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Escrito por: JORGE CORRALES
Es muy importante conocer qué aspecto de la escritura nos hace diferentes y, no luchar contra ello, sino intentar potenciarlo para que sea nuestra seña de identidad. En este artículo os hablaremos de las imperfecciones y de lo personales que son (y de cómo sacarles partido).
En 1946, poco después del final de la Segunda Guerra Mundial, el Giro de Italia, la competición ciclista más importante del país transalpino, tuvo una idea innovadora y que no se ha vuelto a dar en ningún deporte: premiaría al último clasificado. Le daría una Maglia Negra y un premio en metálico.
La idea no solo fue innovadora, sino que creo prácticamente una competición aparte. Los corredores sin esperanza, aquellos que saben que nunca van a saborear las mieles de la victoria, comienzan a jugar en un equilibrio muy fino, llegar los últimos, pero antes de que los jueces abandonen la meta, momento en el que los corredores quedan descalificados.
Todos los corredores que buscan la Maglia Negra, crean sus propias estrategias para perder tiempo: fingen pinchazos, se esconden de sus rivales bajo puentes para dejarles pasar, se inventan lesiones… todo por llegar el último. Pero si alguien destaca esa competición es un ciclista flacucho del norte de Italia, al que todos llaman El chino, por sus ojos rasgados, pero que en realidad se llama Luigi Malabrocca. Durante años se convierte en el ídolo de la Italia post guerra mundial. La gente aclama sus gestas en la meta y sus aventuras son conocidas por todos: una vez se salió de la carrera para salir en un bote a pescar, mientras sus rivales le buscaban. Otra vez se escondió en un pozo, bicicleta incluida, para sumarse tiempo ante un rival. Era el rey de la trampa, el héroe de la desvergüenza. Llegó, incluso a ganar más dinero que el segundo clasificado.
¿Y por qué te estoy contando esto en un blog sobre escritura? Porque Malabrocca es siempre el ejemplo que pongo en clase para que mis alumnos comprendan algo: puede que no seamos perfectos, pero eso no nos hace peores escritores. Al contrario, puede ser nuestra arma más persuasiva. Porque cuando abrazamos nuestras imperfecciones, cuando soltamos la correa de «lo que deberíamos escribir» entonces nos hacemos más humanos, más cercanos, y el lector lo agradece.
Otro ejemplo que suelo poner es Mary Poppins. Supongo que si tienes más de 10 años, habrás visto la película de Disney, lo que dudo es que hayas visto la segunda parte llamada «El regreso de Mary Poppins». Yo las vi hace poco con mis hijos seguidas, primero la clásica y después la moderna. Y me di cuenta de una cosa. La primera era un disparate desde el punto de vista narrativa, había tramas que se perdían, personajes que nadie sabía qué hacían allí, números musicales que no aportaban nada a la estructura. Todo lo que los manuales dicen que no se deberían hacer. Y, sin embargo, es deliciosa. Tiene momentos mágicos que son difíciles de repetir.
Por otro lado, «El regreso de Mary Poppins» es una película en la que todo funciona a las mil maravillas, cada personaje, cada trama tiene una razón de ser. Las tramas contienen todo aquello que los gurús de la narrativa describen como un trabajo bien hecho. Y, sin embargo, no es deliciosa.
La razón está muy clara, es menos humana. Cuanto más intentamos acercarnos a la perfección, a lo estipulado como insuperable, más nos alejamos de lo que nos hace diferentes, únicos. Con la llegada de las Inteligencias Artificiales nos estamos dando cuenta de ello. Ahora mismo, las nuevas aplicaciones son capaces de crear historias, novelas, guiones que se rigen por los elementos propios de la narrativa. Si los leemos, efectivamente todos funcionan muy bien como estructura y como historia, pero les falta algo, les falta alma. ¿Y dónde está esa alma? Efectivamente, en las imperfecciones.
Cada autor es único saliéndose del camino, alcanzando su propia Maglia Negra de la escritura. Algunos lo harán con sus personajes únicos, otros con sus diálogos fuera de lo común, pero lo importante es abrazar esos defectos para hacerlas nuestra seña de identidad. Habitualmente vemos en los cursos iniciales a alumnos que quieren escribir como… el autor de moda. Eso está genial, porque copiando e imitando es la mejor forma de aprender a dominar el arte de la escritura. Pero lo que no debemos hacer es frustrarnos cuando nuestra copia no es perfecta, porque son precisamente esas imperfecciones nuestra marca, nuestra voz. Sin ellas el texto quedaría soso, sin alma, sin garra.
Por eso es muy importante conocer qué aspecto de la escritura nos hace diferentes y no luchar contra ello, sino intentar potenciarlo para que sea nuestra seña de identidad.
Pongo un último ejemplo: John Kennedy Toole, antes de quitarse la vida, envió su novela «La conjura de los necios» a muchas editoriales para intentar publicarla. Solo una de ellas se interesó por la obra, la editorial Simon and Schuster. Durante un tiempo estuvieron dudando si publicarla, hasta que finalmente la rechazaron. La razón que adujeron fue la siguiente: el libro no trataba de nada en concreto. Es decir, no había una trama canónica, no era una estructura aristotélica con un principio, un nudo y un desenlace.
Años después, la novela fue encontrada por la madre de Kennedy Toole y se empeñó en publicarla. Supongo que el resto de la historia ya lo conocemos, uno de los libros más vendidos del siglo XX, cientos de premios y traducciones a todos los idiomas. Y precisamente por aquello por lo que lo habían rechazado las editoriales, porque era una obra que se salía de los cánones, algo que traía un poco de aire fresco a la narrativa.
Muchas veces pensamos que lo que escribimos es una mierda. Creo que nos pasa a todos, escritores con más o menos experiencia, pero una forma de matar el pensamiento pesimista y concentrarnos en lo que de verdad importa, es que eso que notamos como errores, como imperfecciones, son en realidad nuestras marcas de humanidad, nuestra forma de escribir. Y en los tiempos que corren es mucho más importante tener una parte de originalidad, de personalidad, que crear algo que pueda ser perfecto, pero sin alma.
Es decir, es mejor quedar último, siempre y cuando lo hagamos con un estilo que nos otorgue la posibilidad de conectar con alguien.
Es Licenciado en Filología Hispánica y diplomado en Guion por la ECAM. En los últimos años ha desarrollado su actividad como escritor en redes sociales, donde acumula decenas de miles de seguidores. Cada viernes, los relatos que publica en su perfil personal se convierten en historias virales en Twitter. Entre 2012 y 2022 ha sido profesor de español y Escritura Creativa en la ciudad de Berlín.
Más informaciónNació en Brasil en 1981, y reside en Madrid. Es diplomada en Guion por la ECAM y forma parte de Escuela de Escritores, donde imparte clases desde 2004. Su libro de relatos, El cuerpo secreto, fue publicado en Páginas de Espuma en 2015. Como escritora forma parte del proyecto CELA (2017-2019) y de la lista Bogotá 39 seleccionada por el Hay Festival (Bogotá39-2017).
Más informaciónCoordina el departamento de Literatura Infantil y Juvenil de la Escuela de Escritores. Ha publicado más de una docena de libros para infancia y adolescencia, entre los que destacan El cofre de Nadie, premio Gran Angular 2021, Recuérdame por qué he muerto, premio Torre del Agua 2023 o Un hada con el ala rota. También ha publicado, con la editorial Páginas de Espuma y Escuela de Escritores el manual Escribir Infantil y Juvenil.
Más informaciónCoordina el Itinerario Centauros más allá de Orión de literatura fantástica, ciencia ficción y terror, en el que imparte clases desde hace casi diez años. Ha publicado las novelas fantásticas El final del duelo, Vendrán del este (ambas con Orciny Press) y Cástor y Pólux (con Ediciones el Transbordador). En enero de 2024 la novela de terror La hora de las moscas con Plaza & Janés. Además ha participado en varios manuales de escritura de Páginas de Espuma y en varias antologías de relato fantástico.
Más informaciónLara es la coordinadora del Departamento de Atención al Alumno. Forma parte del equipo de Escuela de Escritores desde 2017, donde se ha formado en cursos de Escritura Creativa, Relato Breve y Proyectos Narrativos. Desde 2021 imparte clases de Escritura Creativa para jóvenes y adultos. Estudió Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid.
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