Todas las entradas de: Blog de escritura
Escrito por: ALEJANDRO MARCOS
Sí, sé que esta afirmación va a hacer que muchos de vosotros os llevéis las manos a la cabeza y que penséis que he perdido el juicio, pero antes de llamar a emergencias para que me encierren en algún lugar apartado y tiren la llave, os pido que me leáis y dejéis que me explique.
Hace unos días terminé un libro, de cuyo título ojalá no pudiera acordarme, que de tan malo que es no voy ni a nombrarlo. He de decir (¿en su defensa?) que se trata de un libro de ciencia ficción bastante viejuno y que ha envejecido muy mal debido a que el tratamiento de la tecnología que realiza nos suena inverosímil hoy en día. Aunque no es eso lo que hizo que el libro me pareciera malo. Ojalá hubiera sido eso, queridos amigos de felpa.
El caso es que ya desde las primeras páginas sabía que era un libro malo. Esas cosas se huelen. Es cierto que podría remontar después, pero, normalmente, si el libro comienza mal, acaba mal. Podría haberlo dejado de lado, pero tenía que leerlo por obligación debido a unos proyectos que tengo entre manos y decidí hacer aquel tormento lo más aprovechable posible.
Por supuesto, al comienzo pasé por la típica fase en la que cada palabra que leía no hacía más que resonar en mi cabeza con una frase: «Con la de libros buenos que tienes atrasados…», pero conseguí sobreponerme (no todos los héroes llevamos capa) y acabar el libro. Decidí que en lugar de horrorizarme y tirarme del pelo cada vez que descubriera algún error garrafal, buscaría las razones por las que aquello me fastidiaba tanto y trataría de convertirlo en una lección positiva. Sí, amigos, el que no se consuela es porque no quiere.
El libro no llegaba a las doscientas páginas por lo que el suplicio en realidad no fue tan largo. La novela tenía errores de todo tipo, para dar y para regalar. Desde incoherencias con la construcción del mundo y el personaje, pasando por machismo nada disimulado (de hecho ostentoso), y llegando a explicaciones o incluso abstracciones de escenas que supuestamente deberían ser de acción y, por tanto, visuales. Era un festival. De verdad no podía entender cómo una obra así estaba publicada y, además, había sobrevivido al paso del tiempo y aún se vendía. Por lo que he podido saber, el autor era más o menos conocido en EEUU y realizó una saga basándose en esa novela. Por suerte la saga no es muy conocida y no pienso hacerle ningún tipo de publicidad aquí.
No voy a hablar de la traducción tampoco, pero no me sorprendería descubrir que el libro hubiera sido traducido por el traductor de Google en lugar de por una persona. Solo diré que usar «eventualmente» como «al final» era el menor de sus fallos. ¿Será cosa del traductor entonces? No lo creo. La novela tiene fallos estructurales que no pueden ser obra del traductor, tienen que venir de la obra original.
Es cierto que en general los libros nunca son o tan buenos o tan malos como nos parecen, pero, si no supusiera darle ventas, lo mandaría a mis alumnos para que aprendieran cómo no deben hacerse las cosas. En este caso no estoy hablando de algo más o menos subjetivo, como me pasó cuando leí American gods, libro que comprendo perfectamente que le haya gustado a mucha gente; en esta ocasión no entiendo ni cómo sigue editándose.
Y entonces me di cuenta de que ese libro, con toda la rabia que me había generado, me había hecho fijarme mucho más en la estructura y en las técnicas narrativas que muchos otros libros que he leído últimamente y de los que apenas recuerdo el argumento (una de las cosas que tiene la edad y el cúmulo de lecturas, pero que soluciona mi fiel libreta). El libro me ha dado muchos ejemplos sobre cosas mal hechas, frases mal traducidas, elementos imposibles mal usados, deux ex machina, etc.
Hay otras cosas que hoy en día ya están superadas y que, en realidad, no es que sea un fallo de la novela, sino que hoy en día no nos funcionan. Por ejemplo la típica damisela en apuros, el héroe que siempre sale airoso aunque se encuentre en la situación más horrible. Los personajes totalmente buenos o totalmente malos, los cambios bruscos de impresiones y de actuación de los personajes, etc. El libro es totalmente inverosímil desde el principio hasta el final y hace muy difícil la entrada como lector (otra cosa que aprender).
Total, que mirando en balance, creo que la lectura de la novela no ha resultado ser tan negativa como pensaba durante el proceso. Resulta que me llevo muchas enseñanzas. Pensé, al darme cuenta, ¿y si leo alguna novela mala, recomendada por gente que haya sufrido con ella, cada cierto tiempo? Y de ahí viene la afirmación de arriba. No me parece ninguna tontería, a pesar de que sea una puñalada trapera a los libros que quiero leer y que sé que me harán pasar mejor rato.
La cosa es que si quiero desarrollar una carrera como escritor debo aprender continuamente y siempre se dice que no hay mejor manera de aprender que de los errores. ¿Por qué no hacerlo de los errores de otro? Además no estoy diciendo que a partir de ahora todo el mundo deba ponerse a leer libros malos, solo digo que de vez en cuando, una vez al año, por ejemplo, o una vez cada dos, no viene mal bajar un poco el listón de la calidad para refrescar todos los errores que podemos pasar por alto en nuestros textos y que, al leerlos en los de los demás, nos parecen horrorosos.
¿Y vosotros qué opináis? ¿Vais a hacer el esfuerzo y a acercaros a lecturas que sabéis que os van a horrorizar (y no hablo de que el argumento o el género no os guste)?, ¿o pensáis que la vida es corta y que mejor pasarla leyendo cosas que os aporten algo y a la vez os hagan pasar un buen rato? Dejádmelo, como siempre, en los comentarios.
Coordina el Itinerario Centauros más allá de Orión de literatura fantástica, ciencia ficción y terror, en el que imparte clases desde hace casi diez años. Ha publicado las novelas fantásticas El final del duelo, Vendrán del este (ambas con Orciny Press) y Cástor y Pólux (con Ediciones el Transbordador). En enero de 2024 la novela de terror La hora de las moscas con Plaza & Janés. Además ha participado en varios manuales de escritura de Páginas de Espuma y en varias antologías de relato fantástico.
Más informaciónCoordina el departamento de Literatura Infantil y Juvenil de la Escuela de Escritores. Ha publicado más de una docena de libros para infancia y adolescencia, entre los que destacan El cofre de Nadie, premio Gran Angular 2021, Recuérdame por qué he muerto, premio Torre del Agua 2023 o Un hada con el ala rota. También ha publicado, con la editorial Páginas de Espuma y Escuela de Escritores el manual Escribir Infantil y Juvenil.
Más informaciónRedactor de nuestro canal de Twitter. Es Licenciado en Filología Hispánica y diplomado en Guion por la ECAM. En los últimos años ha desarrollado su actividad como escritor en redes sociales, donde acumula decenas de miles de seguidores. Cada viernes, los relatos que publica en su perfil personal se convierten en historias virales en Twitter. Entre 2012 y 2022 ha sido profesor de español y Escritura Creativa en la ciudad de Berlín.
Más informaciónLara es la coordinadora del Departamento de Atención al Alumno. Forma parte del equipo de Escuela de Escritores desde 2017, donde se ha formado en cursos de Escritura Creativa, Relato Breve y Proyectos Narrativos. Desde 2021 imparte clases de Escritura Creativa para jóvenes y adultos. Estudió Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid.
Más informaciónNació en Brasil en 1981, y reside en Madrid. Es diplomada en Guion por la ECAM y forma parte de Escuela de Escritores, donde imparte clases desde 2004. Su libro de relatos, El cuerpo secreto, fue publicado en Páginas de Espuma en 2015. Como escritora forma parte del proyecto CELA (2017-2019) y de la lista Bogotá 39 seleccionada por el Hay Festival (Bogotá39-2017).
Más informaciónError: Formulario de contacto no encontrado.