Los dos niveles del terror

Todas las entradas de: Blog de escritura

Escrito por: ALEJANDRO MARCOS

Como ya sabéis, para cada proyecto que comienzo, siempre me gusta salir un poco de mi zona de confort y probar cosas nuevas que no haya hecho antes como escritor. En este caso, con el proyecto que me traigo entre manos, no solo he probado una estructura extraña, sino que además me estoy atreviendo con el terror. A la espera del resultado, voy a contaros esta semana un concepto con el que me he topado durante la documentación de la escritura de la novela.

Evidentemente, como el terror es un género al que me he acercado pocas veces como escritor, he tenido que cubrir toda esa falta y esa ignorancia a base de ensayo/error y de lecturas. El primer libro al que me acerqué en busca de conocimiento fue Danza macabra de Stephen King. El libro, para aquellos que no lo conozcan, es un ensayo bastante largo sobre el género de terror en literatura, cine y televisión que se produjo entre los años 50 y 80. Es un ensayo antiguo, pero que no ha llegado a España hasta el 2006 de la mano de la editorial Valdemar. Una edición, dicho sea de paso, que es preciosa y muy cuidada. La traducción fue realizada por Óscar Palmer Yáñez.

 

Yo conocí este libro gracias a mi compañera Inés Arias de Reyna, que me lo recomendó porque le había ayudado en la realización del temario del itinerario de Literatura fantástica, ciencia ficción y terror que da nombre a este blog. Y la verdad es que el libro me gustó mucho. Salpica el recorrido histórico de libros, películas y series con anécdotas reales de la propia escritura de Stephen King, del que siempre se pueden aprender cosas, y de consejos o conclusiones a las que ha llegado el propio autor de la escritura y observación del género a lo largo de su carrera. Esas perlas parecen las semillas de su posterior libro Mientras escribo, que también recomiendo y que no está enfocado al terror, sino a la escritura en general.

Uno de los primeros conceptos con los que te asalta el libro es el de los dos niveles del terror. Concepto que yo conocía intuitivamente, pero que nunca había verbalizado. Os dejo aquí el fragmento de la obra en la que el autor lo explica:

«Si hay alguna verdad o mérito en la danza macabra, es sencillamente que las novelas, películas, series televisivas o radiofónicas, e incluso los tebeos que tratan el horror, siempre funcionan a dos niveles.

Por encima está el nivel de la repugnancia: cuando Regan vomita en la cara del sacerdote o se masturba con un crucifijo en El Exorcista (The Exorcist, William Friedkin, 1973), o cuando el monstruo terriblemente orgánico de burda apariencia que aparece en Profecía maldita (Prophecy, John Frankenheimer, 1979) muerde la cabeza del piloto del helicóptero como si fuera un chupa-chups. La repugnancia puede alcanzarse mediante grados variables de pericia artística, pero siempre está presente.

Sin embargo, a otro nivel más poderoso, el trabajo de horror es realmente como una danza: una búsqueda rítmica y sinuosa. Y lo que busca es ese lugar en el que usted, el espectador o lector, vive a su nivel más primitivo. La obra de horror no está interesada en el amueblamiento civilizado de nuestras vidas. Una obra así atraviesa bailando estas habitaciones que hemos amueblado pieza tras pieza, cada una de ellas expresando (¡o eso esperamos!) nuestro carácter socialmente aceptable y agradablemente ilustrado. Muy al contrario, busca otro lugar, un cuarto que en ocasiones quizá se parezca a la cámara secreta de un caballero victoriano, en otras a una cámara de tortura de la Inquisición española, pero quizá con más frecuencia y eficacia al sencillo y brutalmente árido agujero de un morador de las cavernas en la Edad de Piedra.»

¿Qué quiere decir Stephen King con estos párrafos? Algo muy sencillo, que el terror (u horror como lo llama él) no se trata única y exclusivamente del rechazo sensorial que provoca, es decir, no se queda solo en las imágenes desagradables, sino que va más allá, que trata de provocar otra incomodidad más profunda en nosotros. A través de ese rechazo físico a lo que sucede en el relato de terror, el autor está tratando de activar algunos resortes internos que no responden tanto a un mecanismo sensorial, como a algo psicológico. Esto es importante porque es lo que puede distinguir al puro relato gore o desagradable del verdadero género de terror. El terror va a trabajar en la superficie y en la profundidad, como cualquier relato que no sea de género. Exactamente lo mismo que pasa en la literatura sobrenatural o en la ciencia ficción con los elementos imposibles, que, como ya sabéis, no deberían ser simplemente una exhibición de la imaginación del autor.

Esta distinción entre los dos niveles del relato de terror también responde a una distinción que se establece en función del origen del efecto que provoque el elemento provocador del terror (que puede ser elemento imposible o no serlo). Esta distinción habla de terror intelectual y terror físico. El segundo sería simplemente el rechazo que nos provoca ver algo desagradable porque imaginamos el peligro que puede suponer eso para nuestro cuerpo. Sin embargo, en el primero de lo que hablamos es de un terror en el que quizás nuestro cuerpo no esté padeciendo ningún peligro. Este segundo tipo de terror es típico del fantastique. El terror, según Stephen King aunaría esos dos niveles y los juntaría.

Esto es algo muy interesante para todo aquel que quiera escribir terror porque del uso de uno u otro nivel dependerá en gran medida el efecto que provoquemos en el lector y el género en el que se encuadrará nuestra obra. También es importante conocer estos dos niveles para ver cómo interactúan entre ellos dentro de nuestros escritos; siempre será recomendable que el superficial, remita en cierta medida al segundo, al profundo, porque será el que provoque ese terror contenido e inexplicable que nos provocan las buenas historias de terror cuando hemos cerrado el libro.

Si os interesa el género, os dejo aquí un artículo en el que hablaba de la principal diferencia entre el cine y la literatura a la hora de «asustar» en el terror. Espero que este apunte os sea útil para vuestra escritura. Sin duda, en el futuro regresaré sobre este libro para extraer pequeños apuntes que puedan resultar de interés.

Acerca del autor

Alejandro Marcos, fotografía de Isabel Wagemann- IMG675

Alejandro Marcos

Coordina los departamentos de Formación, Calidad y Relaciones Internacionales. Además, junto a Chiki Fabregat, se encarga de la Capacitación Docente en Escritura Creartiva. Imparte cursos de escritura desde 2012, es profesor, junto a Javier Sagarna, de la asignatura de Proyectos del Máster de Narrativa. Escribe acerca de narrativa en el blog de la Escuela y codirige, con Lara Coto, nuestro podcast. Desde 2019 trabaja como Project Manager en el proyecto CELA.

Más información

Error: Formulario de contacto no encontrado.

Más información curso

    Compartir en