Escrito por: BRUNO GALINDO

Detrás de un buen podcast suele haber un buen equipo. Y si no lo hay, existe al menos una persona que sabe todo lo que hay que hacer. ¿Y qué hay que hacer? Obviamente dependerá del tipo de podcast del que hablemos: no será lo mismo un conversacional —cuatro críticos de cine hablando de las últimas películas de la temporada— que una narrativa de ficción (un cuento de Navidad con una docena de actores), un reportaje periodístico sobre un crimen olvidado que una serie dedicada al mindfulness.

Todos esos formatos —ya estén concebidos en un dormitorio o en una gran empresa, ya sean piezas únicas o serializados— tienen sus especificidades, pero también requieren una serie de destrezas comunes. Te hablaré aquí de estas últimas.

Se trata de comunicar

Producir un podcast —como grabar un programa de radio, redactar un artículo de prensa o escribir un libro— es, en primer lugar, un ejercicio de comunicación. Como tal —y teniendo en cuenta que cada día salen al aire cerca de 17.000 podcasts en todo el mundo—, requiere de tu intención de contar algo a un público. Sé consciente de ello. Esto puede sonar obvio, pero te lo diré: si eres podcaster, eres un(a) comunicador(a).

Prepara bien tu podcast

Si vas a escribir el guion, doy por hecho que lo sabrás todo sobre el tema. Si vas a hablar tú, te pediré que inviertas en un micrófono decente, una buena tarjeta de sonido y unos cascos con los que te escuches a gusto. Si vas a ocuparte de la grabación, contaré con que sabes usar Garage Band, Audacity, Zencastr o cualquier otro software idóneo (son todos bien sencillos). Si vas a hacer tú la edición, ¿qué tal te llevas con Ableton o Protools? Si estas cosas te echan para atrás siempre puedes recurrir a un amigo técnico de sonido, incluso a un estudio profesional.

La clave: el diseño sonoro

Lo que no puedes delegar es el diseño sonoro. Te preguntaré algo importante: ¿tienes claro cómo va a sonar tu podcast? Entiendo que girará en torno a la voz; quizá haya más de una. Pero, ¿tendrá también música? En tal caso debes saber que tus canciones favoritas están protegidas por derechos de autor y que algunas de las plataformas te exigirán que utilices música libre. ¿Utilizarás una sintonía? ¿Cortinillas, a modo de separadores? ¿Efectos de sonido? Internet está lleno de bots que detectan el uso indebido de tracks sonoros, pero también de sonidos de uso libre. Como ves, sería una maravilla que además de podcaster fueras músico(a) para así generar tus propias músicas, ambientes y sonidos. Si hablamos de un podcast de empresa o corporativo, es posible que hayáis recurrido a un banco de sonidos con anterioridad.

Subir tu podcast…

Si grabas tu podcast es para que alguien lo escuche. Para ello puedes —en función de tu estrategia— dirigirte a plataformas como Podimo, Audible, Amazon, Podium Podcast (normalmente harás esto antes de grabar; puede que ellos mismos se conviertan en tus productores si les interesa tu producto). También puedes subir tú mismo tu podcast a Spotify, Ivoox, Soundcloud u otras plataformas a través de un perfil personal. …y difundirlo

Eso permitirá que tu podcast sea escuchado, pero eso es una cosa y otra distinta es su difusión. Tanto si estamos hablando de un podcast de empresa como de un producto más personal, aquí entran en juego las redes sociales: te interesa utilizar tu cuenta —o incluso abrir una solo para el podcast— en Instagram, X y/o TikTok. Si cuentas con los datos personales de tu público (y con su interés por saber de ti), una newsletter es algo a tener en cuenta. La frecuencia con que difundes información sobre el podcast estará relacionada con su frecuencia de publicación: ¿es semanal? ¿quincenal? ¿mensual?

El elemento visual

Podría darse el caso de que tu fotogenia (o la de tus invitados) hicieran interesante que no solo se os escuchara sino que se os viera. En ese caso estaríamos hablando de un videopodcast, formato que va un poco más allá y obliga a pensar más y mejor en la estrategia de redes y plataformas (Youtube, Twitch). Si confías mucho en tu audiencia y en la popularidad de tus invitados, podrías incluso convertir la grabación en un espectáculo con público. Como ves, las posibilidades son muy variadas, ¡ánimo!