Escrito por: ALEJANDRO MARCOS

Bienvenidos y bienregresados a esta nueva temporada de nuestro blog. Ya ha llegado septiembre y, al igual que enero, entramos en el mes de las promesas y las buenas intenciones.

Comienza un nuevo curso escolar y con ello nuestro deseo de mejorar y de comprometernos a avanzar con nuestra carrera de escritor. Quizás tú que estás leyendo esto hayas aprovechado bien el periodo vacacional y no solo no hayas disminuido tu ritmo de escritura, sino que quizás hayas aprovechado las horas muertas y el tiempo sin trabajar en tu trabajo real para escribir aún más de lo que esperabas.

Lamentablemente ese no es mi caso. Si tampoco es el tuyo, sigue leyendo, esto te interesa.

Yo aprovecho el tiempo de vacaciones también para descansar de la escritura. Otras veces no lo he hecho (porque tenía alguna idea que necesitaba escribir de manera urgente o por necesidades editoriales) y lo cierto es que el cerebro no descansa igual, lo cual supone que voy arrastrando ese embotamiento y ese cansancio hasta las siguientes vacaciones. A veces incluso me ha supuesto tener que tomarme algún mes de descanso durante el curso porque la calidad que estaba dando a mis textos no era la adecuada ni la habitual en mí.

Pero no estoy aquí para recomendaros que os toméis descansos en la escritura (quizás haga un artículo más adelante sobre ello), sino para ayudaros a retomar la rutina de escritor después de alguno de esos descansos.

Yo siempre comparo la escritura con el hacer ejercicio o el hablar idiomas. No solo porque tienen un proceso de aprendizaje y de evolución similar, sino porque también tienen un proceso similar de recuperación y en los tres casos se recomienda una época de descanso y una vuelta a la rutina. Siguiendo estos tres ejemplos, voy a daros cinco consejos para tomaros estos días raros de regreso a la vida normal lo más cómodamente posible. Son los consejos que sigo yo y que a mí me sirven, lo cual no quiere decir ni que sean los únicos ni que sean los mejores. Vamos allá:

1. Intenta leer mucho. Este consejo en realidad lo podéis aplicar siempre que queráis. Además suele ser el más sencillo de conseguir porque las vacaciones suelen ser un buen momento para ponernos al día con lecturas atrasadas y eso implica que llegamos a septiembre con un buen ritmo lector. El leer despertará nuestra imaginación y, con total seguridad, nuestras ganas de escribir. Además, tener un buen libro entre las manos siempre nos va a ayudar a escribir mejor que cualquier otra actividad de tiempo libre, aunque sea simplemente por pura imitación (que es una manera estupenda de volver a calentar el músculo escritoril y de adquirir nuevas técnicas de escritura).
2. Reserva siempre un tiempo fijo que irá aumentando a lo largo de las semanas. En esta parte es muy importante que os conozcáis a vosotros mismos y que seáis realistas. A todos nos encantaría poder dedicar varias horas al día a la escritura, pero lo cierto es que las obligaciones y la vida diaria (la vida real que llamo yo), no nos lo suelen permitir. Plantearse objetivos de tiempo desmedido puede provocar frustración y abandono de proyectos. Mi consejo es empezar por periodos pequeños para ayudar a que el cerebro se acostumbre a concentrarse de nuevo en la escritura. Quizás empezar escribiendo tres días a la semana durante media hora sea el tiempo ideal para ti y en varias semanas puedas aumentar la cantidad de tiempo o de días. Es mejor ponerse objetivos pequeños y superarlos fácilmente que encontrarse incapaz de completar esas dos horas de escritura diaria que nos habíamos propuesto.
3. No quieras abarcar demasiado. Este punto está muy relacionado con el anterior. Es importante que no queramos morder más de lo que podemos tragar. Es cierto que, quizás, después de cenar y de acostar a los niños, robándole una horita al sueño, podríamos conseguir escribir cinco mil palabras durante dos horas cada día. Pero, ¿seremos capaces de hacer eso? ¿No será simplemente una excusa para poder decir cada noche que estamos reventados y que es mejor dormir y escribir con energías que hacerlo en ese estado? Ojo, que habrá gente a la que le funcione ese tipo de escritura, lo he puesto como ejemplo porque para mí es lo más opuesto que se me puede ocurrir a mi método de trabajo. No conviertas la escritura en una obligación detestable que solo te provoca frustración o estarás destruyéndola.
4. Comienza con proyectos pequeños o que no estén en fases avanzadas. Del verano suele venirse un poco despistado, con la mente relajada y, generalmente, con algún kilo de más. En esto último no puedo ayudaros, pero seguro que estáis estupendos con esos kilitos. En lo otro os recomiendo lo mismo que cualquier entrenador recomendaría a un corredor de fondo. No empecéis apuntándoos a una maratón. ¿Por qué no pruebas primero con esa carrera pequeña local en un pueblecito de la montaña? Quizás septiembre no sea el momento de ponerte a escribir esa novela de mil páginas sobre el sentido de la vida, quizás pueda esperar hasta octubre y en septiembre puedas dedicarte a darles los últimos retoques a algunos relatos que tengas ya empezados o a escribir pequeñas historias como si fueran ejercicios de calentamiento, aunque no lleguen a convertirse en relatos o novelas, solo por el placer de crear personajes o conflictos. Esto ayuda mucho a despertar la mente y a estar preparados cuando llegue la verdadera carrera.
5. No te desilusiones. Septiembre es un mes extraño y muchas veces no tenemos medidas las fuerzas con las que afrontamos la nueva rutina. Además, hay veces en las que esa rutina se complica más de lo que pensábamos y una tarea sencilla que normalmente nos llevaba media hora se convierte en un esfuerzo titánico que nos roba media mañana. Es algo normal. No es que seamos peores que cuando nos fuimos, sino que estamos desentrenados. No es el momento de bajones. El músculo que se ejercita tiene memoria y recupera pronto su forma igual que una persona que habla un idioma solo tarda unas horas en recuperar casi todo el vocabulario. Hay que seguir practicando poco a poco para lograr el buen estado en el que dejamos la escritura cuando empezamos el verano. Creedme.

¿Qué os ha parecido? ¿Vosotros tenéis un plan de vuelta a la rutina o simplemente actuáis como si ese periodo vacacional no hubiera existido? Dejádmelo, como siempre, en los comentarios. Bienvenidos de nuevo.