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Escrito por: LARA COTO
Cuando llegó a mis manos el libro Totoro y yo, en el que Amaia Arrazola analiza cada película de Hayao Miyazaki con unas ilustraciones adorables, decidí que había llegado el momento de ver toda su filmografía. Como la mayoría de las personas, yo había visto las películas más populares: El viaje de Chihiro, El castillo ambulante, La princesa Mononoke y Mi vecino Totoro. Y algunas de ellas, hace ya unos cuantos años. Pero solo necesité un vistazo a la lista de películas del director para darme cuenta de que había un universo mucho más grande y yo me lo estaba perdiendo.
Me puse manos a la obra y las vi por orden de producción, esperando encontrar una evolución clara en la calidad de la animación, el estilo narrativo y la construcción de los personajes. Me interesaba especialmente el tratamiento de los personajes femeninos. Había quedado fascinada con San, la princesa Mononoke, con esa furia femenina y ese idealismo imparable, y (lo confieso) me había sorprendido que ese enfoque hubiera nacido en un contexto tan tradicional como Japón. Daba por hecho que los personajes de décadas anteriores serían más pasivos, más estereotípicos o, simplemente, más convencionales.
Qué equivocada estaba.
Lo que me encontré durante mi viaje por la filmografía de Miyazaki, aparte de una experiencia narrativa y de animación maravillosa, fue una galería diversa de personajes inspiradores y mensajes por aprender. Nunca me he alegrado tanto de equivocarme, porque pensar en la cantidad de niños (y, sobre todo, niñas) que habrán tenido como referentes a las chicas y mujeres de estas historias me cerró la boca y me puso en ella una sonrisa.
Y como la animación no es solo para niños (jamás me cansaré de decirlo) y nunca se es demasiado grande para aprender, he recopilado aquí a los personajes femeninos más inspiradores del universo de Miyazaki con todo lo que me han enseñado:
Nausicaä y el amor por lo diferente
Nausicaä del Valle del Viento es la primera película del director y uno de los personajes más potentes de su filmografía. En un mundo devastado por la contaminación que ha dado lugar a bosques tóxicos e insectos gigantes, Nausicäa nos enseña a explorar lo desconocido, a aceptar lo diferente y a amar en vez de temer. Su personaje no solo se adentra en los parajes más peligrosos de la historia, sino que consigue conectar con los Ohm, una especie de insectos mutantes descomunales que todo el mundo teme y repudia. Todo el mundo, menos ella.
Satsuki y el coraje frente al miedo
Tuve que ver Mi vecino Totoro por segunda vez para entender que la película no solo hablaba del poder de la imaginación infantil y de los lazos familiares, sino también del miedo y del modo en que nos enfrentamos a él. Satsuki crece y madura a lo largo de la película enfrentándose al miedo, que también madura con ella: porque de niños tenemos a los fantasmas, pero a medida que crecemos, nuestros miedos cambian y crecen también.
Nicky y la búsqueda de una misma
Nicky, la aprendiz de bruja (en España, porque en el resto del mundo es Kiki) es otra película que tiene varios visionados. Aunque a primera vista solo estamos viendo a una joven bruja intentar ganarse la vida y hacerse un hueco en el mundo, la historia explora el descubrimiento de la identidad propia y la importancia de valerse por una misma. Nicky no solo se gana su independencia, sino que aprende a entenderse y aceptarse tal y como es.
San y la determinación imparable
De La princesa Mononoke podría escribir un post entero, porque su personaje está plagado de ideales inspiradores: la defensa de la naturaleza, la valentía, la supervivencia y, sobre todo, la lucha incansable por aquello en lo que cree. Ella ni siquiera es realmente la protagonista de la historia (el protagonista es Ashitaka, que es quien sufre un cambio a lo largo de la historia y desde donde la presenciamos), pero San lo eclipsa todo con esa furia suya tan salvaje y tan pura. Hasta tal punto que la película lleva su nombre.
Chihiro y el crecimiento
El viaje de Chihiro también da para un post (o varios), porque explora temas tan complejos como la pérdida de la identidad, la avaricia o el olvido de la cultura. Pero, sobre todo, representa el viaje de Chihiro hacia la madurez. Aunque es un tema recurrente en el cine de Miyazaki, lo cierto es que en esta película está mostrado de forma impecable y todo el proceso del personaje resulta realmente inspirador. Chihiro entra en el mundo de los espíritus siendo una niña asustada y algo quejica, y sale de allí como una mujer madura, que ha aprendido a entender el mundo y a luchar por lo que le importa.
Sophie y las riendas del destino propio
Nada más empezar El castillo ambulante, la joven Sophie es víctima de una maldición que la transforma en una anciana. Al principio parece algo arbitrario, pero lo cierto es que representa algo. Vemos a Sophie por fuera como se siente por dentro: carente de aspiraciones y sin poder sobre el rumbo de su vida. Esto lo sabemos porque, durante el resto de la historia, cada vez que Sophie toma las riendas de la situación y se empodera, rejuvenece.
Ponyo y la libertad
Ponyo es un espíritu libre desde el primer momento y así lo demuestra cuando decide acercarse a los humanos. Su curiosidad ante todo y su autenticidad la llevan a vivir entre dos mundos a lo largo de la película: el mundo marino, en el que es un pez, y el mundo de la superficie, en el que es humana. El público puede pasarse la película entera preguntándose a qué mundo pertenece Ponyo realmente, pero lo cierto es que Ponyo solo se pertenece a sí misma. Es, antes que pez o humana, libre.
En esta lista, desde luego, faltan mujeres. Faltan algunas antagonistas poderosas como Yubaba, Lady Eboshi o Kushana. Secundarias geniales como Dola, Naoko, Fio, Kiriko y Himi. Incluso falta una protagonista (Sheeta, de El castillo en el cielo). Pero si las incluyera a todas, este artículo no acabaría jamás.
Cabe mencionar que, aunque estemos hablando de aprendizajes más bien vitales, a nivel de escritura y narrativa también podemos sacar mucho de la filmografía de Miyazaki. El modo en que trabaja el arco de los personajes y el uso de los símbolos y metáforas en sus películas son, también, una inspiración para cualquier creador de historias. Si no fuera así, todas las reflexiones previas no habrían llegado a las mentes de los espectadores ni, desde luego, a estas líneas.
Lara es la coordinadora del Departamento de Atención al Alumno. Forma parte del equipo de Escuela de Escritores desde 2017, donde se ha formado en cursos de Escritura Creativa, Relato Breve y Proyectos Narrativos. Desde 2021 imparte clases de Escritura Creativa para jóvenes y adultos. Estudió Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid.
Más informaciónCoordina el Itinerario Centauros más allá de Orión de literatura fantástica, ciencia ficción y terror, en el que imparte clases desde hace casi diez años. Ha publicado las novelas fantásticas El final del duelo, Vendrán del este (ambas con Orciny Press) y Cástor y Pólux (con Ediciones el Transbordador). En enero de 2024 la novela de terror La hora de las moscas con Plaza & Janés. Además ha participado en varios manuales de escritura de Páginas de Espuma y en varias antologías de relato fantástico.
Más informaciónCoordina el departamento de Literatura Infantil y Juvenil de la Escuela de Escritores. Ha publicado más de una docena de libros para infancia y adolescencia, entre los que destacan El cofre de Nadie, premio Gran Angular 2021, Recuérdame por qué he muerto, premio Torre del Agua 2023 o Un hada con el ala rota. También ha publicado, con la editorial Páginas de Espuma y Escuela de Escritores el manual Escribir Infantil y Juvenil.
Más informaciónNació en Brasil en 1981, y reside en Madrid. Es diplomada en Guion por la ECAM y forma parte de Escuela de Escritores, donde imparte clases desde 2004. Su libro de relatos, El cuerpo secreto, fue publicado en Páginas de Espuma en 2015. Como escritora forma parte del proyecto CELA (2017-2019) y de la lista Bogotá 39 seleccionada por el Hay Festival (Bogotá39-2017).
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