espero, como siempre, en los comentarios.

Acerca de los autores

Alejandro Marcos, fotografía de Isabel Wagemann- IMG2-675

Alejandro Marcos

Coordina el Itinerario Centauros más allá de Orión de literatura fantástica, ciencia ficción y terror, en el que imparte clases desde hace casi diez años. Ha publicado las novelas fantásticas El final del duelo, Vendrán del este (ambas con Orciny Press) y Cástor y Pólux (con Ediciones el Transbordador). En enero de 2024 la novela de terror La hora de las moscas con Plaza & Janés. Además ha participado en varios manuales de escritura de Páginas de Espuma y en varias antologías de relato fantástico.

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Chiki Fabregat, fotografía de Isabel Wagemann- IMG2-675

Chiki Fabregat

Coordina el departamento de Literatura Infantil y Juvenil de la Escuela de Escritores. Ha publicado más de una docena de libros para infancia y adolescencia, entre los que destacan El cofre de Nadie, premio Gran Angular 2021, Recuérdame por qué he muerto, premio Torre del Agua 2023 o Un hada con el ala rota. También ha publicado, con la editorial Páginas de Espuma y Escuela de Escritores el manual Escribir Infantil y Juvenil.

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Jorge Corrales - IMG300

Jorge Corrales

Redactor de nuestro canal de Twitter. Es Licenciado en Filología Hispánica y diplomado en Guion por la ECAM. En los últimos años ha desarrollado su actividad como escritor en redes sociales, donde acumula decenas de miles de seguidores. Cada viernes, los relatos que publica en su perfil personal se convierten en historias virales en Twitter. Entre 2012 y 2022 ha sido profesor de español y Escritura Creativa en la ciudad de Berlín.

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Lara Coto, profesora de Escritura Creativa para Adolescentes en Escuela de Escritores - IMG570 - fotografía de Ático26

Lara Coto

Lara es la coordinadora del Departamento de Atención al Alumno. Forma parte del equipo de Escuela de Escritores desde 2017, donde se ha formado en cursos de Escritura Creativa, Relato Breve y Proyectos Narrativos. Desde 2021 imparte clases de Escritura Creativa para jóvenes y adultos. Estudió Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid.

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Mariana Torres, profesora del Máster de Narrativa en Escuela de Escritores - IMG570 - fotografía de Gaby Jongenelen

Mariana Torres

Nació en Brasil en 1981, y reside en Madrid. Es diplomada en Guion por la ECAM y forma parte de Escuela de Escritores, donde imparte clases desde 2004. Su libro de relatos, El cuerpo secreto, fue publicado en Páginas de Espuma en 2015. Como escritora forma parte del proyecto CELA (2017-2019) y de la lista Bogotá 39 seleccionada por el Hay Festival (Bogotá39-2017).

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