Mi vida ha estado llena de un sinfín de recovecos y bandazos hasta que comencé a escribir. Licenciada en Sociología por la UCM, he trabajado como técnica de recursos humanos e investigación de mercados. También como profesora de yoga, guía en la Estatua de la Libertad, recolectora de manzanas y como especialista en tueste y preparación de café. En la actualidad trato de no perder la costumbre de escribir.

He pasado por cursos de escritura creativa en Hotel Kafka y Escuela de Escritores, y en esta última he cursado el Máster de Narrativa. Montefeliz, una colección de diez relatos, es mi proyecto de fin de máster.

Formé parte de XI Promoción (2019-2021) del Máster de Narrativa.

¿Cómo ha cambiado tu visión de la creación literaria después de haber cursado el máster?

Bueno, siempre pensé que escribir era difícil, después del máster lo pienso aun más.

¿Crees que se puede enseñar el oficio de escritor?

Creo que, si tienes algo dentro, te pueden enseñar a contarlo y transmitirlo. Aunque también creo que la mayoría de nosotros no tenemos gran cosa dentro más allá de restos de comida indigerible y cosas nunca dichas.

¿Qué es lo que más te gusta del Máster, y de la forma de trabajar de la Escuela?

Que es un entorno seguro, donde sabes que puedes compartir algo tan íntimo como la escritura y recibir observaciones y críticas desde el respeto.

¿Qué ha significado para ti el grupo de compañeros que has conocido en el máster, sigues teniendo relación con ellos?

Sueño con que podamos hacer un viaje juntos a algún lugar caribeño y pasarnos el día bajo un cocotero sin escribir una sola palabra.

Resume en tres palabras tu paso por el Máster.

Muerte al diminutivo.

¿Recomendarías el Máster?

Sí, lo recomendaría a quienes ya hayan hecho algún curso de escritura y quieran ir más allá. El máster es exigente y hay que dedicarle tiempo, pero es una experiencia genial, suena a tópico y como escritora debería evitar decirlo, pero el máster te cambia la vida.