«Creo que la literatura, tanto para el lector como para el escritor, es un medio para trazar posibles recorridos hacia los abismos, para asomarse a lo que tanto tememos e intentar entender», nos dice la escritora Samanta Schweblin. Pues asomémonos. ¿Quién dijo miedo? En el libro Encuentro con la sombra, Conney Zweig, su editora, nos habla de la sombra como de ese lugar donde «descansan ocultas todo tipo de emociones y conductas negativas: la rabia, la vergüenza, los celos, la mentira, el resentimiento, la lujuria, el orgullo…». No obstante, y es ahí donde queremos llegar, en el mismo libro, la analista junguiana Liliane Frey-Rohn también nos dice que la sombra «permanece conectada con las profundidades olvidadas del alma, con la vida y la vitalidad; ahí puede establecerse contacto con lo superior, lo creativo y lo universalmente humano». Con lo creativo, dice. Bien. Ya que no hemos olvidado que esto es un taller de escritura creativa. Así que al mismo tiempo que nos serviremos de la sombra como marco y pretexto narrativo, nuestro propósito también será el aprendizaje de los diferentes conceptos, técnicas y herramientas básicas -los narradores, el conflicto, la escritura plástica, etc.- que van a permitirnos contar buenas historias malas.

Este taller busca escritores y escritoras que quieran jugar con las sombras. Y que, para escribirlas, se pongan la máscara de Mr. o de Mrs. Hyde, y así, sean ellos quienes cuenten las historias en su lugar. En definitiva, de lo que se trata es de escribir desde la sombra arquetípica. «Esta cosa oscura que reconozco mía», que dijo Shakespeare.