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Escrito por: ALEJANDRO MARCOS
Una de las grandes ilusiones que guarda todo escritor primerizo (y no tan primerizo) es la de publicar su libro. Al menos era una de mis grandes ilusiones cuando comencé en esto. He de reconocer que con el paso del tiempo y las publicaciones, la ilusión disminuye, pero eso no quita el hecho de que todos disfrutemos y a todos nos encante ver publicado nuestro libro. Y el que diga que no, miente.
Pero publicar, como he dicho muchas veces, no debe convertirse en la meta del escritor. No debe ser el objetivo último de escribir, ya que entonces no estaremos dejando que el proceso creativo natural de las obras se realice. Hay ciertos escritores que incluso se dedican a rastrear el mercado para encontrar un patrón y tratar de adelantarse a lo que las editoriales y los lectores van a querer leer. Dejadme deciros que, desde mi humilde opinión, eso es una pérdida de tiempo. Si las editoriales supieran lo que va a ser un éxito y lo que no con certeza, todas pagarían a escritores para que así lo hicieran. Incluso con los parámetros adecuados, dentro de nada, eso podría hacerlo una inteligencia artificial. Escribir pensando en el mercado o en el público solo va a alejarte de ti mismo y de tu satisfacción como artista. Aunque quizás te acerque a tu satisfacción como vendedor, quién sabe.
Lo natural (natural con todas las comillas que le queráis poner a la palabra) es escribir una historia que nos atraiga y en la que encontremos algo que queramos explorar, algo nuevo que nos llame la atención y sobre lo que queramos comunicar. Evidentemente, la escritura es un arte que precisa de un lector para completarse, para alcanzar todo su significado, pero eso no quiere decir que un libro no publicado sea menos libro y que su autor sea menos autor (o menos escritor).
Vosotros mismos habréis comprobado que se publica mucho y que mucho de eso que se publica es mediocre o incluso malo. Publicar, por tanto, no significa nada. Aunque haga ilusión.
Hago hincapié en esta idea porque me he encontrado con muchos escritores que a veces han cometido algunas imprudencias por apresurar ese proceso natural, lento y muchas veces desesperante, que es la publicación de un libro.
Imprudencias como lanzarse a los brazos de la primera editorial, perdón «editorial», que le salga al paso o que les diga dos halagos sobre su obra. Ojo, no hablo aquí ni de autoedición ni de editoriales pequeñas. Tanto lo uno como lo otro son salidas satisfactorias (y prácticamente las únicas) para un escritor primerizo que no tenga currículum y no sea conocido en el mundillo.
La autoedición es una salida más que digna para aquellos que no quieran esperar el largo proceso de la edición convencional o para los que sigan creyendo en su obra aunque hayan sufrido rechazos de editoriales al uso. Que las editoriales rechacen tu obra no quiere decir siempre que sea mala, aunque viene bien plantearse una revisión a fondo o incluso ponerse con otra cosa. Quizás para superar ese duelo sea recomendable la autoedición del libro. En cualquier caso, de lo que hablo aquí es de una edición completamente realizada por el escritor, sin subcontratas a editoriales o pseudoeditoriales. De eso principalmente es de lo que hablaré más adelante como advertencia. Si autoeditas tu libro, es recomendable buscar ilustrador, corrector e impresor. Tú te lo guisas, tú te lo comes. La inversión es tuya, el beneficio también. La única pega que le veo a este sistema, es el no tener a nadie ajeno a ti mismo que respalde y arriesgue por tu obra. Alguien que sirva de cierta referencia para resultar más atractivo a los lectores. Que un autor venda su propia obra siempre resulta, o al menos a mí me resulta, poco atractivo.
En cuanto a las editoriales pequeñas, creo que son la única salida editorial tradicional para las personas que están empezando a escribir. Quizás pueda sumarse, también, los concursos, pero suelen requerir mayor inversión (por impresión de copias y envíos) y es complicado distinguir cuáles están pactados y cuáles no. Recomiendo, dentro de ellos, los de las diputaciones y ayuntamientos. Las editoriales pequeñas, ahogadas en manuscritos, suelen tener espacio para escritores que no hayan publicado nunca, aunque los tiempos de lectura y edición se alargan comparado con los de las grandes editoriales, evidentemente, y su distribución tampoco es la misma. De todos modos, con el uso de internet, no suelen tener ningún problema a la hora de mover el libro. Suelen ser más arriesgadas y donde se está más a la vanguardia de lo que se está haciendo.
Si no nos referimos a ninguna de estas dos opciones, ¿a cuáles nos referimos? Principalmente, a la coedición. La coedición es aquella edición de un libro en la que supuestamente el riesgo económico de la edición de dicho libro se divide entre la editorial y el autor de la obra. Perdonadme, pero yo esto lo considero un engaño. El autor no solo pone su trabajo al servicio de la editorial, sino que tiene que correr con los rasgos de la impresión, la edición y, con suerte, la corrección. ¿Dónde está el riesgo que pone la editorial entonces? La editorial actúa únicamente como enlace entre la impresión y el autor y cobra por ello. Sinceramente, para hacer esto, para pagar por editar tu libro con una editorial y compartir las ganancias, prefiero autoeditarme yo.
Uno nunca debería pagar por publicar porque cuando uno publica lo que está haciendo es justo lo contrario, recibir dinero, aunque sea poco, por el trabajo que ha realizado. Hay muchas empresas que se aprovechan de la ilusión y de la inocencia de los escritores primerizos y hay que tener cuidado con ellas. Hay que estudiar con detenimiento los contratos de edición que vais a firmar y negociar o hablar con la editorial si notáis que hay algo raro. Una editorial honesta no tendrá ningún problema en aclarar vuestras dudas y negociar algún punto que no haya quedado claro. Desconfiad de las editoriales que contacten con vosotros sin que les hayáis escrito y de las que os digan que sí sin haber leído la obra, de aquellas que vayan a publicar el libro a los dos meses de haberlo leído, de aquella que os pague parte de vuestros derechos en ejemplares de sus libros y de cualquiera que os exija un número mínimo de ejemplares de venta o de adquisición. Ahí no hay riesgo, la editorial se convierte en una impresora. Y hay impresoras mucho más baratas. Conozco a una mujer que se gana la vida leyéndose los libros de una de estas editoriales y yendo a las presentaciones a presentarlos. Tiene varios eventos cada semana y tiene preparado un discurso parecido en el que cambia los nombres de los personajes. Nadie en la editorial aparte de ella ha leído el libro. Los autores, he estado en algunas de estas presentaciones, no se dan cuenta, están muy ilusionados, pero desde fuera la cosa cambia.
Vuestra obra no merece ese trato. Si a ningún editor le gusta y vosotros creéis en ella, autoeditadla, pero no la vendáis (o peor, compréis) a cualquier precio. Hoy en día hay muchas salidas para un libro como para conformarse con ello. Si alguna vez tenéis dudas con algún contrato editorial, antes de firmar, dejad que lo lea alguien que ya haya publicado o un número de personas cercanas y sinceras.
Dicho esto, solo recordar que lo importante, de verdad, no es la publicación, sino el proceso de escritura y, sobre todo, disfrutar de él y sentirse orgulloso del trabajo bien hecho.
Coordina el Itinerario Centauros más allá de Orión de literatura fantástica, ciencia ficción y terror, en el que imparte clases desde hace casi diez años. Ha publicado las novelas fantásticas El final del duelo, Vendrán del este (ambas con Orciny Press) y Cástor y Pólux (con Ediciones el Transbordador). En enero de 2024 la novela de terror La hora de las moscas con Plaza & Janés. Además ha participado en varios manuales de escritura de Páginas de Espuma y en varias antologías de relato fantástico.
Más informaciónCoordina el departamento de Literatura Infantil y Juvenil de la Escuela de Escritores. Ha publicado más de una docena de libros para infancia y adolescencia, entre los que destacan El cofre de Nadie, premio Gran Angular 2021, Recuérdame por qué he muerto, premio Torre del Agua 2023 o Un hada con el ala rota. También ha publicado, con la editorial Páginas de Espuma y Escuela de Escritores el manual Escribir Infantil y Juvenil.
Más informaciónEs Licenciado en Filología Hispánica y diplomado en Guion por la ECAM. En los últimos años ha desarrollado su actividad como escritor en redes sociales, donde acumula decenas de miles de seguidores. Cada viernes, los relatos que publica en su perfil personal se convierten en historias virales en Twitter. Entre 2012 y 2022 ha sido profesor de español y Escritura Creativa en la ciudad de Berlín.
Más informaciónLara es la coordinadora del Departamento de Atención al Alumno. Forma parte del equipo de Escuela de Escritores desde 2017, donde se ha formado en cursos de Escritura Creativa, Relato Breve y Proyectos Narrativos. Desde 2021 imparte clases de Escritura Creativa para jóvenes y adultos. Estudió Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid.
Más informaciónNació en Brasil en 1981, y reside en Madrid. Es diplomada en Guion por la ECAM y forma parte de Escuela de Escritores, donde imparte clases desde 2004. Su libro de relatos, El cuerpo secreto, fue publicado en Páginas de Espuma en 2015. Como escritora forma parte del proyecto CELA (2017-2019) y de la lista Bogotá 39 seleccionada por el Hay Festival (Bogotá39-2017).
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