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Escrito por: MARÍA VILLARAVIZ
Una de las claves de la comunicación es transmitir seguridad y firmeza para mejorar el impacto e influencia que tenemos en los demás. Para empezar, es importante diferenciar entre comunicación firme y comunicación rígida, que pueden parecer similares, pero tienen características marcadamente diferentes. Hay personas que tienden a confundir la rigidez con la seguridad, por eso es tan importante conocer las diferencias.
La comunicación rígida se caracteriza por ser inflexible, cuando nos comunicamos desde aquí mostramos dogmatismo y nos cuesta abrirnos a otros puntos de vista, nuestro esfuerzo reside en convencer, no en entender a la otra parte, incluso ante la imposibilidad convencer al otro. Las personas rígidas muestran mayor hostilidad o agresividad en su manera de comunicarse. Por otro lado, es una comunicación poco adaptable, es el interlocutor el que tiene que adaptarse a nuestra manera de comunicarnos, por lo que desde la rigidez hay poca facilidad para cambiar de estilo. Suele ser un estilo controlador, no dejamos intervenir a los demás para evitar sorpresas, se entiende que si nos cuestionan nos están poniendo en ridículo o pueden exponer nuestra vulnerabilidad, por lo que suele ser un estilo más autoritario que no permite que se le cuestione. Por último, desde la rigidez nos cuesta el cambio, tenemos el discurso armado, estructurado y cerrado de tal manera que cualquier cambio de premisa o preguntas que no teníamos contempladas nos hacen entrar en un terreno incómodo y poco favorable para la comunicación.
En cambio, el discurso firme y seguro es el que se mueve en un terreno en el que se muestra flexibilidad y apertura a otros puntos de vista, desde esta flexibilidad se generan espacios de confianza donde todas las partes se sienten cómodas para decir lo que piensan sin miedo. Además, la seguridad en la comunicación promueve la colaboración y aportación de ideas, mostrando capacidad para construir colaborativamente y enriqueciendo el discurso con las aportaciones de los demás. También es una comunicación respetuosa en la que se tienen en cuenta todos los puntos de vista, sin juicios que limiten la participación. Es una comunicación enfocada a buscar soluciones más allá de tus propias alternativas, este enfoque te predispone a escuchar. Por último, una característica de este tipo de comunicación es la ausencia de agresividad tanto en el fondo como en la forma.
Las personas que se comunican con firmeza y seguridad generan entornos de confianza en los que las personas sienten que pueden aprender y aportar sin ser juzgadas.
En este estilo comunicativo tiene una gran importancia la autoconfianza, las personas que comunican con seguridad y firmeza son personas que confían en sí mismas, lo cual implica que tienen un alto grado de autoconocimiento, están dispuestas a seguir mejorando y no pretenden dar lecciones a nadie. Están abiertas a aprender de los demás, por lo que en este estilo comunicativo la escucha es clave.
Además, son personas que expresan lo que sienten y piensan con asertividad, teniendo en cuenta sus necesidades y las de los demás, por lo que son capaces de establecer límites claros de manera respetuosa.
Saben que pueden cometer errores y los reconocen cuando los cometen, por esto el miedo al error no les limita, sino que los prepara para actuar de manera adecuada cuando se equivocan. Se aceptan con sus fortalezas y sus áreas de mejora.
Las personas que se comunican con firmeza y seguridad son personas abiertas al feedback, lo ven como una oportunidad de mejora y esto es visto por los demás como una fortaleza que facilita la comunicación.
Por último, otra característica de las personas que se comunican con seguridad y firmeza es que ven la confrontación como un espacio de exploración, donde la argumentación gana un peso importante pero siempre desde la apertura y la flexibilidad.
Todo esto se transmite tanto en la claridad del mensaje y la estructura, como en la seguridad y firmeza que se percibe en el lenguaje corporal, son personas que utilizan el cuerpo de manera equilibrada y coherente. Por último, el manejo de la voz, con frases bien estructuradas, sin titubeos y con una adecuada combinación de velocidad, ritmo y tono. Transmitir seguridad en la comunicación es la suma de tres elementos: la autoconfianza, la actitud y el manejo de voz y cuerpo. Todo esto impacta directamente en la claridad el mensaje y cómo se transmite. Y la buena noticia es que se puede entrenar, así que empecemos por el principio: el autoconocimiento.
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