De ciencias y de letras

Todas las entradas de: Blog de escritura

Escrito por: MARIANA TORRES

Siempre me han gustado los retos. Todo aquello que me resultaba difícil de conseguir, me atraía mucho más que lo que parecía sencillo o se me daba bien. Así que, de niña o, más bien, de adolescente, cuando tuve que elegir si quería seguir un itinerario de Ciencias o de Letras tomé el camino de las ciencias por tres razones que ahora confesaré aunque me avergüence (porque, como dice Ángel Zapata, las mejores historias son las que nos dan un poco de vergüenza): es el camino de los más inteligentes, es el camino que tiene salidas laborales y es el camino que me va a resultar más difícil. Años después sé que la única razón cierta es la última.

Publicaciones Blog Escuela de Escritores 'De ciencias y de letras', por Mariana Torres -IMG915

Y, aunque me apasionaba la Historia, la Literatura y la Filosofía, eran materias que, me dije a mí misma en un exceso de autoestima, ya las aprenderé por mi cuenta. Si bien logré colarme en una carrera de Ciencias (Químicas, en concreto, aunque yo quería hacer Biológicas) después del examen de ingreso a la universidad, lo hice por mi buenísima nota en comentario de texto, no por mi cero redondo en Físicas ni por mi apurada puntuación de Matemáticas. Y, aunque disfruté de mis años de estudiante universitaria, no tuve la paciencia necesaria para terminar las diferentes carreras de Ciencias que empecé y vivía en la incomodidad permanente de haber elegido mal mi camino. Pero, ¿cuál hubiera sido mi camino? Yo quería escribir, eso estaba clarísimo, y además me interesaban las Ciencias Naturales porque soy medio planta, medio animal salvaje y vivía con los pies en el barro así que todo lo que pudiera aprender de insectos, plantas tropicales y vientos alisios era apasionante para mí. Pero yo, realmente, quería escribir. Y no existía una carrera superior que me enfocara en la escritura desde el punto de vista práctico, mi Mariana de entonces no quería saber nada de teoría o análisis. Tampoco quería acercarme a la Filología en ninguna de sus variantes porque mis experiencias con la Lingüística eran aún peores que con las Matemáticas. Yo quería contar historias de ficción. Y vivir de ello. En aquel entonces no lo elaboré así en mi cabeza porque era imposible que esas dos frases fueran juntas en la misma oración, ¿vivir de escribir, quién hace eso? 

Por suerte para mí ya existía Internet y los precarios buscadores de entonces lograban conducirte hasta la información que necesitabas. Fue cuando descubrí los talleres de escritura donde se impartían semanalmente clases prácticas para aprender a escribir. Fue cuando descubrí que existían los concursos literarios y que podías ganar dinero si escribías un cuento lo bastante bueno. Y fue cuando descubrí que en otros países, en especial en Inglaterra y Estados Unidos, existían las carreras universitarias para formar escritores, y que no eran carreras experimentales, eran carreras serias y con trayectoria. Así que empecé a compaginar mis estudios en Ciencias con las clases del taller de escritura y los refuerzos en inglés para, algún día, poder estudiar lo que realmente quería estudiar. 

¿Qué encontré en el taller de escritura que me atrapó como no me había atrapado la universidad? Encontré personas con entusiasmo real, allí dentro todo era entusiasmo, la pasión que no había visto en mis intentos de carreras científicas: encontré entusiasmo en mis compañeros, en mis profesores. Encontré maestros muy diferentes que me descubrían autores, libros y géneros que yo ni había leído ni, por aquel entonces, entendía bien. Y confirmé lo que siempre había pensado: que todas esas personas no solo sabían de Literatura, sabían de muchísimas materias más; allí había científicos, filósofos, psicólogos, arquitectos, boticarios, sociólogos, matemáticos e incluso físicos. Y todos ellos escribían o enseñaban a escribir. Porque todos se habían construido a sí mismos en un camino similar al mío, estudiando una carrera que les gustaba más o menos para intentar trabajar en algo que les gustaba más o menos para intentar sacar, desde ese marco, tiempo para escribir y para leer. Para hacer eso que les salvaba la vida. 

Es decir, que la escritura y la lectura para muchos de nosotros era algo que se hacía desde los márgenes, que se podía hacer, sí, pero después de todo-lo-demás. En ningún caso pudimos dedicarnos solamente a escribir y leer, enfocar el entusiasmo tan grande que tiene uno a los veinte años a esos intereses porque no había un lugar, en este país, entonces, donde eso pudiera hacerse así. Un lugar donde dedicarse plenamente a escribir fuera algo digno, algo que ya no solo pudiera tener salidas laborales, sino que, por lo menos, tuviera sentido. Que no fuera una locura, vaya. Porque siempre ha sido una locura dedicarse al teatro, al cine, a la música. Pero, todavía más, pensadlo bien, dedicarse a la escritura. ¿Qué le dirías a tu hijo que quiere ser poeta? ¿A tu hija que quiere ser escritora? ¿Qué nos decían a nosotros entonces? 

Y eso que, por mi parte, encontré los talleres muy a tiempo, yo era muy joven para entonces. Muchos de mis compañeros tenían más de treinta y cuarenta años, tenían hijos, tenían una vida más que consolidada ya. 

Pero como la vida es así de compleja, no me dediqué solamente a escribir y a leer. Porque, como ya he contado, siempre me han gustado los retos. Y para qué hacer algo que ya estuviera inventado, para que dedicarse a algo a lo que se dedica-todo-el-mundo. Además de escribir por tiempos, me dediqué a enseñar a otros a escribir, puse todo mi esfuerzo y mi energía, junto con los de mis socios y compañeros profesores, en convertir la Escuela de Escritores en lo que es hoy día, con sus tres líneas consolidadas de másteres y su colección de manuales de escritura. 

Hemos recorrido juntos y en este esfuerzo un camino muy largo. Y, si ahora mismo, hay jóvenes que logran dedicar su vida a escribir, fue por todo el trabajo y el empeño que pusimos muchos, no solo nosotros aquí en la Escuela de Escritores, también por el buen hacer de Enrique Páez en el Taller de Escritura de Madrid del que venimos, y las vivas, potentes y buenísimas clases que pueden encontrarse ahora mismo en los Talleres de Escritura Creativa Clara Obligado o los Talleres de Escritura Creativa Fuentetaja.

Hace unos pocos días, ni un mes llegará, se aprobó en el Congreso de los Diputados la nueva ley de enseñanzas artísticas superiores. Una ley basada en el decreto real de una tal María Cristina que, en aquel entonces, evidentemente, no sabía que el audiovisual podría ser una enseñanza artística porque el cine no existía; pero que tuvo el pequeño despiste de olvidar la escritura. Gracias a este cambio en la ley las instituciones privadas como nosotros, y también las universidades públicas pueden, por fin, organizar una carrera universitaria para escritores. Exactamente igual que llevan haciendo en Inglaterra y Estados Unidos tantos años. 

Y aunque no cambiará las cosas inmediatamente, sí esperamos que las cambie en el futuro próximo, y que si nuestros hijos quieren ser poetas y nuestras hijas escritoras, tengan un grado que puedan estudiar y dedicar el entusiasmo de sus veinte años ahí, donde el reto más grande sea aprender a escribir muy bien, no pelearse con la vida para sacar huecos y excusas para, en las rendijas de tiempo que sobreviven, escribir un libro.

Acerca de los autores

Mariana Torres, profesora del Máster de Narrativa en Escuela de Escritores - IMG570 - fotografía de Gaby Jongenelen

Mariana Torres

Nació en Brasil en 1981, y reside en Madrid. Es diplomada en Guion por la ECAM y forma parte de Escuela de Escritores, donde imparte clases desde 2004. Su libro de relatos, El cuerpo secreto, fue publicado en Páginas de Espuma en 2015. Como escritora forma parte del proyecto CELA (2017-2019) y de la lista Bogotá 39 seleccionada por el Hay Festival (Bogotá39-2017).

Más información
Chiki Fabregat, fotografía de Isabel Wagemann- IMG2-675

Chiki Fabregat

Coordina el departamento de Literatura Infantil y Juvenil de la Escuela de Escritores. Ha publicado más de una docena de libros para infancia y adolescencia, entre los que destacan El cofre de Nadie, premio Gran Angular 2021, Recuérdame por qué he muerto, premio Torre del Agua 2023 o Un hada con el ala rota. También ha publicado, con la editorial Páginas de Espuma y Escuela de Escritores el manual Escribir Infantil y Juvenil.

Más información
Lucía Emmanuel, profesora de Escuela de Escritores - IMG300 - fotografía de Ático 26

Lucía Emmanuel

Licenciada en Física y Máster en Cultura Científica e Innovación. Forma parte del equipo de Escuela de Escritores en el área de Informática. Imparte un Laboratorio de metáforas y fue alumna de la IX Promoción del Máster de Narrativa de Escuela de Escritores. En 2019 participó en el curso europeo de formación de profesorado de la EACWP. En 2021 publicó su primer poemario, Muro con buganvilla, con la editorial Amargord, reeditado en 2024 por Buenos Aires Poetry.

Más información
Alejandro Marcos, fotografía de Isabel Wagemann- IMG2-675

Alejandro Marcos

Coordina el Itinerario Centauros más allá de Orión de literatura fantástica, ciencia ficción y terror, en el que imparte clases desde hace casi diez años. Ha publicado las novelas fantásticas El final del duelo, Vendrán del este (ambas con Orciny Press) y Cástor y Pólux (con Ediciones el Transbordador). En enero de 2024 la novela de terror La hora de las moscas con Plaza & Janés. Además ha participado en varios manuales de escritura de Páginas de Espuma y en varias antologías de relato fantástico.

Más información
Lara Coto, profesora de Escritura Creativa para Adolescentes en Escuela de Escritores - IMG570 - fotografía de Ático26

Lara Coto

Lara es la coordinadora del Departamento de Atención al Alumno. Forma parte del equipo de Escuela de Escritores desde 2017, donde se ha formado en cursos de Escritura Creativa, Relato Breve y Proyectos Narrativos. Desde 2021 imparte clases de Escritura Creativa para jóvenes y adultos. Estudió Periodismo en la Universidad Complutense de Madrid.

Más información

Más información

Error: Formulario de contacto no encontrado.

Más información curso

    Compartir en