Escribir no es para inteligentes

Todas las entradas de: Blog de escritura

Escrito por: ALEJANDRO MARCOS

Las palabras exactas que usa Murakami son: «En mi opinión, escribir novelas no es un trabajo adecuado para personas extremadamente inteligentes. (…) Si quien escribe es alguien con un mensaje claro y bien definido en su mente, no tendrá necesidad de transformarlo en una narración. Es mucho más rápido y eficaz verbalizar esa idea de manera directa. (…) En el caso de una persona con extensos conocimientos, no necesitará servirse de un «recipiente» externo como las narraciones, que por naturaleza suelen ser algo enmarañado. (…) Solo es una opinión personal, pero escribir una novela me parece, en esencia, un trabajo bastante «torpe». Apenas hay nada que destaque por su inteligencia intrínseca.»

Publicaciones Blog Escuela de Escritores 'Escribir no es para inteligentes', de Alejandro Marcos -IMG915

O lo que es lo mismo, según mi opinión, lo que Murakami quería decir era: Si partimos de la base de que la escritura es una comunicación entre dos personas, los escritores no usan el método más eficaz para ello, sino que emplean uno que es, además de eficaz, estético. Y eso para Murakami no es ser inteligente, aunque yo creo que aquí se quiere referir más a una persona eficaz que a una inteligente. Y en ese sentido estoy de acuerdo con él.

Eso sí, supone reducir las novelas a un mínimo en el que su única finalidad es ser transmisoras de una idea. Es decir, que ante querer comunicar la idea de que el amor prohibido está abocado a la tragedia; un escritor contará Romeo y Julieta y una persona inteligente se limitará a explicar dicha frase. Como digo, me parece reducir al extremo lo que es una novela.

Murakami obvia aquí no solo la parte estética, sino que las novelas no hablan de una única cosa y no siempre tienen la finalidad de transmitir una idea, sino que en general emplean esa idea y el arte para conmover. Y para conmover no basta con explicar una idea, es mucho más complejo que eso. De hecho, es una de las razones por las que existen las narraciones.

Para lo que sí puede venirnos bien la definición de Murakami es para hablar del tema de las novelas. Me ha resultado muy curioso que el autor japonés redujera las novelas exclusivamente al tema cuando la mayoría de los estudiantes con los que me encuentro en mis clases es algo en lo que no suelen pensar. Eso cuando saben lo que es, claro. De hecho, en las clases en las que analizamos textos leídos, una de las preguntas más complicadas y que más debate genera es el tema del libro que hemos leído.

Con esto quiero decir que, quizás sin llegar a los extremos de Murakami, a todos los escritores, sobre todo a los que están empezando, no les vendría mal pensar en algún momento en el tema de lo que están escribiendo, es decir, en aquello que quieren contar. Y lo cierto es que debería incluirme entre esos escritores porque me cuesta mucho reflexionar sobre el verdadero tema del texto en el que me encuentre trabajando. Me cuesta, sobre todo, porque abstraer la novela a una sola idea es algo que después me va a complicar el regreso a la parte concreta de la misma; es decir, al argumento.

Además, el tema del texto es algo que debe quedar sugerido por la obra, mejor no explicitarlo, por lo que, si estoy pensando en el tema y soy demasiado consciente de él, lo más seguro es que lo acabe soltando de una manera o de otra en el texto.

Regresando a la idea básica inicial. ¿Es escribir de personas inteligentes? No sabría contestar. Es cierto que escribir no es lo mejor que se puede hacer. No es lo más eficaz para comunicar, como dice Murakami, ni es lo más provechoso a nivel económico o de inversión de tiempo. Es un trabajo solitario y bastante desagradecido. Muy pocas veces estamos satisfechos con lo que escribimos. Pues vaya, ¿no? Al final va a tener razón Haruki Murakami y los que escribimos no vamos a ser los más listos de la clase.

Sin embargo, sí que considero que la escritura es una forma de expresión y de conocimiento del mundo que nos rodea que demuestra inteligencia y, sobre todo, una gran inteligencia emocional. Creo que las personas que escriben comprenden mejor el mundo y son más empáticas, aunque solo sea por el hecho de que son capaces de colocarse en el lugar de otras personas. Suena a tópico, pero no lo es. Conozco gente muy volcada en su trabajo o en su pequeño círculo vital. No salir de ahí, por necesidad te limita la visión y la empatía. No es que sea algo necesariamente malo, pero no creo que una persona que no escriba sea más inteligente que un escritor.

Pero aquí entramos en otro de los grandes temas de la literatura: ¿por qué escribimos? Y eso sí que es algo que no podemos abordar en la longitud de este artículo. Es cierto que cuando me pongo a pensar en todas esas cosas negativas y poco eficaces que tiene la literatura, o cuando calculo el precio al que me ha salido la hora al escribir una novela, dan ganas de dedicar el tiempo libre a cualquier otra cosa, aunque sea a contemplar la pared, en lugar de dedicarse a escribir. Sin embargo, aunque no sea del todo consciente de las razones por las que escribo, no concibo mi vida de otra manera y no me considero haciendo nada más.

No tengo ni idea de si será algo inteligente o no, lo que sí sé es que al final del día es algo que a mí me compensa y que me resulta mucho más sencillo expresarme a través de mis escritos narrativos que a través de cualquier otro canal, aunque sea más eficaz.

Acerca de los autores

Alejandro Marcos, fotografía de Isabel Wagemann- IMG2-675

Alejandro Marcos

Coordina el Itinerario Centauros más allá de Orión de literatura fantástica, ciencia ficción y terror, en el que imparte clases desde hace casi diez años. Ha publicado las novelas fantásticas El final del duelo, Vendrán del este (ambas con Orciny Press) y Cástor y Pólux (con Ediciones el Transbordador). En enero de 2024 la novela de terror La hora de las moscas con Plaza & Janés. Además ha participado en varios manuales de escritura de Páginas de Espuma y en varias antologías de relato fantástico.

Más información
Chiki Fabregat, fotografía de Isabel Wagemann- IMG2-675

Chiki Fabregat

Coordina el departamento de Literatura Infantil y Juvenil de la Escuela de Escritores. Ha publicado más de una docena de libros para infancia y adolescencia, entre los que destacan El cofre de Nadie, premio Gran Angular 2021, Recuérdame por qué he muerto, premio Torre del Agua 2023 o Un hada con el ala rota. También ha publicado, con la editorial Páginas de Espuma y Escuela de Escritores el manual Escribir Infantil y Juvenil.

Más información
Lara Coto, profesora de Escritura Creativa para Adolescentes en Escuela de Escritores - IMG570 - fotografía de Ático26

Lara Coto

Lara es la coordinadora del Departamento de Atención al Alumno. Forma parte del equipo de Escuela de Escritores desde 2017, donde se ha formado en cursos de Escritura Creativa, Relato Breve y Proyectos Narrativos. Desde 2021 imparte clases de Escritura Creativa para jóvenes y adultos. Estudió Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid.

Más información
Mariana Torres, profesora del Máster de Narrativa en Escuela de Escritores - IMG570 - fotografía de Gaby Jongenelen

Mariana Torres

Nació en Brasil en 1981, y reside en Madrid. Es diplomada en Guion por la ECAM y forma parte de Escuela de Escritores, donde imparte clases desde 2004. Su libro de relatos, El cuerpo secreto, fue publicado en Páginas de Espuma en 2015. Como escritora forma parte del proyecto CELA (2017-2019) y de la lista Bogotá 39 seleccionada por el Hay Festival (Bogotá39-2017).

Más información

Más información

Error: Formulario de contacto no encontrado.

Más información curso

    Compartir en