Todas las entradas de: Blog de escritura
Escrito por: JORGE CORRALES
Stephen King ha pasado de ser un autor olvidado y denostado por la crítica a ser reivindicado por su buen saber hacer. Nosotros celebramos el terror en este artículo y la importancia que puede tener para las personas y para los lectores jugar a ser otros y jugar con el terror. Stephen King ha demostrado ser un experto en ambas.
Hace unas semanas fue el cumpleaños de mi admirado Stephen King. Las redes se llenaron de recomendaciones del escritor de Maine, recuerdos y buenas palabras. Es increíble lo que ha cambiado la figura de King en las últimas décadas. Cuando yo era un adolescente ávido de conocer nuevos autores, comparar a alguien con Stephen King era casi un insulto. Hoy en día, su nombre está ligado al éxito, no solo de público, sino también de crítica.
Movido por esta efeméride, decidí abrir mi libro favorito de Stephen King, que quizá sea el más terrorífico de todos, aunque no aparece ningún monstruo. Se llama Mientras escribo y es su autobiografía, aunque una muy especial. Porque no se centra en los aspectos morbosos de su vida, sino que hace un repaso de su evolución en el arte de escribir. Es lógico pensar que un obseso de la escritura, capaz de escribir más de un libro al año, acabe sacando un libro sobre cómo escribe.
El caso es que en una de las primeras páginas me encontré con una frase que me dejó totalmente helado. Decía así:
«Mi primer recuerdo soy yo imaginándome ser otra persona.»
En este primer recuerdo, rememora una escena en la que él se disfraza de un forzudo e intentaba levantar un bloque de cemento. La anécdota en sí, no tiene mucha gracia, pero sí el hecho de la idea que su primer recuerdo sea jugar a ser otro. Me acordé entonces de los primeros años de mis hijos y de las miles de veces que “jugaban” a ser piratas, a ser bebés, a ser reinas, a ser, en general, otra cosa.
La literatura y, especialmente, la escritura nace de ese impulso, de ese juego que nos hace ser otra persona. Nos saca de nuestro presente y nos hace viajar hasta lugares recónditos o imaginar nuestra vida pero con ligeros cambios. Cuando damos rienda suelta a nuestra imaginación, por unos momentos dejamos de pertenecer a nuestros cuerpos y podemos colarnos en la mente de otras personas. En mis clases suelo decir que hay muchos tipos de meditación, pero nunca se suele meter a la escritura entre ellas, cuando es claramente la mejor forma de salir de tu cuerpo y verte desde fuera.
Una vez, mientras escribía una obra sobre dos hermanos, uno de mis profesores me hizo unas preguntas que no olvidaré nunca ¿Sabes por qué los cachorros de león juegan a morderse? Para practicar la caza, debí contestar yo. ¿Y sabes por qué nosotros jugamos a ser otras personas? La respuesta se quedó vacía, pero ahora la puedo responder. Lo hacemos para practicar nuestra mejor habilidad, nuestro talento único: ser sociales. Cuando vemos una película, cuando participamos en una obra o cuando escribimos un relato, estamos aprendiendo a funcionar como sociedad. Estamos jugando a ser.
Pero volvamos a King. «Mi primer recuerdo soy yo imaginándome ser otra persona» esta frase es absolutamente importante en su obra. King no solo imagina ser otras personas, sino que imagina ser las personas que nadie quiere ser. Nos enseña el lado chungo de la vida, porque, aunque disfrace las maldades en forma de monstruos, cementerios indios o superpoderes, en realidad, lo que está mostrando siempre es lado oscuro del alma humana. Y eso es tan importante como ver el lado bueno. Es un aprendizaje muy valioso para desenvolvernos en la vida social.
Siempre me hace gracia cuando un padre o una madre defiende que «los libros de ahora» no son tan bonitos como los de antes. ¿Bonitos? Quien dice eso no se ha parado a analizar el terror que hay en los cuentos clásicos. Son auténticos nidos de lo peor que podamos imaginar. Brujas perversas, animales monstruosos capaces de matar a familias enteras o conjuros demoniacos. El terror forma parte de la educación de nuestros hijos, nos guste o no. El problema es que cuando vemos a un adolescente con un libro nos llena de orgullo, salvo que sea un libro de Stephen King.
Cujo, uno de sus libros más terribles, está entre los 10 libros más prohibidos por bibliotecas y escuelas de los Estados Unidos. Como si el terror pudiera contagiarse. Si nuestros niños leen terror, quizá se conviertan en seres terroríficos, cuando sucede todo lo contrario. El terror nos enseña a dominarlo, a identificarlo y a convivir con él. Por eso es tan necesario, especialmente en la adolescencia. Esa época para buscar los límites, para jugar a ser otra persona (incluso una muerta de miedo), una época para descubrir.
Quizás esta sea la razón del giro que ha dado la imagen de King en los últimos años. Los que lo leímos con 14 años, los que hemos crecido con sus espíritus, sus coches asesinos, sus viajes en el tiempo, sabemos de la importancia de su escritura. Su interés va más allá de tratar el terror como un decorado para escribir sus tramas. El miedo es el motor que vertebra sus historias. Como en esa escena de la última película de Steven Spielberg, The Fabelmans, donde el niño quiere ver el choque de dos trenes porque le causa pavor. Es su manera de entenderlo, de comprenderlo y de controlarlo. Esto ocurre incluso en sus novelas fuera del género de terror.
Mientras escribo este artículo, quedan pocas horas para decidir quién será el nuevo premio Nobel de Literatura. En lista de autores para las apuestas, detrás de los Thomas Pynchon y Michel Houellebecq, aparece el nombre de Stephen King. Algo de lo que deberíamos alegrarnos todos. Porque pone en valor la idea de que la escritura sobre el terror, no solo sirve para asustar, sino que pertenece al mundo de la intelectualidad. Yo diría, incluso, que va más allá. El género de terror, es, junto al erótico, el único que genera una respuesta física en su lectura. No solo jugamos a estar en la mente de otra persona, sino que nuestro cuerpo siente lo mismo que ese cuerpo en el que nos colamos.
Por eso, felicitemos al maestro por su cumpleaños y felicitémonos todos por devolver al status que se merece a un género tan necesario.
Es Licenciado en Filología Hispánica y diplomado en Guion por la ECAM. En los últimos años ha desarrollado su actividad como escritor en redes sociales, donde acumula decenas de miles de seguidores. Cada viernes, los relatos que publica en su perfil personal se convierten en historias virales en Twitter. Entre 2012 y 2022 ha sido profesor de español y Escritura Creativa en la ciudad de Berlín.
Más informaciónNació en Brasil en 1981, y reside en Madrid. Es diplomada en Guion por la ECAM y forma parte de Escuela de Escritores, donde imparte clases desde 2004. Su libro de relatos, El cuerpo secreto, fue publicado en Páginas de Espuma en 2015. Como escritora forma parte del proyecto CELA (2017-2019) y de la lista Bogotá 39 seleccionada por el Hay Festival (Bogotá39-2017).
Más informaciónCoordina el departamento de Literatura Infantil y Juvenil de la Escuela de Escritores. Ha publicado más de una docena de libros para infancia y adolescencia, entre los que destacan El cofre de Nadie, premio Gran Angular 2021, Recuérdame por qué he muerto, premio Torre del Agua 2023 o Un hada con el ala rota. También ha publicado, con la editorial Páginas de Espuma y Escuela de Escritores el manual Escribir Infantil y Juvenil.
Más informaciónCoordina el Itinerario Centauros más allá de Orión de literatura fantástica, ciencia ficción y terror, en el que imparte clases desde hace casi diez años. Ha publicado las novelas fantásticas El final del duelo, Vendrán del este (ambas con Orciny Press) y Cástor y Pólux (con Ediciones el Transbordador). En enero de 2024 la novela de terror La hora de las moscas con Plaza & Janés. Además ha participado en varios manuales de escritura de Páginas de Espuma y en varias antologías de relato fantástico.
Más informaciónLara es la coordinadora del Departamento de Atención al Alumno. Forma parte del equipo de Escuela de Escritores desde 2017, donde se ha formado en cursos de Escritura Creativa, Relato Breve y Proyectos Narrativos. Desde 2021 imparte clases de Escritura Creativa para jóvenes y adultos. Estudió Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid.
Más informaciónError: Formulario de contacto no encontrado.