Ha sido alumna del Taller de Escritura de Madrid y se ha formado en técnicas sobre Escritura Dramática en la A.A.T. de Madrid.
Ha publicado los libros de relatos Que hablen las farolas (Ediciones Libertarias, 1998) y Comamos algo (Editorial Gens, 2006) y la novela La época del agua (Editorial Mondadori, 2005).
Como dramaturga ha escrito numerosas piezas breves: Ventanas, Años de agua, Un tipo responsable, Nadie tiene la culpa, Molly, mi Molly, Perséfone fuma, Mejor al aire, De noche sueño con tu mano, Sacar la basura, Escombros. Y, también, obras teatrales: Los vanidosos, Clara sin burla (ganadora certamen nacional de teatro “José Baeza Clemares 2009), Baile de huesos (Premio internacional “Lázaro Carreter 2010), La herida, Humo en las flores y Nadar en el barro. Muchas de ellas han sido publicadas y representadas en varios países.
Algunos de sus textos aparecen en las siguientes antologías: La paradoja del dramaturgo, Watchwomen, narradoras del siglo 21 y Estreno: Cuadernos de Teatro español contemporáneo.
La época del agua
Novela
Caballo de Troya- Mondadori
2005
Watchwomen. Narradoras del siglo 21
Antologías
Institución Fernando el Católico
2011
Elena Belmonte es excelente como profesora, por su conocimiento, su capacidad pedagógica y su capacidad creativa. Además de su amabilidad y trato personal.
Armando Muriel Rico, desde Madrid
Entrevista a la profesora
Puedes haber nacido con mucho talento para el violín, pero no es suficiente. Entendemos que escribir es distinto, por el simple hecho de que estamos desde pequeños familiarizados con las palabras. No solo es que se pueda aprender a escribir, sino que, en la mayor parte de los casos, es necesario.
Significa mucho; es algo que me apasiona: acompañar al alumno en sus ilusiones e irle descubriendo todos los recursos con que contamos para escribir nuestras ficciones. Comencé como profesora cuando Javier Sagarna, director de la Escuela, me propuso un primer taller de Escritura teatral. Llevaba tiempo escribiendo, pero antes jamás me había planteado el hecho de impartir clases.
Hago mucho hincapié en las herramientas básicas sobre las que se asienta la Narrativa o el Teatro y siempre procuro dedicar mucha atención a los textos de los alumnos.
Les recomiendo ir poco a poco, aprendiendo, puliendo, descubriendo. Intento ponerme al nivel de cada alumno en cada momento.
Armonía y complicidad. Críticas constructivas.
Un millón de cosas, cada día. Cientos de miradas diferentes sobre el mundo y los seres humanos.
La empatía, la paciencia y la pasión por la escritura.
No solo en los recursos que enseño sino en la importancia de la lectura.
Aunque a veces me cueste, intento sacar tiempo para ellas. Para mí es igual de importante enseñar que escribir. Me resultaría muy difícil renunciar a ello.
Chéjov. Vuelvo a él una y otra vez; tanto a su narrativa como a su teatro porque está lleno de silencios. Estoy releyendo “El diablo a todas horas”, de Ray Pollock; muy duro, pero muy interesante.