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Escrito por: JORGE CORRALES
La escritura en redes sociales no suele tener muy buena fama. Sin embargo, ofrece muchas oportunidades al escritor, tanto en su faceta comercial como en la creativa. Internet ha abierto un campo enorme para los escritores. Es el momento de empezar a hacer uso de las nuevas tecnologías para escribir.
«Quien quiera aprender a escribir debe fijarse en cómo se cultiva el trigo». Con esta frase comienza algunas de mis clases y me gusta que sea las primeras palabras que escribo en este Blog de Escritura de la Escuela. Porque la historia del trigo y la escritura están unidas de muchas maneras.
Para que el hombre dejara de ser nómada tuvo que vencer dos grandes retos: el tiempo y la distancia. Este segundo concepto fue el más difícil de derrotar El alimento estaba en el movimiento. Aquellas tribus que más se movían tenían más probabilidad de encontrar más comida. Sin embargo, el ser humano sobrepasó este obstáculo con la gran revolución: plantar trigo. Al tener comida cerca de su casa, cambió las reglas del juego. El movimiento ya no era necesario para obtener comida. La distancia ya no era un problema.
La otra gran revolución fue consecuencia del sedentarismo: La derrota del tiempo. Hasta la llegada de la escritura, el mundo se disolvía. Solo existía el presente. Todo lo que pasara detrás quedaba en nuestros genes, pero no había prueba existencial. El pasado era invisible. Y aunque esto suena muy poético, en realidad, era un problema del día a día: ¿Cuántas cabras me distes el otro día? ¿Cuántas jarras tengo que darte? Gracias a la escritura, logramos comunicar más allá del tiempo.
Pero… ¿Por qué deberíamos fijarnos en el trigo para aprender a escribir?
Pues porque, en ambos casos, a pesar del tiempo transcurrido, después de miles de cambios en nuestra sociedad… su esencia no ha cambiado. Tanto el cultivo del trigo como la escritura mantienen los mismos fundamentos. Una semilla, agua, tierra y sol. Símbolos que, unidos, adquieren un sentido. Cambian las semillas, cambian los símbolos, pero los procesos son los mismos. El trigo sigue siendo el gran enemigo de la distancia (aunque ahora es el supermercado y no el campo el que ejerce ese papel) y la escritura sigue siendo el gran enemigo del tiempo.
Sin embargo, hay algo que sí que ha evolucionado en todos estos siglos: la técnica. Las herramientas, los regadíos, la maquinaria. Todo ha cambiado en la recolección. Ha progresado de tal forma que, hoy en día, mucha gente no sabe (no sabemos, me incluyo) cómo se fertiliza una planta o qué tipo de tierra es necesaria para un cultivo.
Con la escritura sucede lo mismo. La esencia se mantiene, la comunicación a través del tiempo sigue funcionando. Me sigue fascinando que podamos abrir un libro y leer las palabras de Homero sobre una guerra que ocurrió incluso antes de que él naciera.
Pero al igual que el cultivo del trigo, las técnicas han cambiado. Y así cómo en el proceso del cultivo hemos ido perdiendo el conocimiento, el mundo de la escritura ha ocurrido lo contrario. Esa combinación de letras, que en principio se utilizó como mera forma de calcular, se ha extendido tanto que, hoy en día, es un valor esencial de la sociedad.
Aquel que domine las técnicas de la escritura, dominará muchos aspectos de la vida actual. Cuanto mejor escribas, más ligarás en Tinder, llegarás a mejores ofertas de trabajo en LinkedIn o, simplemente, caerás mejor a tus amigos en los grupos de WhatsApp. Porque la vida ahora es escrita. O, al menos, la vida digital es escrita.
A pesar de las videollamadas, los vídeos en TikTok o la nueva comunicación por memes, la palabra escrita sigue dominando el panorama de la comunicación. Tanto como nunca lo ha hecho. Desde los catedráticos más pedantes a los adolescentes imbuidos por los mensajes de WhatsApp, todos se comunican por escrito. La escritura ha conquistado por primera vez en la historia a toda la población.
Pero lo más interesante es que para el escritor se abre una nueva puerta. Hoy en día, la vida digital es tan importante que aquellos que machacamos teclas hemos encontrado un lugar nuevo donde escribir. Un lugar donde la escritura, además de valor social, tiene valor monetario. Hay escritores que ganan más en las redes sociales que con sus libros.
En mis clases insisto mucho a mis alumnos que escriban en las redes sociales, en blogs, en cualquier parte que obedezca al nuevo mundo de la escritura. Cuanto más escribamos, más visible será nuestra huella en un mundo lleno de lectores. Además, las editoriales, los medios de comunicación, las instituciones están siempre al tanto de lo que ocurre en Internet. Es más fácil que una muestra de tu forma de escribir llegue a una editorial en formato digital que en papel.
Sin embargo, lo más importante para mí como profesor es cuanto más escribamos en esa esfera digital, más entrenaremos. Iremos descubriendo nuestra propia voz, domaremos nuestro estilo, nos enfrentaremos a retos, caeremos en problemas con los que tendremos que experimentar. Todo, sin tener que esperar «La gran oportunidad» de poder publicar.
En las primeras etapas de la escritura es tan valioso escribir como que nos lean. Enfrentarnos al paso de ser leídos es siempre difícil, porque sentimos que mostramos una parte de nosotros que siempre había estado oculta. Pero, para sentirse realmente escritor, tenemos que aprender a domar ese miedo. Un escritor con pudor es un escritor que no saca todo su potencial. Por eso abrirnos a gente que no conocemos, a lectores que han caído en nuestros textos por Dios sabe qué razón, es una buena manera de ensayar eso que queremos que ocurra en el futuro.
Por último, me gustaría incidir en un tema que es de suma importancia: el prestigio. Todo lo que se escribe en formato digital, hasta ahora, se tomaba de forma superficial, poco profunda y, digámoslo así, un escalón por debajo de lo impreso en papel. Pero creo que es labor de los escritores dignificar aquello que ocurre en el mundo de las letras creadas por bytes. Ahora mismo se escribe literatura de gran calidad en las redes. Reconocidos autores que publican en papel hacen una extensión de sus carreras en las redes sociales. Así, Agustín Fernández Mallo deja pequeñas joyitas en su Twitter, Sergio del Molino relata algunas anécdotas maravillosamente escritas en su Facebook o Sabina Urraca nos deleita con pensamientos en su Instagram que podrían estar en cualquier libro.
Ahora que el mundo se ha vuelto escrito, los escritores debemos conquistar esa parcela que nos pertenece. El futuro de las redes estará, sí o sí, en aquellos que sean capaces de dominar las técnicas de la narración, la poesía o el ensayo. La generación más joven ya empieza a hacer uso de ello en lugares como Wattpad. Es el momento de romper viejos miedos e inseguridades y comenzar a escribir como escritores en las redes sociales.
Por eso, a todos los escritores (noveles o expertos) recomiendo que, como buenos cultivadores de trigo, plantemos semillas allá por dónde pasemos para ver qué cosecha obtendremos en el futuro.
Es Licenciado en Filología Hispánica y diplomado en Guion por la ECAM. En los últimos años ha desarrollado su actividad como escritor en redes sociales, donde acumula decenas de miles de seguidores. Cada viernes, los relatos que publica en su perfil personal se convierten en historias virales en Twitter. Entre 2012 y 2022 ha sido profesor de español y Escritura Creativa en la ciudad de Berlín.
Más informaciónCoordina el departamento de Literatura Infantil y Juvenil de la Escuela de Escritores. Ha publicado más de una docena de libros para infancia y adolescencia, entre los que destacan El cofre de Nadie, premio Gran Angular 2021, Recuérdame por qué he muerto, premio Torre del Agua 2023 o Un hada con el ala rota. También ha publicado, con la editorial Páginas de Espuma y Escuela de Escritores el manual Escribir Infantil y Juvenil.
Más informaciónCoordina el Itinerario Centauros más allá de Orión de literatura fantástica, ciencia ficción y terror, en el que imparte clases desde hace casi diez años. Ha publicado las novelas fantásticas El final del duelo, Vendrán del este (ambas con Orciny Press) y Cástor y Pólux (con Ediciones el Transbordador). En enero de 2024 la novela de terror La hora de las moscas con Plaza & Janés. Además ha participado en varios manuales de escritura de Páginas de Espuma y en varias antologías de relato fantástico.
Más informaciónLara es la coordinadora del Departamento de Atención al Alumno. Forma parte del equipo de Escuela de Escritores desde 2017, donde se ha formado en cursos de Escritura Creativa, Relato Breve y Proyectos Narrativos. Desde 2021 imparte clases de Escritura Creativa para jóvenes y adultos. Estudió Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid.
Más informaciónNació en Brasil en 1981, y reside en Madrid. Es diplomada en Guion por la ECAM y forma parte de Escuela de Escritores, donde imparte clases desde 2004. Su libro de relatos, El cuerpo secreto, fue publicado en Páginas de Espuma en 2015. Como escritora forma parte del proyecto CELA (2017-2019) y de la lista Bogotá 39 seleccionada por el Hay Festival (Bogotá39-2017).
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