Elvira Navarro (1978) ha publicado los libros La ciudad en invierno, La ciudad feliz y Los últimos días de Adelaida García Morales. Con La trabajadora, novela pionera en narrar la descomposición del sujeto actual por la crisis, se convierte en una de las voces de referencia de la literatura contemporánea en español. Galardonada con el Premio Jaén de Novela o el Premio Andalucía de la Crítica, en 2010 formó parte de la lista de los 22 mejores narradores en lengua española menores de treinta y cinco años de la revista Granta. Su libro de cuentos La isla de los conejos fue nominado al National Book Award de literatura extranjera en 2021. Las voces de Adriana, su novela más reciente, ha sido reconocida con el Premio Cálamo Extraordinario 2023.
Me encantó la clase de Nouvelle de Elvira, ya que es súper práctica y su retroalimentación la da de manera que te alienta y te dirige muy bien. El ambiente que crea en la clase es de creatividad y apertura, de llevar tu historia por donde tú quieras. También se escuchan los comentarios de los compañeros, por lo que hubo buena camaradería entre todos.
Isabel Bermúdez, desde Puebla, México
Entrevista a la profesora
Hay una necesidad de expresarse a través de la escritura que no sé si viene de fábrica, pero que aparece a edades tempranas, o esa es mi experiencia. Esa necesidad de expresión a través de la palabra no es intercambiable por ninguna otra, pero hay que trabajarla. Por sí sola, no es garantía de nada. El potencial ha de desarrollarse. El escritor ha de hacerse.
Significa la asimilación de que compartir algo es aprehenderlo en un sentido profundo porque, para hacer que los demás lo comprendan, has de repensarlo desde las preconcepciones y dudas ajenas.
Siempre pregunto antes a los alumnos qué es, por ejemplo, la literatura, un narrador o un buen diálogo. A partir de sus ideas, empezamos entre todos a construir la argumentación. Procuro que en clase pensemos en común.
Que respeten el tipo de escritores que son y lo que quieren decir, pero también que entiendan qué es la literatura.
Procuro que sea lo más participativo posible. Los ejercicios no los comento solamente yo, sino también el resto del grupo. Procuro asimismo que aprendan cuanto antes a diferenciar el gusto personal de un buen análisis de un texto literario, que trasciende lo personal.
Que a menudo los límites que ves en ellos son tus propios límites.
Tener un entendimiento amplio de la literatura, saber ver qué está intentando hacer el alumno y no imponerle tu visión.
Me gusta mucho la lección sobre los personajes porque una de las cosas más maravillosas de los buenos libros es que te permite vivir y comprender la experiencia del otro sin juzgarle. Siempre que puedo, procuro que los alumnos se den cuenta hasta qué punto se puede y se debe escribir desde la complejidad moral y vital.
Uno de mis autores predilectos es Dostoievski, porque retrata a locos y a asesinos no para que los juzguemos, sino para que los comprendamos.