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Escrito por: LARA COTO
Si estás pensando en escribir una novela (o un relato) utilizando la perspectiva de diferentes narradores en primera persona, este artículo puede ayudarte.
Una de las decisiones más importantes que tendremos que afrontar a la hora de escribir es qué tipo de narrador utilizamos. Es un aspecto crucial de la narrativa, porque por un lado, definirá los límites en los que podemos movernos a la hora de narrar y, por el otro, influirá muchísimo en la experiencia final de lectura.
En los últimos años, se ha puesto muy de moda el uso de diferentes perspectivas para contar una única historia. Es lo que llamamos narrador coral. Este tipo de narrador, utilizado además en primera persona, suele tener éxito porque transmite la sensación de estar dentro de las mentes de diferentes personajes, lo cual supone una gran conexión entre la persona que lee la historia y la que la vive desde dentro. También permite entender la trama desde distintos puntos de vista y da lugar a una mayor diversidad de interpretaciones y conclusiones al finalizar la lectura.
Sin embargo, este tipo de narrador es muy difícil de utilizar. Escribir en primera persona desde la voz íntima y propia de alguien que no eres tú ya es todo un reto, así que hacerlo con diferentes personajes, cada uno con sus características y su voz, alternando a cada capítulo, intentando que se diferencien, pero con naturalidad, es un desafío a otro nivel.
Por todo ello, antes de plantear herramientas para el uso del narrador coral, el mejor consejo que puedo darte es que no utilices este tipo de narrador. A menos que sea estrictamente necesario para tu historia (cosa que pocas veces ocurre), intenta evitarlo. Porque, por atractivo que resulte este narrador, hay cantidad de cosas que pueden salir mal: que las voces se parezcan demasiado (porque, en realidad, todas vienen de la misma persona: tú); o que, al contrario, la diferenciación entre ellas sea tan marcada que resulte antinatural; o, lo peor de todo, que en el propio proceso de escritura, el constante cambio de una voz a otra suponga un lastre para ti a nivel creativo y te acabes bloqueando.
Como alternativa, hay narradores mucho más fáciles de usar que transmiten una sensación muy parecida. Por ejemplo, puedes optar por un narrador equisciente pero dinámico, que esté muy pegado al personaje pero pueda moverse de uno a otro entre capítulo y capítulo. Esto supondrá una experiencia de lectura muy similar a la de la primera persona, pero sin necesidad de adaptar tanto la voz de narración, porque estará en tercera.
Si, pese a todas las advertencias, tienes claro que lo que pide tu historia es utilizar este tipo de narrador, aquí van algunos consejos para no morir (de desesperación) en el intento:
La mejor forma de descubrir cuál es la voz idónea para cada personaje es conectar al máximo con él o con ella. Tómate tu tiempo para construir cada personaje al detalle y para entenderlo. Haz lo posible para que estén vivos, que sean para ti como personas reales. Descubrirás, de este modo, puntos de diferenciación muy útiles: qué personaje tiende a ser más descriptivo, cuál es más directo, quién tiende a la digresión (y por qué) o quién tiene un monólogo interno más emocional.
Un recurso bastante sencillo para crear voces diferentes es asignar un estilo definido a cada una: por ejemplo, puedes hacer que uno de tus personajes se exprese de modo más formal, que otro utilice cierto argot y que el tercero tenga un estilo más infantil. Eso sí, intenta aplicar esta herramienta cuando ya hayas construido a tus personajes, teniendo en cuenta cómo son y qué les viene mejor. Si lo haces en el orden inverso, acabarás creando a los personajes en base a sus voces en vez de al revés, y eso puede suponer dos problemas: en primer lugar, que los personajes queden artificiales, y segundo, que la diferenciación entre las voces resulte demasiado forzada, antinatural. Por todo ello, esta es una herramienta con la que conviene tener cuidado.
Otro truco muy útil es crear una tabla (en Excel, a mano o cómo mejor te resulte) en la que vayas apuntando las expresiones que utilizará cada personaje, con la idea de asegurarte de que no las repites entre una voz y otra. Por ejemplo, si un personaje suele decir “La verdad es que…”, otro puede decir “Lo cierto es que…” o “Para ser honesta…”. También puede haber un personaje que utilice muchos diminutivos y otro, ninguno. En general, lo más práctico es valerse del diccionario de sinónimos para intentar no repetir ciertos verbos o sustantivos que quizá están muy presentes en tu vocabulario habitual pero no tienen por qué estarlo en el de tus personajes (o al menos, no en el de todos ellos).
Al igual que la herramienta anterior, esta tiene sus desventajas: implica escribir de forma muy cerebral, estando pendiente de cada frase que escribes para ceñirte a las expresiones que te toca usar, y eso puede resultar anticreativo. Si esto te preocupa, tienes la opción de aplicar este truco a posteriori, adaptando las expresiones cuando ya hayas terminado tu borrador. Eso sí, te llevará bastante tiempo.
Esta herramienta es un poco más orgánica y también suele funcionar bien. Consiste en asignarle una longitud de frases a cada personaje: si tienes una voz que se mueve con frases muy largas y llenas de conectores, y otra mucho más concisa y directa, ya tienes un elemento diferenciador que no suele quedar muy forzado y al que te puedes acostumbrar con cierta facilidad a la hora de escribir. Si, además de esto, consigues asignar un ritmo de narración a cada voz (con ritmo nos referimos a la cadencia de las frases), el resultado puede ser muy bueno.
Los consejos anteriores son prácticos, pero lo que mejor funciona a la hora de crear diferentes voces y moverte por la historia con ellas es sentir que estás dentro de la mente de cada personaje. Es decir, de algún modo, ser cada personaje. Esto implica situarte en identidades muy diferentes y hacerlas tuyas, como si fueras un actor o una actriz de método. Este consejo va de la mano con el primero de todos, el de conocer al personaje, pero llega un paso más allá: una vez entiendes a tus personajes, te toca ser ellos durante un rato y dejar que hablen a través de ti. Es como disociar (por extraño que suene), pero desde un punto de vista creativo.
Para terminar este breve manual de uso, hay un aspecto más que conviene tener en cuenta: en las novelas de narrador coral, es muy frecuente titular cada capítulo con el nombre del personaje que le dará voz (o con un símbolo, palabra o código propio que lo identifique). Sin embargo, un criterio muy útil para saber si has utilizado el narrador coral de forma eficiente es que tu historia no debería necesitar estos distintivos para que los lectores sepan quién está narrando en cada momento. Ojo, esto no quiere decir que no puedas incluirlos. Hay muchos motivos, tanto desde el punto de vista literario como editorial, para diferenciar los capítulos de este modo, y no todos tienen que ver con la necesidad. Sin embargo, es una forma muy eficaz de poner a prueba tu manuscrito y ver si finalmente has superado con éxito la odisea del temible narrador coral.
Y, ante todo, recuerda que lo importante no es lo que está de moda o lo que parece más meritorio. Ni siquiera lo que dicen los manuales o los artículos como este. Lo importante es lo que necesita tu historia. Ni más, ni menos. Así que antes de hacer nada, pregúntate: ¿necesita mi historia un narrador coral?
Lara es la coordinadora del Departamento de Atención al Alumno. Forma parte del equipo de Escuela de Escritores desde 2017, donde se ha formado en cursos de Escritura Creativa, Relato Breve y Proyectos Narrativos. Desde 2021 imparte clases de Escritura Creativa para jóvenes y adultos. Estudió Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid.
Más informaciónCoordina el Itinerario Centauros más allá de Orión de literatura fantástica, ciencia ficción y terror, en el que imparte clases desde hace casi diez años. Ha publicado las novelas fantásticas El final del duelo, Vendrán del este (ambas con Orciny Press) y Cástor y Pólux (con Ediciones el Transbordador). En enero de 2024 la novela de terror La hora de las moscas con Plaza & Janés. Además ha participado en varios manuales de escritura de Páginas de Espuma y en varias antologías de relato fantástico.
Más informaciónCoordina el departamento de Literatura Infantil y Juvenil de la Escuela de Escritores. Ha publicado más de una docena de libros para infancia y adolescencia, entre los que destacan El cofre de Nadie, premio Gran Angular 2021, Recuérdame por qué he muerto, premio Torre del Agua 2023 o Un hada con el ala rota. También ha publicado, con la editorial Páginas de Espuma y Escuela de Escritores el manual Escribir Infantil y Juvenil.
Más informaciónRedactor de nuestro canal de Twitter. Es Licenciado en Filología Hispánica y diplomado en Guion por la ECAM. En los últimos años ha desarrollado su actividad como escritor en redes sociales, donde acumula decenas de miles de seguidores. Cada viernes, los relatos que publica en su perfil personal se convierten en historias virales en Twitter. Entre 2012 y 2022 ha sido profesor de español y Escritura Creativa en la ciudad de Berlín.
Más informaciónNació en Brasil en 1981, y reside en Madrid. Es diplomada en Guion por la ECAM y forma parte de Escuela de Escritores, donde imparte clases desde 2004. Su libro de relatos, El cuerpo secreto, fue publicado en Páginas de Espuma en 2015. Como escritora forma parte del proyecto CELA (2017-2019) y de la lista Bogotá 39 seleccionada por el Hay Festival (Bogotá39-2017).
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