Sara Jaramillo Klinkert es periodista de la UPB (Universidad Pontificia Bolivariana) y magister en narrativa de la Escuela de Escritores de Madrid. En 2019 publicó la novela autobiográfica Cómo maté a mi padre, que resultó finalista del Premio Nacional de Novela en Colombia, está siendo traducida a varios idiomas y le valió una invitación a la residencia de escritores de la universidad de Iowa. En 2021 lanzó su segunda novela Donde cantan las ballenas con la cual ganó el Premio San Clemente otorgado en 2023 en Santiago de Compostela. Sara es columnista semanal del periódico El Colombiano. Varios de sus textos han aparecido en revistas como Generación, Vogue España, La Rompedora, The London Magazine y Quimera. Escrito en la piel del jaguar es su tercera novela.
Entrevista a la profesora
Si alguien naciera siendo escritor a mí me daría mucha envidia porque yo, personalmente, he invertido mucho tiempo, mucho trabajo y mucha energía en esto. Nada de lo logrado me ha caído del cielo. Llegar a ser escritor solo se consigue de una manera y esa manera es escribiendo. Tomar un curso como estos es una buena forma de obligarse a ello y, de paso, recibir retroalimentación calificada. ¿Qué más se puede pedir? A mi modo de ver, las clases constituyen un atajo inmenso. El avance de los alumnos es tan palpable que nadie podría negar su utilidad.
Las clases fueron determinantes en mi formación como escritora, por eso, ahora, siento el deber de compartir lo aprendido con alguien que más, de la misma manera como mis profesores lo compartieron conmigo en su momento. Concibo la enseñanza como un oficio de doble vía, una cadena infinita que tira desde ambos extremos. Es muy satisfactorio para todos.
En la Escuela de Escritores pasé, como estudiante, los dos años más felices y más intensos de mi vida. Allí están mis más grandes maestros, mis amigos, mi familia literaria. Todo lo que he logrado se lo debo a ellos. Me temo que no me va a alcanzar la vida para agradecerlo. Hoy en día, como profesora, tan solo intento devolver una porción de lo recibido.
Pido respeto en las interacciones con el grupo. Apertura para recibir las sugerencias y comentarios. Pasión para involucrarse en algo como esto. Lo último suelo pedirlo en dosis extras. Busco alumnos que se interesen realmente por el oficio, que adquieran un compromiso serio. Por supuesto que soy exigente pero, al final, cada quien verá qué tanto está dispuesto a dar. De lo que sí pueden estar seguros es de que yo, por mi parte, siempre hago un esfuerzo inmenso por entregarles lo mejor.