Las 3 ‘ces’: claridad, concisión y corrección para una narrativa eficaz

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Escrito por: BEGOÑA OLABARRIETA

Que estamos asistiendo a un auténtico seísmo comunicativo no es una novedad. Las Redes Sociales han removido todos los cimientos de la comunicación clásica para adentrarnos en un bombardeo de mensajes que van desde los post más crípticos, hasta las letras de canciones que  generan auténticas oleadas de opinión en millones de seguidores.

Pero, si lo pensamos desde el punto de vista nuestra comunicación empresarial, corremos el riesgo de dejarnos caer en ese «todo vale». Es cierto que, durante años, lo que hemos emitido desde las empresas han sido mensajes muy institucionales, demasiado encorsetados y con poca empatía, vamos a llamarlo así, con nuestros clientes.

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Hoy los públicos a los que queremos llegar demandan lo que denominamos, en transformación narrativa, las tres ‘ces’: claridad, concisión y corrección.

Claridad entendida como mensaje bien definido, descriptivo y sin ambigüedades. Si el concepto que queremos transmitir está claro será fácil llegar, por lo que es imprescindible un trabajo previo de conceptualización y argumentación, definiendo las claves para que aquello que queremos ‘vender’ llegue. Por el contrario, si no hemos hecho el ejercicio de saber qué es lo que estamos haciendo público y por qué (por falta de información, por ejemplo) podemos sucumbir en el intento.

Trabajar previamente con todos los departamentos de nuestra empresa protagonistas de un lanzamiento de producto, pongamos el caso, va a ser fundamental para tener la foto fija veraz de lo que estamos haciendo. En definitiva, comunicar es parte de todos en un engranaje empresarial y la transformación hacia una comunicación eficaz es algo que toda la compañía debe asumir en su ADN.

Concisión es economizar para ser más certeros. Escribir menos, enfocados en el objetivo, es más. A todos nos gusta lucirnos ante un papel en blanco, pero caer en la tentación de la ‘literatura empresarial’ puede llevarnos a la dispersión. En nuestra transformación narrativa debemos, sin duda, cultivar el arte de la escritura, pero sin ser ‘literatos’ y menos pensar que por adornar una frase con múltiples adjetivos vamos a dar un mejor mensaje.

Además, si volvemos a la idea de que las formas de comunicar han cambiado y que 140 caracteres pueden ser la frontera para captar a nuevos públicos interesantes para nosotros y nuestro producto, ser más concisos es ya imprescindible.

La última de las ces es la corrección. Es verdad que parece que en el mundo Social Media todo vale, pero como empresas no debemos jugar en esa liga. La reputación empresarial, si lo pensamos como comunicadores, debe ser impoluta también en esta área y eso es escribir con una corrección gramatical que tienda hacia la calidad, sin cometer errores como separar el sujeto del verbo con una coma o insistir en la repetición de palabras y la falta de concordancia, por mencionar algunos de los ejemplos más comunes.

Simplemente, se trata de ser directos, impactantes y correctos, porque como empresa debemos adaptarnos a los nuevos tiempos sin perder ni un ápice de legitimidad. ¿Transformarnos? Sí, pero con calidad.

Acerca de la autora

Begoña Olabarrieta es Máster en periodismo por El País Semanal – Universidad Autónoma de Madrid, Licenciada en Antropología Americana por la Universidad Complutense de Madrid. Es profesora de Escuela de Escritores y formadora en Comunicación y Marketing desde el año 2000 en organismos como Universidad de Málaga, Comunidad de Madrid, Facultad de Periodismo de Universidad de Navarra, FUNDESCO y III Seminario de Inmigración y Medios de Comunicación (UCA). Lleva más de 20 años trabajando como responsable de Comunicación y Prensa en múltiples organizaciones.

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