A veces, solo a veces, hay estancias, habitaciones que se quedan fosilizadas en el tiempo, como si fueran la pertinencia de existir, aquello que nos configura como seres en un devenir incesante. Mandarino (Amargord Ediciones, 2019), el primer poemario de Daniel Montoya, alumno de la VIII Promoción del Máster de Narrativa, es una de estas estancias en las que anclarse a ser.
Mandarino es el primer poemario de Daniel Montoya. Está inspirado en la muerte del abuelo, una figura importante para Montoya cuando era niño.
“El libro está conformado a partir de las cabañuelas, que es la manera en la que los campesinos, basados en los primeros días de enero, organizan sus cosechas. Mi abuelo las hacía todos los años. Luego están también instrucciones para preparar el tinto, recoger mandarinas, obtener agua de la tierra y zocar los cultivos”.