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Escrito por: ROSA JIMÉNEZ
En mi día a día me encuentro cada vez más con correos acelerados en los que las frases parecen exabruptos en lugar de construcciones ordenadas de palabras. Quizá nuestro ritmo de vida, frenético, tremendamente apresurado, esté haciendo que nos olvidemos de las pausas necesarias en la lectura de nuestros mensajes. Y aquí es donde entra en acción la coma.
Como las reglas de su uso son numerosas, vamos a ver los errores más comunes que se cometen en la comunicación por e-mail.
La coma vocativa
Empecemos por la coma vocativa o, como suelo llamarla, esa gran olvidada. El vocativo implica una llamada explícita a nuestro interlocutor. Dicho llanamente, es como si le tuviéramos delante y le diéramos un toque en el hombro para llamar su atención.
Todos estamos familiarizados con el encabezado en los correos electrónicos del tipo “Hola Antonio”. La opción correcta es “Hola, Antonio” porque estamos refiriéndonos directamente a él, estamos apelándole. También hemos visto en los titulares de periódicos deportivos frases erróneas del estilo “Enhorabuena Real Madrid” cuando lo correcto sería “Enhorabuena, Real Madrid”. Muy distinto sería si dijéramos “Enhorabuena al Real Madrid”. En este caso, la comunicación no apela directamente al equipo, sino que se realiza de una forma indirecta.
Este error es tan común que alguien una vez me confesó que le daba vergüenza incluir la coma vocativa porque nadie más lo hacía. No quería ser el listillo de la oficina. Recuperémosla. Hagamos de la coma vocativa la norma y no la excepción.
Los incisos
Siempre que queramos añadir una aclaración, una frase explicativa o cualquier otro elemento que pueda incluirse dentro de la categoría de incisos, debe hacerse entre comas. Pongamos un ejemplo: “El proyecto, con el que llevamos tres años, va a implementarse finalmente”.
Si el inciso, como sucede en el ejemplo anterior, se produce en mitad del texto nunca debemos olvidarnos de la segunda coma. En esos casos, la coma jamás debe quedar huérfana a la espera de una compañera que no llega. Así, sería incorrecto “el proyecto, con el que llevamos tres años va a implementarse finalmente”.
Si el inciso se incluye al comienzo de la frase, con una coma será suficiente.
Detrás de palabras de uso frecuente en los correos corporativos
Hay conectores que utilizamos continuamente en nuestra comunicación corporativa. Son palabras o conjuntos de palabras que nos sirven para unir frases, pensamientos o reflexiones. Sin ellos, las oraciones quedarían “colgando” en el texto. Los más comunes son “es decir, por otra parte, en primer lugar”. Y siempre, sin excepción, van seguidos de coma.
En la omisión del verbo
Cuando en la comunicación omitimos un verbo para evitar repetirlo, hay que introducir una coma. Por ejemplo “encárgate tú de tomar acta de la reunión; yo, de la siguiente”.
La coma asesina
Se le llama coma asesina o criminal —así, con ese nombre de película de terror— a aquella que se introduce entre el sujeto y el verbo. Hay que tener un cuidado especial con ella porque suele confundirse con la coma utilizada en los incisos. Es asesina porque separa el sujeto de su acción. Lo decapita, dejándolo separado de ella. Pongamos un ejemplo: “después de la reunión, el director de ventas, hará un resumen de la estrategia comercial a seguir”. Lo correcto en este caso sería “después de la reunión, el director de ventas hará un resumen de la estrategia comercial a seguir.
El uso adecuado de la coma y la introducción de pausas que dividan correctamente las frases no solo nos permiten a nosotros clarificar nuestras ideas, crear un orden en nuestra intención comunicativa, sino que también impiden que en la comunicación exista ruido, fallos que interfieren en la lectura e interpretación de nuestro mensaje.
A veces el éxito de un mensaje depende tan sólo de la inclusión o no de una coma. Un símbolo tan pequeño, tan aparentemente insignificante y con un poder asombroso. Utilicémoslo y quizá así podamos también pausar un poco nuestras vidas.
Rosa Jiménez es licenciada en Comunicación Audiovisual y graduada en Psicología. Realizó su doctorado en Comunicación y tiene un máster en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada. Es profesora en la U-tad, (Narrativa Audiovisual, Composición Visual, Guion y Fotografía). Trabaja con el área de Empresas de Escuela de Escritores en proyectos de redacción de textos e impartiendo formaciones sobre Redacción y Escritura Creativa para Equipos. También trabaja como guionista de videojuegos y ha sido correctora para la editorial Planeta. En 2024 publica El limo en la editorial Tusquets.
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