para DECOES-EUROPE, subvencionado por Erasmus +
desarrollo de competencias de escritura para adultos en una Europa global
desde: York, Inglaterra, del 10 al 12 de noviembre
La maleta roja
16 de noviembre, 2017
Hace unos meses me propusieron asistir a la conferencia anual de la Asociación Nacional profesionales de la Enseñanza de Escritura Creativa de Inglaterra (NAWE) y yo, que a veces me dejo llevar por los impulsos, dije que sí. El inglés es mi gran asignatura pendiente, así que llegó el 10 de noviembre y mi maleta roja y yo nos plantamos en el aeropuerto maldiciendo el momento en el que habíamos aceptado la invitación. A ella, a mi maleta, la llevaron de un lado para otro, la registraron, le dijeron que no cabía en su sitio… Y las dos nos hicimos pequeñitas pensando que nos habíamos equivocado de lugar. Corrimos por el aeropuerto de Heathrow, corrimos por el metro de Londres y atravesamos, también a la carrera, la estación de King Cross sin poder siquiera fotografiarnos en el andén 9 3/4. Incluso dejamos un café pagado en un puesto de la calle porque el tren hacia York estaba a punto de salir y no podíamos esperar hasta que la máquina escupiera el dichoso capuccino.
Pero toda esa prisa, todos los nervios, todo el miedo se quedó en algún lugar fuera de la muralla de York. Porque, si una ciudad te recibe con rincones medievales como de cuento de hadas escondidos al borde del río, es imposible sentirse mal.
Que no encontrasen mi reserva porque estaba a nombre de Chiki y el pasaporte dice que me llamo Esperanza o que mi habitación tuviera un neón verde rodeando el cabecero de la cama solo eran anécdotas que perdieron toda su importancia cuando entré en un aula en la que una docena de personas esperaban que les contase por qué creo que, para aprender, para enseñar, hay que dejar que el niño que hemos sido juegue.

En un maratón de tres días asistí un taller maravilloso sobre herramientas de enseñanza; a otro sobre traducciones de poemas en Urdu, Panjabi y Persa; a una reflexión interesantísima sobre las minorías poco representadas en los protagonistas de la literatura juvenil e incluso me atreví a formar parte de una mesa de debate sobre las medidas que se pueden tomar para mejorar la enseñanza de la escritura en las escuelas. Y ni una sola vez, ni una sola, sentí que nadie me mirase mal por no hablar su lengua con la corrección debida, al contrario.


Este fin de semana he entendido que los que nos dedicamos a la palabra, los que vivimos por y para ella, no podemos escudarnos en el ombliguismo absurdo de una lengua ni en el complejo de inferioridad que supone vivir, escribir y enseñar en un país pequeñito. Y, ya puestos, no podemos esconder nuestros miedos atribuyéndoselos a otro. A una maleta roja, sin ir más lejos.

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Este proyecto es posible gracias al Servicio Español para la Internacionalización de la Educación. Queremos agradecer al SEPIE la gran oportunidad que nos brinda de cara a la formación de nuestros profesionales en diferentes países europeos. También agradecemos a la EACWP la gran oportunidad que nos brinda de cara al intercambio con otras escuelas europeas.
