Licenciada en Filología Hispánica y en Filología Catalana por la Universidad de Barcelona, entró a formar parte del claustro de Escuela de Escritores en 2005 impartiendo inicialmente los cursos virtuales Escritura Creativa en catalán. Durante los quince años que lleva trabajando como docente en la Escuela ha dirigido diversas acciones formativas en formato virtual, tanto dentro de los itinerarios de narrativa como los de poesía.

Ha recibido diversos premios literarios por su obra literaria, escrita en buena parte en lengua catalana. Entre los premios recibidos por su trabajo como escritora destacan el Premio de Poesía Jacint Verdaguer en 2005 con la obra Tots els noms de la incertesa y la narración Asfalt, publicada en Asfalt i altres contes, que obtuvo el primer premio en el certamen Mercè Rodoreda, en 2004.

Es autora de diversos materiales didácticos, tanto para Escuela de Escritores como en el ámbito de la enseñanza secundaria obligatoria, como los publicados en la revista especializada Aula en 2010.

Escuela de Escritores

Asfalt

Relato
Abadia de Montserrat
2005

Escuela de Escritores

Tots els noms de la incertesa

Poesía
March Editor
2005

Escuela de Escritores

El matí i altres contes

Antología
Relato finalista Premis Emili Teixidor: "Una capsa de sabates"
2003

Escuela de Escritores

Qualsevol diumenge, esports d'aventura

Antología
Relato finalista Premis Mercè Rodoreda: "L’estàtua de marbre"
2003

Escuela de Escritores

Somnis d'asfalt

Antología
Relato finalista Premio Romà Comamala: "Temps afegit"
2004

Entrevista a la profesora

Escribir, lo mismo que patinar, es algo que hay que ejercitar y para ello se requiere una técnica que es necesario interiorizar durante el aprendizaje. Es cierto que algunas personas tienen más destreza y realizan ese recorrido de forma rápida, pero también lo es que todo el que lo desee es capaz aprender esa habilidad. De igual manera, quien se lo proponga puede también aprender a escribir bien, solo es cuestión de técnica y práctica. Luego está el estilo, la voz propia del escritor, la mirada y la dedicación: todos esos elementos son los que distinguen un escritor que escribe bien de un buen escritor.

¿Qué significa para ti tu labor como profesor? ¿Cómo y por qué comenzaste a impartir clase?

Fue mi trabajo como escritora el que me llevó a impartir cursos de escritura creativa cuando la Escuela buscaba un docente que pudiese impartir clases también en catalán: ahí comenzó mi aprendizaje como docente especialista en el ámbito de la escritura creativa. No se me olvidará que  recibí su llamada telefónica para pasar la entrevista cuando estaba en Florencia, paseando por el Ponte vecchio.

Me encanta la fórmula de la Escuela de trabajar a partir de un tema y una propuesta de trabajo, aunque el gran acierto radica en los comentarios entre alumnos, algo que les incito siempre a realizar. A menudo utilizo también alguno de los recursos que generan esa chispa inicial de inspiración a la creación que todos los profesores de escritura conocemos.

No soy exigente, básicamente porque ellos suelen serlo demasiado. Para mí, es muy importante que los alumnos, paralelamente al hecho de ir creciendo como escritores, vayan tomando confianza en sí mismos.  Es por ello que siempre les comento que deben escribir sin la presión de pensar que ese relato o ese poema va a leerlo alguien que va a valorarlo y a juzgarlos por la calidad del texto. Simplemente porque una vez terminado el trabajo de escritura el autor es quien decidirá si ese relato —o ese poema— va a ver la luz. Eso suele ayudarles a rebajar el nivel de tensión y así pueden trabajar con mayor soltura.

Es importante que los alumnos de cada grupo estén interconectados. Para ello, los comentarios entre iguales suelen producir ese efecto de forma instintiva, hasta el punto de que, en cada grupo, hay siempre alumnos que pasan a ser referentes para los demás, de forma que estos esperan, semana tras semana, los relatos de aquellos para poder leerlos.

Otra cuestión que me encanta de los cursos es la ilusión que tienen cada semana los alumnos de recibir los comentarios, tanto los míos como los de sus compañeros.

Siempre me asombra lo mucho que aportan mis alumnos a los cursos que imparto. Hay que tener en cuenta que, en general, se trata de personas que tienen ya una formación académica y llevan unos años de profesión, por lo que son muchos los ámbitos desde los que cada uno contribuye con sus conocimientos a cada actividad del curso, ya sea a través de sus textos creativos o de una recomendación cultural.

Para cualquier docente, lo más importante es que tenga la paciencia de saber acompañar a cada alumno en su recorrido de aprendizaje en función de su punto de partida. No creo en la exigencia por parte del docente sino en el acompañamiento. Además, es bastante habitual que nuestros alumnos sean muy exigentes consigo mismos, así que considero importante rebajar ese nivel de exigencia para que puedan escribir con la mínima presión posible. Solo así se consigue que rindan al máximo.

Aparte del relato breve, me encanta investigar sobre poesía y también sobre los microtextos, ese tipo de literatura breve tan en boga estos últimos años de prisas y tiempo al recorte.

No es fácil y a menudo hay que elegir. Es importante no cargar mucho la agenda. Además, en mi caso, como requiero de mucho tiempo para escribir, necesito que mis sesiones de escritura sean largas para aprovechar al máximo la concentración conseguida.

No me resulta fácil elegir un solo escritor, en parte porque me interesan todos los géneros literarios. Pero sí que el primero que cito siempre es Gabriel García Márquez. Lo descubrí en la universidad y me encanta releer su obra de vez en cuando. Y lo curioso es que cada vez que lo hago descubro algo que no había constatado en lecturas anteriores.

Compagino, de forma habitual, la lectura de un libro de narraciones con una novela y elijo uno u otro en función de lo que me apetece en cada momento, del tiempo disponible, etc.  Acostumbro a leer todos los días después de la comida del mediodía porque es una forma genial de desconexión y porque me ayuda a prepararme para las tareas de la tarde.  Mi novela, en estos momentos, es  Lluvia fina, de Luis Landero y en cuanto a las narraciones estoy con la relectura de los Cuentos de Ernest Hemingway.

Montalbà es una profesora sumamente capaz y también dedicada. La estructura que dio al curso así como los materiales y ejercicios nos dieron la oportunidad de hacer mucho en tan solo 4 semanas. El curso de invitación a la poesía ha sido una delicia en cuanto a la oportunidad de conocer a poetas hasta ahora desconocidos para mí, aprender los elementos básicos de lo que conforman un poema (sobre todo las tendencias contemporáneas), experimentar con la propia poesía e interactuar con los compañeros y la profesora. Gracias a Montalbà por la paciencia y por los comentarios profundos y detallados a cada uno de nuestros trabajos, ideas y motivación para seguir adelante.

Rosa María Giménez Ferrer, desde Chicago
Montalbà Bori, profesora en Escuela de Escritores - IMG570
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