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Escrito por: ALEJANDRO MARCOS
La confianza es un elemento importantísimo que facilitará mucho la carrera de escritor de cualquier aprendiz. Podemos encontrar la confianza en uno mismo y también la confianza en los demás. Saber de quién fiarse a la hora de recibir críticas es la mejor herramienta que podéis desarrollar y en este artículo vamos a daros algunos consejos para lograrlo.
Los escritores trabajamos con cosas que no existen para crear algo novedoso que no sabemos si funcionará. Eso son demasiadas incertezas. Trabajamos con la improbabilidad y, por lo tanto, la confianza es clave en nuestro trabajo. Tenemos que confiar en que lo que queremos contar es interesante y que sabremos llevarlo a cabo. Confiamos en ser capaces de crear de la nada y atraer con ello a otros para conmoverlos. De los diferentes ciclos de la confianza del lector os hablé en este artículo.
Esa confianza se verá puesta a prueba muchas veces durante el proceso de escritura. Ese primer proceso suele ser solitario y solo contaremos con nuestra confianza en nosotros mismos para salir adelante. Ya sabéis que esa confianza se refuerza con experiencia y con conocimientos. Un buen conocimiento de las técnicas narrativas, una buena colección de lecturas a nuestras espaldas y la certeza de haber llevado a buen puerto proyectos anteriores nos dará el refuerzo que necesitamos para que la confianza interna no flaquee durante la escritura.
Llegará un momento en el que necesitemos que la historia sea vista por ojos ajenos. La intención última de la literatura es conmover a otros, es decir, provocarles una emoción o una sensación concreta. Por eso, llegará un punto en el que será necesario saber si lo estamos logrando porque nosotros mismos no seremos lectores objetivos del texto. Lo más normal es que esto se produzca al terminar el primer o el segundo borrador. Esos otros lectores los conocemos normalmente como lectores cero o lectores beta. En este artículo os dimos consejos sobre cómo encontrarlos y qué pedirles.
Esto se altera si nos encontramos dentro de un taller de escritura, claro. En los talleres, esos ojos ajenos estarán pendientes de nuestra escritura en todo momento. Esto es algo muy positivo porque el borrador final estará mucho más pulido que el que hubiéramos podido crear nosotros solos con nuestro ordenador.
Sin embargo, también tiene una serie de peligros porque estaremos expuestos a todo tipo de opiniones sobre algo que se está formando y que, por definición, es imperfecto (Todos los textos son imperfectos en alguna medida, pero ya me entendéis).
Sea cual sea el caso, cuando el momento de recibir el primer feedback de nuestro texto llegue, tendremos que estar capacitados para discernir entre aquello con lo que quedarnos y que va a enriquecer nuestra escritura y aquello a lo que no debemos prestarle atención. Y en esa cuerda floja nos manejamos en un equilibrio muy precario.
En esa cuerda va a jugar un papel muy importante nuestra confianza en nosotros mismos y en nuestro trabajo. Si tenemos una falta de confianza, creeremos cualquier cosa que nos digan sobre nuestro texto porque no tendremos criterio para saber si lo que nos dicen es o no fundado. La falta de confianza hará que pensemos que nuestro texto es malo solo porque lo hemos escrito nosotros, sin que tenga por qué ser verdad.
Por el contrario, un exceso de confianza puede ser igual de negativo. Si creemos que un texto es bueno simplemente porque lo hemos escrito nosotros, estaremos desechando cualquier crítica que se le haga, incluso si están bien fundadas, solo por el ego. Algo así pasa con el síndrome del emperador desnudo del que os hablaba aquí.
Entre creernos todas las críticas que nos hagan y no aceptar ninguna hay un rango en el que debemos movernos como escritores y en el que podremos aprovechar al máximo esa mirada objetiva de alguien ajeno al texto para aplicarla en la mejora de nuestra historia.
Poniendo de base que nuestra confianza sea neutra, que no poseamos una desmedida ni pequemos de síndrome del impostor, hay algunos consejos que pueden aplicarse a las críticas para saber qué hacer con ellas.
El primero: ¿La crítica tiene está fundamentada en alguna técnica narrativa? Si la crítica trata del mal uso de una técnica y no era nuestra intención hacerlo así, está claro que deberemos revisar lo que hemos escrito para darle una vuelta. Esto no quiere decir que haya que seguir las técnicas narrativas a rajatabla, pero sí que, si decidimos romper o cambiar alguna, lo hagamos conscientemente y sabiendo lo que hacemos.
Segundo: ¿La crítica viene acompañada de ejemplos o ayudas de soluciones? Los ejemplos pueden darnos una medida de si el lector ha entendido lo que queríamos hacer y apunta a nuestro objetivo o quiere convertir nuestro texto en algo que no es. Lo mismo pasa con las soluciones. En ambos casos, puede que los ejemplos y las soluciones solo sean oportunidades para el lector de lucirse y demostrar todo lo que sabe. Cuidado con eso, porque en ese caso la crítica puede ayudarnos o no, todo depende de lo alineados que estén nuestros intereses con el ego del lector en cuestión.
Tercera: ¿Quién ha hecho la crítica? Si alguien de quien nos fiamos enormemente porque nos ha ayudado en el pasado o porque tiene buen ojo, como por ejemplo un profesor, lo más recomendable es darle una pensada a la crítica. Dale una oportunidad, aunque sea solo por el bagaje del crítico. Si es una crítica o lectura no solicitada, ten cuidado. Este tipo de lectores suelen pertenecer al grupo del ego que comentábamos antes y quizás hablen más de ellos mismos que de tu texto.
Por último, ¿Es un buen lector? Con esto me refiero a lectores que, en ocasiones, juzgan textos por su similitud o diferencia con los textos o libros que les gustan leer, no por su calidad literaria. A veces esa crítica es buena, pero solo si es buscada. Por ejemplo: yo siempre suelo dejar leer mis textos de fantasía a algún lector que normalmente solo consuma realismo. Si el lector se acaba el libro y le ha gustado, querrá decir que la trama y los personajes están bien construidos. No se dejará cegar tanto por la construcción de mundo. En otras ocasiones, claro, este tipo de lectores puede resultar perjudiciales según el tipo de texto.
Como conclusión, lo importante es trabajar una buena base de conocimiento y confianza para que llegado el momento de las críticas, podamos discernir con conocimiento y sin dejarnos llevar por las emociones o nuestra cercanía con el texto (o con el crítico).
Coordina el Itinerario Centauros más allá de Orión de literatura fantástica, ciencia ficción y terror, en el que imparte clases desde hace casi diez años. Ha publicado las novelas fantásticas El final del duelo, Vendrán del este (ambas con Orciny Press) y Cástor y Pólux (con Ediciones el Transbordador). En enero de 2024 la novela de terror La hora de las moscas con Plaza & Janés. Además ha participado en varios manuales de escritura de Páginas de Espuma y en varias antologías de relato fantástico.
Más informaciónCoordina el departamento de Literatura Infantil y Juvenil de la Escuela de Escritores. Ha publicado más de una docena de libros para infancia y adolescencia, entre los que destacan El cofre de Nadie, premio Gran Angular 2021, Recuérdame por qué he muerto, premio Torre del Agua 2023 o Un hada con el ala rota. También ha publicado, con la editorial Páginas de Espuma y Escuela de Escritores el manual Escribir Infantil y Juvenil.
Más informaciónRedactor de nuestro canal de Twitter. Es Licenciado en Filología Hispánica y diplomado en Guion por la ECAM. En los últimos años ha desarrollado su actividad como escritor en redes sociales, donde acumula decenas de miles de seguidores. Cada viernes, los relatos que publica en su perfil personal se convierten en historias virales en Twitter. Entre 2012 y 2022 ha sido profesor de español y Escritura Creativa en la ciudad de Berlín.
Más informaciónLara es la coordinadora del Departamento de Atención al Alumno. Forma parte del equipo de Escuela de Escritores desde 2017, donde se ha formado en cursos de Escritura Creativa, Relato Breve y Proyectos Narrativos. Desde 2021 imparte clases de Escritura Creativa para jóvenes y adultos. Estudió Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid.
Más informaciónNació en Brasil en 1981, y reside en Madrid. Es diplomada en Guion por la ECAM y forma parte de Escuela de Escritores, donde imparte clases desde 2004. Su libro de relatos, El cuerpo secreto, fue publicado en Páginas de Espuma en 2015. Como escritora forma parte del proyecto CELA (2017-2019) y de la lista Bogotá 39 seleccionada por el Hay Festival (Bogotá39-2017).
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